Precios del petróleo superan los 50 dólares
La interrupción puntual en la producción de crudo provocada por los grandes incendios en Canadá y los ataques a instalaciones petrolíferas en Nigeria ha apuntalado el paulatino aumento de los precios de las últimas semanas y ha permitido superar la barrera psicológica de los 50 dólares.
El crudo Brent, de referencia en Europa, rebasó esa frontera por primera vez desde noviembre al cotizar a 50,25 dólares en el mercado de futuros de Londres a las 07.59 GMT, un 0,86 % más que al cierre de la jornada anterior.
El barril de petróleo del mar del Norte mantenía su tendencia al alza a media mañana, al negociarse a 50,13 dólares a las 10.35 GMT.
Una caída mayor de lo esperado de las reservas de Estados Unidos, que bajaron la semana pasada en 4,2 millones de barriles, ha dado el impulso definitivo a los precios.
La producción global ha caído en torno a 4 millones de barriles diarios como consecuencia del fuego en la región canadiense de Alberta y los sabotajes en Nigeria, además de la inestabilidad en Libia y los cortes en Venezuela.
Esa rebaja desahoga momentáneamente el exceso de oferta que ha asfixiado al mercado desde hace más de año y medio, y contribuye a un reequilibrio que tanto la Agencia Internacional de la Energía (AIE) como la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ya vislumbran a medio plazo.
El largo periodo con el barril de petróleo en niveles mínimos ha pasado factura a la industria, que se ha visto obligada a paralizar inversiones y recortar miles de puestos de trabajo.
Ese era precisamente el objetivo no declarado de Arabia Saudí y sus socios de la OPEP cuando comenzaron una guerra de precios destinada a proteger su cuota de mercado frente a otros productores, en particular la nueva industria del esquisto.
«Ya estamos viendo los efectos de la falta de inversiones en la producción global. En países como Brasil y China las extracciones están decayendo. En muchas regiones de Estados Unidos, la producción subyacente está cayendo o bien su crecimiento se está ralentizando», señaló a Efe Richard Mallinson, analista de la firma Energy Aspects.
El experto señaló que cuando se solventen las interrupciones puntuales del suministro podría producirse una «corrección de los precios», si bien sostiene que «la tendencia principal apunta hacia mayores incrementos a medida que la brecha entre la producción y la demanda se estreche».
Uno de los temores del mercado es que un incremento sostenido de los precios reactive la industria e incremente de nuevo el nivel total de bombeo, lo que lastraría una vez más los precios a la baja.
Alex Kemp, profesor de Economía del Petróleo en la Universidad de Aberdeen, punto neurálgico de la industria del crudo en el Mar del Norte, considera a ese respecto que la cota de 50 dólares el barril es todavía demasiado baja para reactivar por completo la producción.
«Si existiera la certidumbre de que el precio se va a mantener en los 50 dólares, podrían volver a considerarse algunos proyectos, pero realmente para la mayoría de ellos sería necesario llegar a los 60 dólares para ser rentables», afirmó.
Kemp subrayó que existen diferencias regionales en ese sentido. Mientras que en Oriente Medio la extracción es más barata y las industrias son rentables con un barril a precios más moderados, bombear crudo en el Mar del Norte requiere infraestructuras más costosas.
Es poco probable que las petroleras replanteen su estrategia a corto plazo, además, porque «nadie sabe lo que van a durar» los actuales recortes de suministro ni cual será la reacción del mercado cuando se recupere la normalidad.
En su último informe mensual, la AIE constató que el mercado se encamina hacia un mayor equilibrio, si bien sostuvo que espera que el aumento del precio sea limitado, entre otros motivos por los elevados niveles de las reservas mundiales.
Algunos analistas, como Mallinson, sostienen en cambio que el avance del precio puede continuar en la segunda mitad de 2016 y apuntan que la producción de la OPEP estará «por debajo de lo que la AIE sugiere».
«En particular, no creemos que Irak vaya a continuar incrementando sus extracciones, y tampoco creemos que Arabia Saudí vaya a incrementar su producción sustancialmente, más allá de lo que es necesario para la temporada de demanda de energía en verano», afirmó.
Vía Efe.