Navidad y nuevo salario ¿vendrá Santa?
Por Héctor Benavente – CEO de Kairos Consulting Group
Llegó diciembre con nuevo aumento de salario incluido, decretado a finales de noviembre. Lo primero que salta a la vista es que este aumento no logra cubrir la inflación acumulada desde el anterior aumento, del 20 de agosto (que si recordamos es el mayor aumento de salario del que se tiene registro) y posiblemente vuelva a ocurrir lo mismo: precios que aumentan de forma muy acelerada mientras que las personas aún no cobrado la primera quincena del nuevo salario.
¿Cómo será esta Navidad? Dando una vuelta por alguna feria de regalos ya podemos formarnos una idea. Precios completamente dolarizados y más altos que lo que cuesta el mismo producto en el exterior. ¿Esto quiere decir que los comerciantes son especuladores que se aprovechan de la crisis? Para nada, y vamos por partes.
Dolarización de la economía
La dolarización espontánea de la economía es un fenómeno totalmente ligado a las hiperinflaciones, ayuda a protegerse ante subidas de dólare, retrasos de pagos. En este punto quiero indicar que recibir un pago de otro banco puede representar una pérdida de hasta un 20%. La dolarización informal de la economía apenas empieza y tenderá a ocupar cada vez más sectores económicos.
Más caro es Venezuela que Miami
Tenemos el otro punto, precios más altos aquí que en el extranjero, muchas personas, de diversas tendencias políticas, ven esto como la gran evidencia de la especulación. Aquí entra el gran rezago del paralelo vs la inflación. Como bien indicaba un reconocido economista el paralelo debería estar en torno a los 3700 Bs por dólar para haber compensado toda la inflación del año.
Con este diferencial, que ya hemos tenido en el pasado pero jamás a estos niveles, se da el fenómeno de productos con mayor precio, en dólares, aquí que en el extranjero. Para los productos nacionales ocurre algo similar, las estructuras de costos de las empresas reflejan costos que obligan a tener precios mayores que los internacionales en muchos casos. Esto en ningún momento significa que el comerciante o productor es un especulador, significa que se enfrenta a una de las mayores crisis económicas modernas que se han vivido.
Comprender al cliente
Viendo este panorama siempre existe la pregunta ¿Qué hacemos? Lo primero es entender a fondo al cliente. Visitando las ferias de navidad se observan muchos stands vendiendo exactamente el mismo producto que en años anteriores, pero ahora a un precio difícilmente asumible para la mayoría de los clientes. Toca analizar las posibilidades de compra de los clientes y adaptarnos a ellos.
El producto, precio y presentación deben responder a las posibilidades actuales del cliente objetivo. Vemos juguetes muy sencillos en 10$, piezas de ropa de bebé en 20$. Cuando tenemos una población con un salario minino, a día de hoy, de 9 $ podemos ver una gran diferencia entre precios y salarios. Repetir formulas del pasado puede salir muy mal en esta Navidad. Lo mismo aplica para el sector de alimentos. Esperar que la población, en general, mantenga las costumbres de años anteriores es no entender la realidad.
El cliente estas navidades será alguien centrado principalmente en alimentos básicos, ya no pensemos en hallacas, pernil, etc. Un cliente con un gasto en servicios más alto, basta con observar cómo ha subido el recibo de luz, los servicios de internet no ABA y el servicio de transporte público. Debemos analizar como es el perfil de nuestro segmento de mercado y adaptarnos a sus necesidades y opciones, una parte de la población podrá hacer esfuerzos para regalos de cierto valor, especialmente para los niños, pero la gran mayoría no podrá hacerlo.
Nos enfrentamos a la Navidad más dura de la historia reciente del país con la esperanza que la próxima sea mucho mejor y con el deseo que Santa no se olvide de nosotros y alguna buena noticia nos traiga pronto.