Precios descontrolados
En su libro Forty Centuries of Wage and Price Controls: How not fight inflation(Cuatro mil años de controles de precios y salarios; cómo no combatir la inflación) los economistas Robert Schuettinger y Eamon Butler proveen lecciones importantes para Venezuela.
El análisis de cien casos, ocurridos desde dos mil años antes de Cristo hasta 1978, en que gobernantes de treinta países tratan de librarse de la inflación a través de los controles de precios, resulta revelador.
Los autores afirman que si bien algunos controles han tenido efecto positivo por un corto período de tiempo, en el largo plazo siempre han fracasado, porque no combaten la causa real de la inflación: el incremento de la cantidad de dinero por encima de la productividad.
Un episodio resulta ilustrativo. En 1585 Amberes fue sitiada por tropas españolas al mando del Duque de Parma. A pesar del riesgo, los navegantes continuaron abasteciendo a la ciudad pero para combatir la inflación los gobernantes decretaron un estricto control de precios.
El incentivo para evadir las baterías del Duque desapareció mientras que los pobladores de Amberes, seducidos por los precios bajos, consumieron en mayor cantidad. La escasez apareció en escena y la rendición se hizo inevitable.
Venezuela es uno de los pocos países que podría formar parte de una actualización del libro de Robert Schuettinger y Eamon Butler. Jaime Lusinchi, Rafael Caldera en su segundo mandato y Hugo Chávez han aplicado controles de precios que sólo consiguen acelerar la inflación y generar escasez.
En el caso de la administración de Hugo Chávez se trata del control de precios más largo de la historia y el resultado es que entre febrero de 2003 y enero de 2012 la inflación acumula un salto de 538% y la ausencia de productos básicos en los supermercados es notoria.
A pesar de este fracaso el Gobierno no se plantea una revisión de sus medidas sino que profundizará los controles en medio de la campaña electoral, a fin de conseguir renta política en el corto plazo.
La historia indica que en el largo plazo los controles colapsan y se hace inevitable levantarlos con un precio muy elevado para la población. En 1989 Carlos Andrés Pérez tuvo que eliminar los controles heredados del gobierno Jaime Lusinchi, la inflación se disparó hasta 81%.
En 1996 Rafael Caldera eliminó el control de precios que él mismo había instaurado en 1994. La inflación fue de 103%.
¿En esta oportunidad habrá un desenlace distinto?