Munificencia presidencial
El reportaje que bajo el nombre de “Expediente” publicó este mismo diario el domingo pasado revela la largueza con la cual el inquilino de Miraflores dispone de los recursos del Estado. Quienes no hayan leído ese interesantísimo reportaje deben buscarlo y leerlo. De manera particular recomiendo su lectura a los compatriotas funcionarios acólitos del chavismo para que se den cuenta de lo que son co-responsables.
Ese trabajo expone, con datos del Centro de Investigaciones Económicas (CIECA) y con explicaciones de su presidente, el economista Franklin Rojas Penso, la manera absolutamente insensata e imprudente como el régimen del comunismo del siglo XXI compromete financieramente el país más allá de su capacidad para responder por esos compromisos.
No haré un resumen detallado del reportaje de Expediente, pero creo que algunos datos que allí se presentan son suficientes para darse cuenta de la manera irresponsable como se adquieren obligaciones que el Estado no está en condiciones de honrar.
Según el reportaje de El Universal, desde el año 2005 hasta el 15 de diciembre pasado – ¡en solo cinco años! – el gobierno ha comprometido fuera del país la bicoca de 424 mil millones de dólares. Los principales beneficiarios de esa rebatiña son: China con 60.139 millones de dóñlares; Rusia con 58.860; Cuba con 34.400; Brasil con 29.113; Argentina con 27.479; Irán con 16.445; MERCOSUR con 65.846 y la ALBA con 62.633.
El economista Franklin Rojas hace una acotación que no podemos pasar por alto. Dice que la cifra relativa a Cuba corresponde a “gastos pagados a ese país por concepto de haber delegado el gobierno de Venezuela al gobierno de Cuba la administración del sector público venezolano”.
Siempre de acuerdo con el mismo reportaje, durante ese mismo período el inquilino de Miraflores y sus acólitos “hicieron anuncios de gasto público destinado a Venezuela por un millón 225 mil 821 millones de dólares”.
A todas estas, según CIECA el ingreso fiscal del país en ese tiempo ha sido de solo 506 mil 570 millones de dólares.
Según el reportaje, en el 2010 los ofrecimientos no bajaron de ritmo. “Hasta mediados de diciembre el CIECA contabilizó un gasto público anunciado en Venezuela de 97 mil 533 millones de dólares y otros 92 mil 892 para el exterior. Es decir 190 mil 425 millones. Eso frente a un ingreso fiscal estimado en 98 mil 82 millones de dólares”. Y yo agrego, con unas reservas internacionales de 28 mil 469 millones (al 20-12-10), en caída libre.
El CIECA pregunta: ¿De dónde saldrán esos dólares?
La respuesta es muy sencilla: del bolsillo de los venezolanos porque PDVSA está – lo dice el mismo reportaje – “anulada como proveedora de fondos al Estado”. Por eso el gobierno recurre nuevamente a la devaluación de la moneda, a subir el IVA y a restablecer el impuesto a las operaciones bancarias.
Pero hay otra pregunta: ¿que se hizo ese millón y pico de millones que supuestamente se destinó a atender necesidades dentro del país?
Esta pregunta queda sin respuesta porque no existe en Venezuela un ente público que exija rendir cuentas. Tenemos una Contraloría que en lugar de controlar se dedica a inhabilitar políticamente a funcionarios honestos mientras cierra los ojos ante la despilfarro del erario que ocurre en la cúspide del poder. Tenemos un parlamento que ha declinado también su función contralora. Tenemos una Fiscalía que se hace también la vista gorda frente una “notitia criminis” como la del reportaje de El Universal. Tenemos una defensoría del pueblo que solo defiende al gobierno.
¿Qué pasaría si aquí funcionaran todavía las instituciones?
Y pensar que al Presidente Pérez lo defenestraron, lo sometieron a una prisión humillante y lo obligaron a exilarse porque utilizó 250 millones de bolívares – una nimiedad comparada con la munificencia irreflexiva del mandón – en una causa noble como fue la de al gobierno democrático de doña Violeta Chamorro frente a los intentos subversivos de Daniel Ortega y su sandinismo.