¿Nueva estrategia con reforma petrolera?
En publicaciones recientes, conocidos economistas con excelente formación académica y amplia experiencia profesional vuelven a insistir, con creciente vehemencia, que la solución del subdesarrollo venezolano requiere reforma petrolera, para entonces proponer reactivar la fracasada apertura petrolera del ex-presidente de PDVSA Luis Giusti y volver a la política petrolera entreguista del gobierno del ex-presidente Rafael Caldera. Proponen aumentar la producción masivamente, sacrificando los precios, bajo el pretexto de generar una masa criítica de actividad economica con un multiplicador (neto de importaciones, por supuesto) supuestamente alto, con lo cual no hacen sino corroborar que nuestro subdesarrollo es efectivamente profundo, afectando hasta las entrañas de los especialistas en economía mejor educados y entrenados.
Estos “expertos” en ningún momento han demostrado que el acelerador económico y el multiplicador petrolero son lo suficientemente altos y dinámicos para lograr lo que plantean. No han calculado la matriz insumo-producto para mostrar que realmente existen coeficientes robustos para las relaciones inter-sectoriales más importantes. Tampoco han medido las productividades y eficiencias de los factores que conforman las funciones de inversión y produción, ni las capacidades ociosas existentes en las industrias claves, para poder apreciar los requerimientos reales de equipamiento y de la mano de obra de diferentes niveles de calificación, como tambien las necesidades reales de importaciones. El venezolano de sentido común tendría que preguntarse ¿por qué no se habrán hecho estos cálculos técnicos – por desidia? por inacapacidad? Y la explicación es muy sencilla — porque los resultados no les serían favorables.
Los medios de comunicación cunden con informaciones sobre declaraciones y publicaciones de supuestos representantes de la Venezuela del porvenir (post-Chávez), pero que en realidad no son sino ex-participantes de la Venezuela del pasado (pre-Chávez) con sus mismos argumentos y planteamientos fallidos por obsoletos y periclitados. Unos anuncian sus recomendaciones bajo el lema de “propuestas para rehacer a Venezuela” o “transición hacia nirvana”. Otros lo hacen bajo la consigna “reforma petrolera” rememorando la apertura Giusti. Y otros más insisten con su fanatismo extremista de privatizar a PDVSA y un sin fin de otras empresas y actividades gubernamentales, con el subterfugio que denominan “democratización del capital”, “participación accionaria”, “nacionalización auténtica” y “capitalismo participativo”. Debo reconocer, sin embargo, que un grupo minúsculo sí pone el dedo en la llaga planteando los problemas de gobernabilidad y anteponiendolos como prioritarios al lado de los problemas sociales de la población más empobrecida.
Llevamos años cambiando gobiernos, modificando políticas económicas, gastando divisas petroleras y discutiendo sobre el número de ángeles en la punta de un alfiler, sin que hayamos logrado disminuir los obstáculos al desarrollo del pais. Por el contrario, los hemos complicado y profundizado tanto que hoy es mucho más dificil encaminar el pais hacia el desarrollo, por depender más del petróleo por estar más hundidos en el “excremento del Diablo” que hace 30 o 40 años cuando dependíamos menos del petróleo y por arrastrar un sector privado debilitado y golpeado. Pero estas no son las únicas razones del subdesarrollo económico venezolano. No se puede caracterizar tan simplísticamente, ni se puede definir exclusivamente con indicadores numéricos.
El resquebrajamiento sufrido por el sector privado tiene poco que ver con esto y su fortalecimiento cuantitativo sería apenas una pequeña contribución hacia su reactivación, eliminando uno de los obstáculos menores. El subdesarrollo económico venezolano se debe nada más y nada menos que a las políticas económicas implantadas por recomendación de economistas que, por más bien preparados que estan, íque los enaltecen, sufren de alzheimers económico y han olvidado que la teoría económica y los instrumentos analíticos aprendidos en las universidades y los libros tradicionales requieren ser adecuados y ajustados a las realidades concretas y especificas donde van a ser aplicadas, para que puedan ser efectivas y exitosas.
La expansión petrolera no es la via para salir del subdesarrollo. Ni siquiera serviría para iniciar el camino hacia el desarrollo, mucho menos el mecanismo de arranque que requiere el pais. La solución de arranque se encuentra en el campo político y social, primero y económico, segundo. En el campo político, es obligado reemplazar el gobierno actual por uno de unidad nacional desvinculado del pasado, pero que sepa aprovechar lo positivo de la Constitución vigente y atienda con caracter de urgencia los problemas de gobernabilidad. En el campo social, es imperante atender las necesidades básicas y urgentes de la población más necesitada con programas integrales innovadores que, en vez de estar limitados al alivio del sufrimiento actual y por tanto de alcance temporal, contemplan primordialmente soluciones para el largo plazo y por tanto de caracter permanente . Y en el campo económico, lo primordial es establecer las normas que le dan ánimo a la economía de mercado, creando confianza y seguridad sobre las reglas del juego que permitan al inversionista pensar y tomar decisiones, tambien innovadoras, para el largo plazo.
La primera prioridad radica en el campo político por la sencilla razón que sin cambio de gobierno no hay posibilidad alguna de atender exitosamente los problemas sociales y económicos. Pero no se trata de un simple cambio de personas, un presidente militar por uno civil, un vicepresidente periodista por uno partidista, o un ministro soldado por uno ciudadano. Es necesario cambiar el enfoque de gobierno, su ámbito de acción. El nuevo gobierno debe ser abierto y transparente, además de democrático por supuesto. Debe ser como tanto predicó Hugo Chavez durante la campaña electoral, para despues incumplirlo como Presidente, traicionando al pueblo que lo eligió—participativo. El nuevo gobierno tiene que poner en ejecución la verdadera democracia participativa que el chavismo traicionó por núnca tener la intención real de aplicarla, o por no saber cómo hacerlo. El nuevo gobierno debe rendir cuentas como jamás lo ha hecho el gobierno chavista y ningún otro anteriormente. Y no se trata exclusivamente del Ejecutivo. Tambien la Asamblea Nacional debe sufrir cambios de fondo, al igual que los demás poderes que comprenden la estructura actual del Estado venezolano. Pero lo principal sigue siendo la integración de la sociedad civil a la acción pública, de los ciudadanos comunes a la acción pública de las entidades nacionales y locales en donde vivien, para poner en marcha la verdadera revolución social que exigen todos los venezolanos, ricos y pobres, militares y civiles, religiosos y laicos, educados y analfabetos, empleados y desempleados, trabajadores y empresarios, estudiantes y educadores, niños y adultos, mujeres y hombres,
El campo social tiene prioridad por razones obvias relacionadas con el actual gobierno y sus politicas públicas dirigidas a crear conflicto y animosidad entre las clases sociales, al tiempo que simultaneamente buscan mantener el apoyo de la sociedad venezolana más desafortunada y desposeida, tanto de bienes materiales como de oportunidades de mejoramiento y superación, por falta de educación y capacitación, instrumentos de trabajo, buena alimentación y salud, y demás factores relacionados con el desarrollo del ser humano. Pero la responsabilidad de acción no descansa exclusivamente en las políticas públicas del Estado post-Chavez. Radica igualmente en la otra porción de la sociedad venezolana, la porción afortunada que todavia tiene posesiones, sean estas materiales, o las más importantes y permanentes, como conocimientos, calificaciones, voluntad de trabajo, solidaridad y el deseo de compartir con los menos afortunados las maravillas que este pais le ofrece a sus pobladores que quieran y sepan aprovecharlas. Una lección que debemos haber aprendido de las lecciones de los últimos años es que el pais no debe, no puede, estar en manos exclusivas del Estado venezolano y su gobierno de turno. Los ciudadanos, todos, tenemos derechos, pero tambien, y más importante, tenemos obligaciones que cumplir para poder sobrevivir como comunidad, como pais y como nación. El esfuerzo social tiene que hacerse integral y solidariamente. Tiene que hacerse a nivel de cada comunidad, de cada municipio, por sus residentes, mujeres y hombres, empresarios, profesionales, tecnicos, jubilados, jovenes y viejos, conjuntamente con los funcionarios de los diferentes niveles de gobierno—nacional, regional, estadal, municipal, parroquial, organizaciones vecinales, etc.
Finalmente, la economía requiere una política fiscal y monetaria (PFM) compatible con un país hundido en el excremento del diablo. Una PFM que no entre en conflicto y fracase por ver al sector petrolero como la locomotora de la economía, o como cualquier actividad típica de un pais no petrolero, en vez de utilizarlo estricamente como actividad complementaria. Una PFM que utilice al sector petrolero como generador de divisas compatible con la limitada capacidad de absorción de la economía. Una PFM que estimule con créditos y subsidios, sin agravar las distorsiones históricas de la economía nacional manteniendo un tipo de cambio inconsistente con esas distorsiones. Y por sobre todo, una PFM que oriente y estimule la expansion de la capacidad de absorción de la economía nacional, en combinación con politicas de capacitación y entrenamiento, de reorganización y de re-ingeniería industriales, agricolas y de servicios.
El camino hacia el desarrollo no pasa por la maximización de los recursos provenientes de la exportación de hidrocarburos, como predican los más ilustrados. No descubriremos la via del desarrollo mientras mantengamos esa creencia y recomendemos políticas consecuentes con esa creencia, repitiendo los errores del pasado. No lograremos el desarrollo pretendiendo curar nuestra enfermedad holandesa con medicinas y drogas manufacturadas en laboratorios petroleros. Ver en el petróleo la salvación de nuestros errores es tan irracional como pretender curar un enfermo grave exclusivamente con fuerza de voluntad, o con el mago Mandrake.
El camino hacia el desarrollo es un proceso de muy largo plazo, necesariamente lento, arduo y muy cuesta arriba. Será muy doloroso para los que pretenden ahora retomar las riendas de la Venezuela del porvenir, habiendo disfrutado de la Venezuela del pasado sin pensar en su futuro, precipitando el experimento chavista que tanto está convulcionando a la sociedad venezolana