Observando La Cuarta Vía con un Telescopio al revés
(%=Image(7439152,»R»)%)Nuestra patria tiene muchas cosas hermosas, tales como las Mises que ganan concursos de belleza, la cascada del Angel y Canaima, los picos Bolívar y Avila y, por supuesto, el foro público de (%=Link(«http://analitica.com/va/ «,»Venezuela Analítica»)%) , con la presentación de los comentarios de un auto-denominado «escribidor» y «cuasi ignorante», con el propósito, supongo, entre otros, de competir con la ‘Reconstituyente’ o ‘Cheverisimo’ en lenguaje escrito, para una audiencia más amplia y diversificada y para compensar por los ‘Aló Presidente’.
Me voy a referir a comentarios en esta revista de un auto-denominado «cuasi ignorante de economía» sobre la llamada Cuarta Vía (La Falacia de la Cuarta Vía, 20/XI/00), sin juzgarla ni solidarizarme con ninguna de las «cuatro vías», con el solo propósito de esclarecer las verdaderas falacias emitidas en esos comentarios, que seguramente se deben a observaciones que se hicieron utilizando un telescopio al revés.
El primero de ellos se refiere a (%=Link(«http://www.cpm.ll.ehime-u.ac.jp/AkamacHomePage/Akamac_E-text_Links/Keynes.html «,»John Maynard Keynes»)%) y el «asombro» de que todavía hayan quienes «crean en el». Yo, que según algunos amigos, soy un completo ignorante de economía, afirmo a los cuatro vientos que, además de creer en Keynes, planteo que todo observador, incluyendo quien se considere cuasi ignorante, también debería creer en él, así como cree en el mercado «salvaje» y en el «civilizado», en «gringolandia» y «eurolandia», y en todo aquello otro que considere digno de comentar, independientemente de si cumplen o no con las condiciones de la «optimización Pareto». Me acompañan en mi absurda creencia los verdaderos economistas, los que sólo son ignorantes de otros campos, en países como Estados Unidos y Gran Bretaña, quienes además siguen escribiendo sobre Keynes y recomendando sus políticas. Estoy seguro que hasta entre los (%=Link(«http://www.iesa.edu.ve/»,»IESA»)%) BOYS hay quienes creen en Keynes, aun después de la salida del autor de la Cuarta Vía, (%=Link(«http://analitica.com/bitblioteca/felipe_perez/default.asp»,» Felipe Pérez Marti «)%).
El segundo es que, quien considere la economía estadounidense un «mercado salvaje» (o quizás lo que quiso haber dicho es «el centro hegemónico del capitalismo salvaje») muestra el mal uso del telescopio (además de su cuasi-ignorancia), porque lo primero ni lo son ni lo han sido nunca, mientras que lo segundo sí lo son y lo han sido desde mediados del siglo pasado (siglo 20).
El mercado salvaje no existe sino en las junglas más impenetrables de las amazonas venezolanas y brasileñas, las africanas y las asiáticas, donde todavía existen animales salvajes de cuatro patas (los de dos patas dejaron de ser salvajes mucho antes del invento del mercado y del capitalismo). También existe en la retórica de algún conocido personaje para que se lo traguen los que no saben usar el telescopio y cualquiera que lo escuche. El capitalismo salvaje es otra cosa y hay mucha gente dentro y fuera del país hegemónico luchando para domarlo y domesticarlo.
Por otro lado, quien compare la acción de (%=Link(«http://www.microsoft.com/billgates/»,»Bill Gates»)%) con la de (%=Link(«http://analitica.com/bitblioteca/hchavez/default.asp»,»Chavez»)%), nuevamente muestra más que ‘cuasi’ miopía (o quizás ‘cuasi’ ignorancia), porque el primero actúa exclusivamente como individuo privado, mientras que el segundo lo hace como dos conocidos hombres públicos, Napoleón y Bolívar, que no tuvieron nada de privado (ni siquiera con sus respectivas Josefina, María Luisa y Manuelita). Gates distribuye la riqueza que le pagan los consumidores que compran sus productos en su condición de monopolista, Chávez distribuye la riqueza que le encomendaron los dueños del petróleo que compraron sus promesas en su condición de populista. Ambos toman en cuenta sus propios intereses a la Smith-Ricardo, optimizando las condiciones de Pareto en sus respectivos mercados (uno el económico y el otro el político)
El responsable de haber producido el efecto estadounidense y las maravillas que le atribuye nuestro cuasi-ignorante al vecino hegemónico del norte es precisamente el Estado (tanto el gobierno federal en Washington, en el siglo 20, como los gobiernos estatales en sus correspondientes ciudades capitales, en el siglo 19), con sus políticas protagonices «cuasi» solidarias y «cuasi» amorosas, de subsidios en actividades como la agricultura (entre muchas otras, incluyendo el carbón) a lo largo de 200 años, actividades redistributivas financiadas con impuestos a los ricos (empresas e individuos) en el siglo 20, educación gratuita para las masas (incluyendo la universitaria), seguridad social para los pobres y cuasi pobres (incluyendo medicinas y hospitalización), servicios públicos monopolizados (pero muy bien regulados y reglamentados) en electricidad, gas, agua, transporte, etc., leyes fijando salarios mínimos razonables y prohibiendo monopolios privados dañinos al pueblo soberano, y tantas otras acciones ‘compensatorias’, además de la aplicación del «rule of law» según interpretación del sistema judicial (a veces un poquitico ‘quasi’ corrupto)
En cuanto a los acuerdos de cooperación energética con Centroamérica y el Caribe (incluyendo Cuba), sin solidarizarme completamente con sus contenidos ni con los objetivos perseguidos por el Presidente (y recordando también las cooperaciones de Carlos Andrés Pérez en 1975, incluyendo acuerdos petroleros y un fideicomiso en el (%=Link(«http://www.iadb.org/»,»Banco Interamericano de Desarrollo»)%)), es necesario resaltar que quienes realmente están pagando por estos ‘regalos’ no son los venezolanos sacrificados que dejan de recibir los beneficios regalados, sino los consumidores de los países ricos que están pagando más por el petróleo que ahora les cuesta más por las ‘bondades altruisticas y amorosas’ de la política petrolera del actual gobierno. Y a cambio de ese ‘sacrificio’ lo que se puede esperar es recibir el apoyo de los países recipientes a los esfuerzos de la (%=Link(«http://www.opec.org/»,»OPEP»)%) en su defensa del petróleo y demás recursos naturales de los países subdesarrollados, así como mayor protagonismo en la esfera internacional en favor de sus propios intereses, entre otras cosas.
Para ilustrar con un ejemplo, si el precio promedio del petróleo venezolano lo suponemos en US$26 (estimado por algunos analistas) y le estamos regalando a esos países el equivalente de US$3 (casi 12%, muy generoso), las acciones altruistas de «regalar» petróleo a países pobres significa simplemente que el precio real neto para nosotros los venezolanos es entonces de US$23, porque la diferencia de US$3 lo están pagando por nosotros los consumidores para financiar esos ‘regalos’.
Ahora bien, esos US$23 que nos quedan de cada barril de petróleo vendido siguen siendo mucho más que los US$10 a 13 que nos habrían dado la política petrolera de gobiernos anteriores, con su apertura petrolera y privatizaciones (sin olvidar que también estarían cumpliendo con compromisos similares con Centroamérica y el Caribe, desde 1975), pero también mucho más de lo que podemos convertir eficientemente en recursos productivos para utilización efectiva por los venezolanos.
Esta última afirmación obliga otra aclaratoria, dirigida a todos y no sólo a los usuarios de telescopios al revés. La verdad es que no estamos sacrificando «nuestras escuelas públicas, salud y pagos a los viejitos», como alega nuestro «escribidor», porque ellos utilizan bolívares, mientras que estamos ‘sacrificando’ y dejando de recibir divisas (poder de compra en el exterior). Lo curioso, entonces, es descifrar el ‘misterio’ de como convertir divisas (dólares) en pagos (en bolívares) de sueldos y salarios de maestros y médicos, de pensiones de viejitos, para la compra de libros y medicinas, para la construcción de escuelas, clínicas y carreteras (sin causar inflación o sin tener que importar todo lo que no producimos para evitar la inflación)
Lo anterior podría presentarse de otra forma. Como convertir divisas en los bienes y servicios que requiere la población en vez de que su conversión en bolívares simplemente lleve a su reconversión en divisas para pagar por las importaciones que nos cuesten menos que su producción interna, o porque la inelasticidad de la producción interna no permite satisfacer la demanda en un plazo razonablemente corto. Son distintas formas de plantear el problema de la limitada capacidad de absorción, el bajo efecto neto del multiplicador petrolero, o una matriz insumo-producto con muchos coeficientes muy bajos o nulos. Otros preferirían llamarlo enfermedad holandesa, que a mi juicio se queda corta y es además equívoco aplicarla al caso venezolano.
El misterio no lo voy a descifrar en estos breves comentarios, porque a pesar de haberlo hecho muchas veces antes, no parece haberse entendido (probablemente por mi total ignorancia e incompetencia económica). Simplemente conformémonos con que no hay fraude en las presentaciones de Felipe Pérez, a menos que se trate del ‘fraude’ que actualmente tiene reclamando algunas personas (tanto demócratas como republicanos) en el estado hegemónico de FLORIDA (particularmente en los condados de Miami y Palm Beach, muy conocidos y frecuentados por algunos compatriotas)
Finalmente, la cuarta vía de Felipe Pérez me recuerda el trabajo sobre Estilos de Desarrollo que desarrollamos en el CENDES hace 30 anos sobre las perspectivas de desarrollo de la economía venezolana. Uno de los ensayos lo denominamos Estilo Creativo, con características parecidas a la cuarta vía de Felipe Pérez. Para nosotros lo esencial era la creatividad, en vez del altruismo, pero enfatizábamos la solidaridad y la cooperación como pilares de la nueva sociedad que llamamos Creativa. Como el trabajo recibió apoyo técnico de la (%=Link(«http://www.eclac.cl/»,»Cepal»)%), (%=Link(«http://www.un.org/spanish/ «,»Naciones Unidas»)%) se comprometió a publicarlo y a tal fin permaneció en la sede de la CEPAL durante varias semanas preparando la versión final. Pero nos sorprendió el golpe militar y el surgimiento de la dictadura de Pinochet, lo cual coincidió con el cierre del CENDES por razones políticas a mi regreso al país. Estos dos hechos enfriaron el entusiasmo de la CEPAL dirigida por el actual Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Enrique Iglesias, quien consideró «inconveniente» la publicación, no obstante su carácter técnico por tratarse de una metodología de análisis (y no obstante que también habíamos contado con la colaboración de CORDIPLAN y del Banco Central de Venezuela (%=Link(«http://www.bcv.org.ve/»,»BCV»)%)).
Otro ejemplo del mal uso del telescopio, cuya observación al revés condujo a una decisión equivocada, es el despido de Felipe Pérez Marti (quien no conozco) del IESA debido a declaraciones que no justifican tan drástica acción y que debe servir de lección al Presidente Chávez.
FPM expresó un punto de vista a título personal que no compromete a IESA y sus profesores, algunos de los cuales han emitido similares pronunciamientos en el pasado sin que se les haya amonestado siquiera. Si hubiese algún «desprestigio», además de tener que comprobarse, sólo Pérez Marti seria el afectado. Si hubiese algún agraviado, o denigrado, existen recursos legales para darle solución, quedando IESA libre de responsabilidad.
IESA debió limitarse a declarar que FPM expresó opiniones a título personal y no reflejan la opinión de la institución. Es lo que hubiese hecho cualquier institución seria en cualquier otro país. Pero IESA, además de atentar contra la libertad de expresión, optó por pisotear los principios sobre los cuales se han erigido las universidades e institutos docentes y de investigación en el mundo entero. En su declaración del viernes 24, demuestra incumplimiento con lo que dice haber venido cumpliendo a lo largo de sus 35 anos de vida pública y, al aludir a los «límites establecidos por la Constitución y las leyes», demuestra contradicción y debilidad de argumento puesto que en vez de dejar que estas actúen se anticipa con el despido de uno que quizás nunca fue su «Boy».
Manifestaciones de apoyo a la apertura petrolera y de críticas a las políticas económicas de este y anteriores gobiernos por IESA boys no son menos comprometedoras, técnicas, políticas, o personales que las de Felipe Pérez (similares a opiniones de economistas extranjeros invitados a reuniones en Venezuela). Mas bien pareciera que sirvieron de excusa para sacarlo de la institución, probablemente por causarle incomodidades profesionales a quienes no han podido rebatir sus argumentos de apoyo a una Cuarta Vía y al «gobierno actual.
¿Por qué IESA nunca reaccionó ante los desenfrenados apoyos de sus profesores a privatizar todo? ¿Que habría hecho IESA si FPM, con los mismas palabras «denigrantes», en vez de recomendar la nacionalización de un banco, hubiese recomendado la privatización de PDVSA?
Hay que saber respetar las opiniones de otros, aunque nos disgusten y creamos equivocadas. Las opiniones se combaten con opiniones, no con despidos. Lección que el Presidente Chávez y su gobierno también necesitan aprender.
<(%=Link("mailto:[email protected]","email: [email protected]")%)