Economía

Nubarrones

En el horizonte se acumulan nubarrones, que presagian la posibilidad de otro desenlace traumático. Al menos tres elementos, con estrechas relaciones, podrían participar en este potencial escenario.

En primer lugar, el nivel de exportaciones petroleras. El gobierno insiste que se producen alrededor de 3,1-3,2 millones de barriles diarios a partir de marzo, lo que implicaría un volumen de exportaciones de 2,7-2,8 millones de barriles diarios. Pero un director del BCV dice que los ingresos son de 1.000 millones de dólares mensuales, lo cual sería coherente con exportaciones de aproximadamente 1,4 millones de barriles diarios, sí fuese correcta la información del precio de la cesta de exportación venezolana que suministra el MEM. Con un precio promedio mayor a 25 dólares el barril (MEM) y volúmenes similares a los anunciados por el gobierno, las exportaciones deberían ser, en lo que va del año, de aproximadamente 11.000 millones de dólares. Dada la muy reducida venta de divisas, y aún suponiendo altos pagos de deuda, la información gubernamental no parece consistente con la evolución de las reservas internacionales.

Las dudas acerca de la información gubernamental no se circunscriben a los antiguos trabajadores de PDVSA. Las agencias internacionales fundamentales estiman una producción y exportación menor a la que informa el gobierno. El informe de la Agencia Internacional de Energía del 11 de agosto estima que la producción de Venezuela de julio fue de 2,25 millones de barriles diarios, sin incluir 378.000 barriles de crudo extra-pesado de la faja del Orinoco. La producción global sería de 2,63 millones de barriles diarios, 570.000 barriles menos que la cifra gubernamental.

La Agencia Internacional de Energía señala, “La producción venezolana de junio ha sido ajustada hacia la baja por 50.000 barriles diarios, y en julio se produjo una baja similar. La data provisional de las importaciones de los Estados Unidos y reportes de los cargadores y compradores señalan que mayo fue algo así como el pico de la oferta venezolana. Las operaciones de refinación se redujeron en julio como resultados de reducción de la producción en los campos de Occidente. De nuevo se han levantado dudas acerca de la sostenibilidad de la producción de Oriente, que se incrementó rápidamente después del paro para hacer frente a la reducción de la producción de los campos más viejos alrededor del Lago de Maracaibo.”

La Energy Information Administration tiene una opinión análoga, “La producción venezolana de petróleo declinó en junio después de varios meses de recuperación, cuando la producción de los campos de Occidente cayó en 100.000 barriles diarios….La EIA estima que varios cientos de miles de barriles por día de capacidad de producción están en riesgo de perderse por la paralización que ocurrió en la industria y que la producción de petróleo de Venezuela podría estancarse a su actual nivel, de aproximadamente 2,5 millones de barriles diarios (sin contar con la Orimulsión, condensados y NGL). Las exportaciones de Venezuela a los Estados Unidos, que habían estado subiendo a niveles más normales, ha caído desde mayo entre 50.000 y 200.000 barriles diarios desde los niveles que alcanzó en mayo.”

Lo más probable es que la información gubernamental sobreestime el valor de las exportaciones. Además, aparentemente la inversión en el sector petrolero es bastante baja, lo que indicaría que para el próximo año el valor de las exportaciones podría continuar siendo bajo sí se mantiene la actual política.

En segundo lugar las crecientes distorsiones que acumula el “régimen” cambiario. Cuando se instaló se anunció su flexibilización en forma relativamente rápida, lo cual no ocurrió. Lo previsible es que en la coyuntura electoral se sigan acumulando presiones, en un contexto donde el tipo de cambio real de equilibrio debe haberse depreciado.

Por último, la política fiscal. El gasto fiscal posiblemente sea expansivo por la presión política, a pesar de la caída de los ingresos. La consecuencia es endeudamiento y financiamiento monetario. El nivel de la deuda, según el informe del Banco Mercantil, alcanza 35,6 mil millones de dólares, no excesivamente preocupante, pero con un servicio muy alto, alrededor de los 15 mil millones de dólares, lo cual representaría el 70% de los ingresos ordinarios y aproximadamente el 16% del producto (2002), ¿cuanto más pude continuar esta dinámica?

Todo parece indicar que en la actual coyuntura el gobierno prefiere seguir acumulando presiones y distorsiones. A futuro, los nubarrones se pueden precipitar en una desagradable tormenta.

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