La crisis en la zona del euro y la subida de los tipos de interés en Estados Unidos contrarrestan el efecto positivo del abaratamiento del petróleo sobre el crecimiento de su consumo en el planeta.
Así lo indica la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en su informe mensual que, publicado este lunes, da a conocer por primera vez sus estimaciones sobre la evolución del mercado mundial de crudo en 2016.
«Mientras los (moderados) precios actuales del petróleo continuarán apoyando a la economía mundial hasta cierto punto, numerosos desafíos» contrarrestan ese efecto y frenan el crecimiento del consumo de energía, explican los autores del documento.
Entre esos factores destacan los elevados niveles de deuda en países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y «el aún alto desempleo en la zona del euro en combinación con incertidumbres en Grecia».
A ello añaden «asuntos geopolíticos en curso», en alusión a diversos conflictos, en especial a los de Oriente Medio, la región más rica en petróleo del mundo, con cerca del 80 por ciento de las reservas probadas del planeta.
La perspectiva de subidas de los tipos de interés en Estados Unidos y una desaceleración de la economía china tienden asimismo a frenar el consumo energético, indica la OPEP.
En lo que va de 2015, el precio medio del barril de referencia de la OPEP subió hasta los 59,89 dólares, casi diez dólares más que en el anterior trimestre, pero muy por debajo de la media de 105,30 dólares que tuvo en el segundo trimestre del año pasado.
La principal causa de ese abaratamiento que comenzó hace un año es una oferta excesiva frente a una demanda debilitada, una presión a la baja que la OPEP se ha negado a suavizar, como en ocasiones anteriores, limitando su producción conjunta.
Oficialmente, el grupo mantiene un tope de su oferta conjunta de 30 mbd, pero en junio superó ese límite con un bombeo de 31,3 mbd debido a sendos incrementos de las extracciones de Irak, Nigeria, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
El nivel de producción de la OPEP superó tanto a los barriles que calcula necesita el mundo de sus miembros en este año (29,2 mbd), como a los del año próximo (30,2 mbd).
La organización ha perdido control y presencia en unos mercados saturados gracias al fuerte crecimiento de los suministros de sus competidores durante los últimos años, especialmente los de crudos no convencionales como el petróleo de esquisto en Estados Unidos.
El informe cifra en 57,69 mbd la oferta «No-OPEP» de este año, y en 57,69 mbd en 2016.
El objetivo de la estrategia actual de la organización, defendida en su seno por Arabia Saudí -el mayor exportador mundial de crudo y líder natural de sus socios en la OPEP-, es defender la participación de mercado a costa de las cotizaciones.
«Los precios más bajos impulsan el crecimiento (económico) pero dañan a los suministros de Estados Unidos. Las reservas comerciales (de crudo) estadounidenses bajaron (entre fines de abril y fines de junio) frente a una demanda firme de las refinerías», explica la OPEP.
Si ese fenómeno se tradujo en un encarecimiento del crudo, la incertidumbre en torno a la crisis de Grecia ha presionado a la baja sobre las cotizaciones, añade.
Sea como fuere, los factores que tienden a encarecer el petróleo «no han contrarrestado aún el efecto negativo que tiene el aumento de los suministros sobre los precios».
Basada en una previsión del crecimiento de la coyuntura mundial del 3,2 por ciento en 2015 y del 3,5 por ciento en el próximo año, la OPEP espera que la demanda mundial de crudo crezca en un 1,40 por ciento este año, y en un 1,44 por ciento en 2016.
Fundada en 1960 en Bagdad, la OPEP está integrada hoy por Angola, Arabia Saudí, Argelia, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Irak, Kuwait, Libia, Nigeria, Catar y Venezuela.