Economía

Pdvsa en el espejo de Petrobras

Brasil, nuestro vecino del sur, está afectado por una grave crisis política que día a día debilita al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff.

Apenas 35 días después de iniciar su segundo mandato, Rousseff empezó a sufrir las consecuencias del escándalo de Petrobras, la principal empresa de Brasil.

En pocos días, fueron destituidos el presidente y los cinco vicepresidentes de la empresa, y fueron detenidos 36 personas vinculadas a las empresas constructoras, el tesorero de Petrobras y decenas de funcionarios de la compañía.

Las decisiones judiciales en Brasil, han dado confianza a los accionistas privados de Petrobras. En lo interno, el gobierno de Dilma Rousseff vive un período de desestabilización.

El escándalo, solo para diciembre del 2014, había erosionado el valor de mercado de las acciones de Petrobras, una empresa mixta donde el estado brasilero posee el 64% de las acciones.

Al calor de las elecciones de 2014, se reveló el uso de los fondos de Petrobras para financiar campañas políticas, otorgar favores y pagar comisiones o cobrarlas, en una cantidad estimada en 38 mil millones de dólares.

Para los analistas de inversión, esta cifra es tomada como “una sobrevaloración de activos de 38 mil millones de dólares”, en los balances de la petrolera.

El gobierno brasilero no pudo seguir tapando el escándalo, como lo logró en gran parte del 2014. Primero, por la caída a la mitad de los precios del petróleo; y segundo, porque al ser una empresa que se cotiza en la bolsa de Nueva York, sus estados financieros están sometidos a auditorías independientes, y escrutados públicamente por los asesores y analistas de inversiones que hacen vida en Wall Street.

Petrobras

En 1953, bajo el mandato del presidente Getulio Vargas, fue fundada la empresa estatal Petrobras. Su creación fue producto de las estrategias de desarrollo imperantes en esos años, donde el estado debía reservarse las industrias consideradas “básicas”. Lo que le dio el monopolio de la actividad petrolera en Brasil.

En 1995, el Congreso de Brasil eliminó el monopolio petrolero. En 1998, se inició el proceso de privatización de Petrobras.

La apertura de su capital, a los inversionistas privados, abrió una etapa de crecimiento con las cual desplazó a las otras petroleras latinoamericanas como Pdvsa y Pemex.

Según el ranking Fortune 500, es la empresa más grande de la región, y la cuarta petrolera a nivel mundial en ventas, ocupando el puesto 28 del listado.

Para el 2013, tuvo ingresos por 141 mil millones de dólares, con un beneficio neto de 11 mil millones. Cuenta con más 14 mil pozos activos, 113 plataformas de producción, 16 refinerías, 189 barcos petroleros, y 7.700 estaciones de servicio.

Comparación necesaria

La comparación de Petrobras versus Pdvsa puede resultar engañosa. Produciendo un 15% menos que Pdvsa, vende un 40% más.

Teniendo menos tiempo en la producción, Petrobras tiene una deuda de 117 mil millones de dólares. En cambio, Pdvsa muestra un endeudamiento estimado de 43 mil millones de dólares. Por su parte Pemex, la segunda petrolera de Latinoamérica, adeuda 88 mil 500 millones de dólares.

La infraestructura de Pdvsa comenzó a construirse antes de los años 20 del Siglo XX, cuando entraron las concesionarias extranjeras en Venezuela. Infraestructura que pasó a manos de Pdvsa, cuando se decretó la nacionalización en 1975.

Como consecuencia, Petrobras ha debido endeudarse para poder tener en menos tiempo, una producción cercana a la Pdvsa.

Sin embargo, las deudas actuales de las petroleras estatales de Brasil 117 mil millones de dólares, México 88,5 mil millones y Venezuela 43 mil millones, son superiores a los que estos tres países tenían para 1983.

Al momento de estallar la llamada “crisis de la deuda externa”, Brasil debía 93 mil millones de dólares; México 81 mil millones y Venezuela 35 mil millones de dólares. Poco más de 30 años después, sus petroleras adeudan una cantidad mayor.

En cuanto al número de trabajadores, los reportes oficiales de las tres petroleras, apuntan que Pdvsa tiene 156 mil trabajadores, Petrobras 86 mil y Pemex 153 mil trabajadores, con 150 mil barriles diarios por encima de la producción venezolana.

El escrutinio de los mercados

El analista Richard Berger, quien vivió en Brasil, advirtió a los accionistas de Petrobras, a finales de abril, que reexaminen la conveniencia de mantener esas acciones.

Si bien consideró positivo, que la empresa por fin haya emitido sus estados financieros auditados, que estaban retrasados, alertó que pudiera haber un efecto tsunami de “proporciones bíblicas” sobre Petrobras y/o la economía brasilera y el sistema político en general.

“Muchos de estos eventos a fuego lento representan una crisis existencial potencial si ella logra golpear a este paralizado gigante. No hay simples razones para ser un inversionista aquí ahora”, señaló.

Berger agregó, en cuanto a la parte política que envuelve a Petrobras, que “la empresa permanece bajo el control de Dilma Rousseff, la anterior “Chairman”, quien supervisó las prácticas corruptas que fueron institucionalizadas.

Como presidente de Brasil, ella controla la directiva y la designación de los ejecutivos y las políticas que ellos utilizan como herramientas de agendas políticas y agenda nacionales sociales”.

Al abordar la defensa de Rousseff, en cuanto “ignoraba” la situación, el analista sentenció que entonces “la empresa está bajo el control de un incompetente”.
Se trata de Aldemir Bendine, quien viene de presidir el Banco do Brasil, y de quien expreso “no tiene experiencia petrolera” y es el “cerebro” de su propia parte de corrupción mientras gerencia de la institución financiera.

En efecto, Berger reporta que está a punto de estallar el escándalo del Banco do Brasil, en un caso donde “su chofer testificó bajo juramento ante los fiscales, que personalmente manejó autos llenos de dinero en efectivo para pagar a políticos y seguidores”.

En Venezuela

Pdvsa, al contrario de Petrobras, ya no presenta sus balances auditados antes las autoridades bursátiles que regulan las actividades en la Bolsa de Nueva York. Esto ha hecho que no se tenga confianza sobre los balances que publica Pdvsa.

Desde que Pdvsa no presenta sus balances internacionalmente, las colocaciones de bonos se han venido haciendo en mercados europeos.

Cuando Pdvsa era la segunda mayor petrolera del mundo, se habló de privatización. Lo que nunca pasó de una propuesta con poco éxito. Aunque mostraba atractivos para los inversionistas.

Ahora, en el estado actual operativo y financiero, no se ve como una opción probable, a menos que sea rematada la estatal venezolana a precio de gallina flaca.

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