¡¡¡No fue Mao!!!, fue el reconocimiento de los Derechos de Propiedad Privada (Capitalismo)
Uno debería ser escéptico por principio, especialmente cuando alguien quiere venderle algo que el resto de la humanidad ha dejado atrás por ineficiente, propenso a burocratizaciones, a la corrupción y a la concentración de poder en un solo ser, en detrimento de los derechos del resto de los componentes de la sociedad. Nos referimos al socialismo del siglo XXI, al socialismo propuesto por el presidente Chávez y rechazado en su propuesta de Reforma Constitucional. En esta ocasión el presidente Chávez aseguró a sus seguidores, que había sido Mao Tse Tung y el comunismo, la mezcla que permitió la modernización y expansión de la producción agrícola en China. Nada más falso que tal aseveración.
China inició un proceso de transformación del comunismo y de la propiedad de los medios de producción y de la producción de propiedad del Estado hacia la propiedad privada. Resultó ser el reconocimiento de la falta de incentivos privados en formas organizacionales de producción como las comunas, lo que verdaderamente desencadenó una Reforma de la Política Agraria, básicamente capitalista. Algo que no deja de ser curioso es que en Cuba quiere flexibilizarse la estructura de dominación del Estado sobre la economía y especialmente sobre el agro (al menos parece haber anuncios al respecto), emulando al proceso Chino, mientras en Venezuela se quiere replicar lo que mantuvo y a mantenido a ciertos países en el oscurantismo en lo económico y en sus derechos individuales.
Hasta finales de los 70, las comunas rurales chinas se encontraban basadas en ideas marxistas ortodoxas. Los trabajadores percibían ingresos de acuerdo con aproximaciones sobre su aporte a los ingresos de la comuna. 5% de sus tierras era destinado a las denominadas parcelas privadas. Sin embargo, la producción de estas parcelas no podía ser vendida en las ciudades. El único comercio permitido se desarrollaba a través de un mercado en exceso regulado.
En 1978 el Gobierno chino cambió su política, permitiendo a los productores quedarse y comercializar en mercados privados aquella producción que sobrepasara la cuota fijada. Esta política, denominada el «sistema de responsabilidad», significó el levantamiento de las restricciones sobre las explotaciones privadas, y se tradujo en el aumento de la cantidad de tierra utilizada. En 1984, 97% de los agricultores producía de acuerdo con el mencionado sistema.
La importancia de un mejor esquema de incentivos, basado en la propiedad y el libre intercambio del fruto del trabajo, determinó que entre 1978 y 1984 la producción agrícola china aumentara 61%. Adicionalmente, el Gobierno chino modificó los precios controlados de los bienes agrícolas, e, incluso, permitió que algunos se determinaran en los mercados privados.
En consecuencia, la sustitución del modelo socialista, basado en las comunas y las cooperativas, por un sistema de propiedad privada -aun cuando limitada- y de libre mercado, forma parte del conjunto de hechos que explican el milagro económico chino.