¿Qué hacen las empresas en Venezuela para enfrentar el colapso económico?
La profunda crisis económica en Venezuela ha hecho que aproximadamente 50% del Producto Interno Bruto (PIB) haya desaparecido en los últimos cuatro años, según cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI), en medio de un ciclo hiperinflacionario que comenzó en octubre y que ha agudizado la escasez y el desabastecimiento de bienes y productos básicos, así como de medicinas.
La grave situación económica también pulverizó el salario de los venezolanos, cuyo poder adquisitivo se ha desplomado a un nuevo mínimo en los últimos 20 años, de acuerdo con estimaciones del Centro de Documentación y Análisis de los Trabajadores (Cenda).
Ante esa situación, que es inédita en la región y en la historia económica de los países productores de petróleo, la pregunta constante, no solo de quienes no viven en Venezuela, sino también de quienes padecen el drama diario de un país con una inflación de cuatro dígitos en pleno 2018, es una entre muchas: ¿qué hacen las pocas empresas que se mantienen en el país para enfrentar el colapso económico de la nación con las mayores reservas probadas de crudo?
Capital humano e hiperinflación
La consultora de servicios de gestión de capital humano en organizaciones, PGA Group, organizó recientemente un foro para develar la realidad de las empresas en el país e intentar dar una respuesta ante la interrogante sobre cómo hacen frente las empresas a la mayor crisis económica de Venezuela.
En medio de una hiperinflación que genera la duplicación y triplicación de precios de forma mensual e incluso semanal, el presente de las empresas que operan en Venezuela se define en un día a día de incertidumbres, de complicaciones económicas y de un éxodo masivo de empleados que ya no solo involucra a los profesionales más preparados. Las compañías se quedan sin capital humano.
“Actualmente, los empresarios son más perseguidos que los malandros y en ese escenario, aunada la crisis económica, hay que tener mucho respeto sobre lo que hacen las empresas con sus empleados”, señaló el director de PGA Group, Iván Acosta, sobre las medidas a las que recurren las organizaciones en el país para retener a sus trabajadores, su principal capital.
“Qué hacemos nosotros con elementos de valor, si las personas no saben si van a contar con lo que necesitan”, agregó en torno a lo que significa para la mayoría de los venezolanos acudir a sus trabajos en medio de una situación económica que se agrava cada vez más con el paso de las semanas.
La hiperinflación significa “hiperpobreza”, agregó Acosta, por lo que la estrategia de las empresas en la Venezuela de hoy se basa, o al menos así debería ser, en una “hipercompensación”.
“Hoy la estrategia de las empresas se basa en bonos y ayudas especiales, y también en pagos en moneda dura. La combinación de indexación de salarios, que es una técnica de ajuste de valor, es lo que puede crear el mercado salarial, sobre todo en el contexto de crisis económica”, precisó Acosta.
Según cálculos de PGA Group, la relación de inflación vs devaluación en 2016 fue de 75% y en 2017 fue de 97%. En 2016 vs 2018, saltó a 98%.
Remuneración y dólares
“El capítulo dólares, que es eventual, se está transformando en algo cada vez más fijo, y en ese sentido las empresas deben tener cuidado”, precisó Acosta.
La distorsión que existe en Venezuela con respecto a la tasa de cambio oficial y el tipo de cambio paralelo, como consecuencia de una política monetaria perjudicial con un férreo control de cambio, que ha sepultado el valor del bolívar frente a cualquier otra moneda, ha hecho que el pago en divisas sea una opción que las empresas no pueden descartar, aunque las compañías deben ser cautas con respecto a esta medida, advirtió Acosta.
“Aunque usted venda en bolívares tiene que pensar en un precio referencial en dólares”, dijo el economista y director de la firma Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, quien agregó que “las empresas deben pasar a incrementos mensuales e incluso quincenales o semanales”.
Según Oliveros, la economía venezolana, contrario a lo que muchos aseguran, no está dolarizada.
“Esta no es una economía dolarizada, lo que pasa es que el ajuste que hay que hacer por hiperinflación es sumamente alto, entonces cualquier compensación en dólares es importante. Que alguien me diga a mí en qué otro país usted puede pagar una cesárea con 200 dólares, o comer en un buen restaurant con solo 30 dólares”, explicó Oliveros.
Mantenerse en Venezuela
A pesar de la dramática crisis económica de Venezuela, una de las prioridades de las empresas que operan en el país, independientemente de su tamaño, es mantenerse, cuidar sus activos en territorio venezolano y sobrellevar las implicaciones de una economía en ruinas.
“Un estudio cualitativo reciente de Datanálisis reveló que los venezolanos no se sienten acompañados en esta crisis por las empresas”. Advirtió Acosta, quien precisó que las empresas en Venezuela, mediante liderazgo y comunicación, deben poner el foco en elementos centrales como el valor y la certeza en medio de un contexto de gran incertidumbre.
“Nuestra vida depende de un tubo”
La realidad económica, política y social de Venezuela ha hecho que las compañías que están en el país, y que por su envergadura e importancia en sectores clave apuestan por seguir dentro de las fronteras venezolanas, recurran a estrategias cuyo foco es el capital humano.
Una de esas empresas es Unicon, una filial de ArcelorMittal, que es la mayor compañía siderúrgica mundial (50 veces Sidor), y que opera en el país con dos plantas (en los estados Aragua y Lara). La empresa se encarga de la producción de estructuras de acero para la industria petrolera, carpintería mecánica y para el diseño de arreglos de acero con perfiles tubulares, entre otros.
Unicon Venezuela que, de acuerdo con su presidente, Héctor Rodríguez, cuenta con una fuerza laboral de 1.000 trabajadores, decidió hacer un seguimiento mensual del costo de la canasta alimentaria de sus trabajadores y a partir de ahí creó su propio índice que ahora usa para el cálculo de compensaciones. La hiperinflación ha hecho que esa medición, que antes era mensual, ahora sea semanal.
“Nuestra vida depende de un tubo”, dijo Rodríguez al referirse al día a día de la empresa que, admitió, apenas opera a 3% de su capacidad instalada como consecuencia de la profunda crisis económica en el país.
La empresa ofrece una compensación a sus trabajadores que está entre en los 12 dólares y 20 dólares, para básicamente la adquisición de la canasta alimentaria.
En 2017, Sidor le vendió solo aproximadamente 30 mil toneladas de acero, de las al menos 600 mil toneladas que la compañía requiere para su producción regular.
“Nuestras instalaciones y nuestros equipos no son nada si no existe el capital humano, la fuerza laboral”, aseguró Rodríguez, quien se refirió al descalabro económico de Venezuela como una oportunidad para diversificar los servicios de Unicon desde Venezuela.
Buenas relaciones laborales
Nestlé es una de las multinacionales que mantiene operaciones en Venezuela, con todo lo que eso implica: complicaciones para adquirir materia prima, una situación económica nacional cada vez más precaria, regulaciones y controles en precios de productos básicos; éxodo de empleados; escasez y desabastecimiento e hiperinflación, son solo algunos de los elementos a los que debe hacer frente esta empresa de alimentos y bebidas, cuya casa matriz está en Suiza.
Sin embargo, la compañía, está en una fase de transformación global, por lo que trabaja para adecuar el modelo de operación al entorno local, así como para centralizar funciones y cuidar de los empleos; invertir en tecnología, simplificar procesos y anticiparse, según detalló una de sus directoras en el país, Marvi Cova.
De acuerdo con Cova, una de las estrategias exitosas de la empresa en los últimos años ha sido capitalizar las relaciones de confianza, con un particular foco en el cierre de convenciones colectivas, que sumaron cinco en 2017, y cuyo resultado ha sido la ausencia de conflictos laborales serios en los últimos ocho años.
Pero no todo se resume en buenas relaciones laborales, advirtió Cova. Mucho menos cuando hablamos de un entorno en donde el colapso económico ha devenido en una situación humanitaria que se vuelve cada vez más compleja, según especialistas.
“Incluso desde Suiza estamos recibiendo medicamentos y los estamos distribuyendo de forma equitativa”, agregó Cova al referirse a propuestas de farmacias ajustadas a la situación actual que la empresa ha implementado, junto con planes de cultura de la seguridad, el bienestar y la nutrición.
La ejecutiva de Nestlé Venezuela detalló que la retención del talento, con competitividad salarial y planes de desarrollo, así como la protección a los empleados y un balance de género en la organización, han sido y serán parte de la clave para encarar los retos que implica operar en un país con cinco años consecutivos de recesión económica, y que, de no haber un cambio en el modelo económico por parte del Gobierno, continuará en 2018.