Policía y dólares para un Estado de Emergencia
1. LA POLICÍA Y EL MERCADO CAMBIARIO: A CUENTA DE QUE?
Venezuela ha sido un país con una añeja tradición de libre convertibilidad de la moneda. La convertibilidad se mantiene con amparo legal, interrumpiéndose solamente por razones de emergencia. Todo el mundo cambia todo cuanto quiere, cuando lo desee y como lo decida, pero si la policía vigila el cambio sin ningún tipo de consideración legal, y rompe derechos de propiedad, inviolables según la constitución, algo huele mal en Dinamarca.
La historia muestra que las restricciones de la balanza de pagos y las salidas de capitales obedecen esencialmente a mala gestión económica de los gobiernos, por lo que los controles a la demanda de divisas, al perderse la libre convertibilidad, se convierte en un rudo instrumento de «poder político». Con el cuento de escasez, la discrecionalidad política justifica la restricción y la administración política de las divisas, con lo cual, es obvio, se crea un caldo de cultivo a la corrupción con tristes memorias por la degradación moral causada a la sociedad.
2. UN HISTORIAL DE IMPERICIA FISCAL, FINANCIERA Y MALAS POLITICAS
Las dificultades financieras que mueven los controles en el cambio se producen generalmente por la impericia y mala calidad del planteamiento macroeconómico; y que bajo cierto grado de impotencia y escasa destreza en la política económica y el orden institucional monetario y financiero, induce a los gobiernos a matar al mensajero: control del cambio. Este es ampliamente conocido, no solo es inútil como mecanismo para administrar divisas, sino que pervierte la economia por intervención del gobierno al decretar según sus intereses políticos y corporativos, prioridades financieras y económicas.
Desafortunadamente para la gente, los políticos han dejado al descubierto, y constitucionalmente, la independencia y autonomía del Banco Central en materia cambiaria, al asumir el gobierno el control de las reservas internacionales. La administración Caldera nos dejó al respecto una herencia, que la nueva constitución asimila en su texto de la constitución monetaria, maltratando la autonomía e independencia que el Banco Central requiere en materia cambiaria; asi, el Banco Central administra mientras tanto, la decision final sobre cambios en el cambio es del gobierno.
Este aspecto, de controles de cambio, quizás, no sea extraño en algunas latitudes, pero con esta historia de libre convertibilidad en Venezuela, el control político sobre las divisas siempre ha impactado negativamente sobre la economia, deteniendo el crecimiento y creando privilegios a quienes pueden pagar los costos de transacción por «intermediación política» para accesar a los dólares que desea. El pobre vecino que necesita dólares al no poder pagar los costos políticos de «intermediación cambiaria» paga precios de mercado negro, es decir, se empobrece. Para muestra véase la historia del control de cambio de Herrera (1983), Lusinchi (1984 – 1989) y Caldera (1994 – 1995).
3. PORQUE SE EXPORTAN CAPITALES ?
Mas allá del fenómeno en si, veamos la secuencia de esos hechos en la historia no muy lejana y que bajo algunas circunstancias podríamos nuevamente revivir. La economia ha vivido estancamiento secular durante décadas, promovido esencialmente por malas politicas de peores gobiernos. Ello ha inducido a la gente – ricos, pobres, clase media, profesionales, campesinos, empresarios medios y pequeños, militares y políticos todos – a abrir sus cuenticas en el norte, comprar acciones, invertir en fondos mutuales, adquirir viviendas, abrir negocios, areperas, panaderías, etc. en una operación en extremo racional dirigida a «salvarle un ojo al gallo», es decir; evitar que parte del capital de cada cual corriera el penoso riesgo en ese cuadro de empobrecimiento a que ha sido sometido el país por continuas malas politicas. El capital exportado del ahorro nacional prefirió invertirse en mercados estables cuya característica no es precisamente la de empobrecer. En otras palabras las inversiones de venezolanos en el exterior constituyen hoy un potencial mecanismo financiero y económico para cuando Venezuela marche por los senderos de la lógica,…… algún día.
La experiencia al respecto en América Latina ha sido muy clara. Países de América Central, Caribe, México, Brasil, Argentina, Chile han vivido historias similares pero con menos recurrencia que nosotros, dado que en la medida en que los gobiernos se han portado lógicos, esos capitales han contribuido enormemente a sus desarrollos económicos.
4. QUE PASARA EN EL MEDIANO PLAZO: CONTROL DE CAMBIO?
a. El costo de la ideología
En las actuales circunstancias, y en el corto plazo la economia venezolana pudiera caminar por dificultades financieras de importancia. Las obligaciones fiscales se incrementan a una velocidad mayor de la que crea los ingresos fiscales, y lo será mas para cuando se apruebe la reforma social, pensiones y salud, dependiendo lógicamente de su diseño; si la reforma es «constitucional» solo fondos públicos serian disponibles, pero si se permite la participación privada, el costo fiscal de la reforma será inversamente proporcional a la disponibilidad de fondos públicos, por ejemplo. Un verdadero dilema para quien conduce la economia con buenas dosis de ideología. La ideología permite la aparición de aprendices de brujos para proponer un «impuesto Tobin» a las transacciones en divisas, lo cual se sabe de perogrullo, requerirá de un control de cambios, con todo el instrumental administrativo de gente que administre, que como decía Lord Acton, al no ser ángeles tendrán el poder de la corrupción.
La versión del impuesto Tobin mencionado seria de una tasa a las transacciones en divisas, con el agravante de su impacto «irremediablemente» inflacionario, aunque ello le produciría ingresos fiscales al gobierno, quien de paso parece no soportar el ancla cambiaria amarrada del cuello. La verdad sobre esa propuesta es que si bien genera ingresos fiscales, el almuerzo no es gratis, la inflación explotara y pegara con fuerza a la gente de abajo, variable importante de la actual ecuación político.
b. Rigideces financieras del Estado
A esas dificultades se incorporan cierta rigidez causada por una estrategia financiera equivocada en términos de reestructuración de la deuda externa y de elevado crecimiento de la deuda interna, con lo cual se ha incrementado la deuda pública total sin que la economia tenga el sustento fiscal de una economia en crecimiento capaz de generar el ingreso fiscal necesario. El componente de amortización de la deuda externa, en los últimos tres anos ha sido cancelado con ingresos fiscales ordinarios y con nueva deuda en bolívares, lo cual es un contrasentido financiero en virtud de que la capacidad del gasto publico se reduce dado que, las amortizaciones, no se cancelan con ingresos fiscales ordinarios sino se refinancian buscando siempre mejores condiciones financieras para el corto plazo. La situación pudiera ser de elevado peligro dado que se han activado agentes políticos con una percepción ideológica sobre la deuda publica. Para aliviar esas rigideces se exige ortodoxia financiera y privatización de empresas publicas.
c. Menores precios por petróleo
La caída de los precios del petróleo, en un escenario de 17-19 dólares por barril para este ano implica un superávit en cuenta corriente de «apenas » 4 a 5 mil millones de dólares, los cuales entre salidas de capitales registradas y no registradas llevaran a la balanza de pagos a un déficit, es decir, a una menor disponibilidad de reservas internacionales, sin que la economía lo estuviese capitalizando con mas crecimiento. No importaría un déficit en balanza de pagos siempre y cuando la economia crezca sostenidamente con lo cual no hay mayores dificultades para apalancar el crecimiento en los mercados locales y foráneos. Ese no es nuestro caso. El gobierno dejo pasar el ano 2000, el mejor ano financieramente hablando para llevar a cabo el canje de bonos – reestructuración de la deuda – para aplastar la curva de servicio de la deuda y lo que es muy importante, descargar al gasto público de parte del servicio de la deuda liberando recursos fiscales para pagar servicios públicos.
d. Los riesgos políticos y el riesgo país
A esos factores netamente macroeconómicos y contables se le incorporan la infinidad de ruidos políticos que mantiene la economia en un marasmo y que los mercados aprecian en un elevado riesgo país, registrando un alto grado de riesgo político, que los precios del petróleo no pudieron superar ni en 2000, con precios de 27 dólares promedios, y probablemente mucho menos en el 2001 cuando los precios aparecerán en promedio por debajo de las metas fiscales.
e. Se reducen las reservas internacionales y la economia no crece
En esas condiciones, el outlook en la balanza de pagos depende de las divisas ahorradas en el (%=Link(«http://www.bcv.org.ve/fiem/fiem.htm»,»FIEM»)%), las cuales tienen desafortunadamente –en lo financiero- incidencia fiscal, con lo que su esterilización a través de salidas de capitales es inminente. Allí hay una debilidad intrínsica de la balanza de pagos para el corto plazo. El drenaje de divisas en la segunda mitad de este ano y en un entorno de escaso crecimiento económico traerá al mercado ruido político en virtud del descenso inminente en el volumen de reservas internacionales contabilizando acá las que están en el FIEM. Las dificultades financieras se harían mas visibles hacia finales de ano, dado que la matriz de gasto no parece sufrir alteraciones pese a los menores precios del petróleo en perspectiva y a la caída de la tributación por debilidad del crecimiento económico.
f. …………y el pánico cambiario?
El conjunto de esos factores económicos, institucionales y políticos pudiera disparar el switch del pánico en las esferas del gobierno. Sin embargo, es claro que un buen plantel de políticas macroeconomicas, menores ruidos políticos y des-radicalización del «proceso» y una vuelta a la ortodoxia financiera y fiscal constituyen la base de cultivo de un mejor outlook en materia de balanza de pagos y crecimiento económico. No se tome entonces esta nota como una profecía para cumplirse, todo lo contrario, sino como una advertencia seria sobre lo que pudiera acontecer en el corto plazo. En cualquier caso es una prospectiva y un forecast cuya formulación matemática depende de los parámetros políticos en manos del gobierno.