Los precios del petróleo: Cuál es el impacto del cartel OPEP
Los precios del petróleo, por acción del cartel petrolero OPEP, tiendes – en teoría – a regirse a través de un cruce de estrategias diseñadas sobre un “juego” a veces “cooperativo” y a veces “colusivo”, que se crea entre los países miembros; pero, siempre sobre la regla de un “swing producer” o productor líder, quien como tiene menores costos y mayor capacidad de producción: Arabia Saudita; actúa acorde a sus intereses, y su estrategia depende de ellos, no siempre concuerdan con los de los otros miembros del cartel, incluido Venezuela. Las diferencias “tecnológicas” tienen en este “juego cooperativo y colusivo”, un rol fundamental para “compensar” o perder los efectos que en ocasiones, produce el comportamiento del líder. De esta manera, los precios pueden acercarse a un “equilibrio”, con el stress del inestable proceso de maximización de precios, que exige una contracción de la producción, donde los costos “causados” por los recortes van de menor a mayor en contra de aquellos socios del cartel que opere con mayores costos de producción; los cuales, y a veces hasta por “pura solidaridad” terminan en el mediano plazo pagando la factura por perdida de mercados, a los cuales, no se les recupera de manera rapida.
1. Variables subyacentes: crecimiento y presión
Durante años y casi en forma de un ciclo fatal, vemos los precios del petróleo caer para después subir, en una tendencia de largo plazo de reducir su precio en términos del valor real del dólar, moneda con la cual se cotiza el commodity. Esa tendencia de largo plazo no hace otra cosa que reflejar que independientemente del impacto que produce la expansión/contracción de la oferta OPEP en el mercado mundial de hidrocarburos, los factores fundamentales pesan en el largo plazo; es decir, si la demanda cae con alguna fuerza, siempre precedida por shocks negativos sobre la economia mundial, los precios del petróleo caerán indefectiblemente. Lo contrario, ocurre cuando la demanda crece exponencialmente. Esa secuencia es lo que permite que en la parte alta del ciclo –inducido por supuesto a una fuerte presión de la demanda- nuevas inversiones se incorporen, nuevos productores aparezcan y un nuevo petróleo se ofrezca en los mercados, hasta que se retrocede a la parte baja del ciclo cuando los precios caen.
2. Los cambios estructurales en la industria
Esos fundamentales inducen grandes cambios en la microestructura de las grandes empresas petroleras en el ámbito mundial, dando paso a nuevas y menos costosas tecnologías, menores costos por reestructuración del negocio como un todo, preparándose asi para cuando vuelva una nueva alza, momento en el cual los accionistas cobran su inversión dado los enormes dividendos que esas empresas registra. En el mundo OPEP, esa trayectoria ha servido para exprimir por vía fiscal sus empresas estatales, asi como para introducir alguna reestructuración, pero siempre bajo los objetivos de una actividad económica que en agregado es siempre el mayor contribuyente de esos gobiernos, es entonces un requisito fiscal reducir costos –no importa cuales- y asi incrementar la renta gravable, en países donde la factura tributaria a su industria petrolera toma mas de las tres cuartas partes del producto. Algo similar –en lo tributario- ocurre en los mercados de mayor demanda donde los fiscos y los gobiernos también aplican la misma tecnología tributaria, en este caso a los consumidores, en elevados impuestos a los combustibles derivados del commodity.
3. La actual ola de precios
Lo ocurrido entre 1999 y el 2000 con el alza de los precios a niveles no registrados en muchos anos, están esencialmente conectados con la reactivación de las economías asiáticas (cerca de un promedio del 10% del PIB entre Korea, Malasia, Tailandia, Taiwan y otros) y la potencia que muestra el ritmo de actividad económica del capitalismo americano (5% anual), todos, además de Japón y el retorno del crecimeinto en América Latina de los grandes consumidores – México, Brasil y Argentina- incorporan una nueva demanda en medio de una política contractiva asimétrica de la oferta petrolera OPEP, la cual más temprano que tarde tendrá que devolverle al mercado volúmenes de petróleo que impidan una caída en la demanda y con ello de los precios. A estos factores fundamentales se suman otros factores; mayormente en la coyuntura, en el corto plazo; a saber, variación volátil de inventarios, cuellos de botellas en el transporte, que es lo que ocurre en la actualidad para el petróleo del medio oriente hacia los mercados occidentales, mercado de futuros, y particularmente ruidos políticos en los países productores.
4. Disgresión: otras perturbaciones en los precios
Asi, los precios estarán sujetos, en cualquiera de los lados del ciclo, a los movimientos y ejercicios políticos que se ejecuten en la OPEP, independiente que, en el margen del impacto producido por el cartel y cuya posición es estructuralmente residual por factores políticos y culturales, la oferta efectiva de hidrocarburos se reduzca o incremente. Entre otros, es que se puede observar que en un entorno de estabilidad – entre ciclo y ciclo – la fuerza e impacto de sus acciones políticas con relación a los niveles de producción se debilitan, dado que cada miembro del cartel OPEP buscara por sus propios medios de tomar la mayor ganancia en un mercado donde el glut petrolero aun no se deja sentir. Acotamos que el glut es consecuencia, asi lo muestra la historia, de una abrupta caída de la demanda mundial independiente de la razón que provoque el debilitamiento rápido de la demanda.
Por otro lado, y es importante tomarlo en cuenta, que más allá del mercado de crudo, a donde, en todo caso va finalmente el impacto en la demanda, existen –aguas abajo – imperfecciones – de mercado- en la oferta de capacidad de refinación, la cual como hemos visto en estos meses de elevados precios, donde hay visos de la existencia de un cartel en la demanda por petróleo para refinar de las grandes empresas petroleras internacionales, y que a todo evento se entrelazan en la transmisión de distorsiones en los precios de los combustibles, gasolina en el verano y residuales para calefacción en el invierno. Asi estaríamos atenazados entre un cartel en la oferta y un cartel en la demanda; es decir, un oligopolio y un oligopsonio.
Sin embargo, es probable que estas perturbaciones en el mercado de la refinación no perduraran mucho tiempo, dado que la incorporación de nuevos productores de crudos y nuevas áreas, particularmente aquellas con costos elevados y la vasta inversión que actualmente se ejecuta para ampliar la capacidad de refinación, devolverán mas estabilidad, mas allá de la coyuntura, al precio del petróleo. Un hecho, sin embargo, es importante resaltar y es que la capacidad de refinación también esta sujeta a imperfecciones de mercado, al funcionar como un cartel de la misma forma como lo esta una porción residual de producción de crudo en el cartel OPEP.
El proceso de fusión de grandes compañías petroleras que aun transcurre, de alguna manera indica que, aparte de la racionalización de costos que ello per se induce, los elevados precios del petróleo han permitido a los accionistas – en muchos casos fondos de pensión, por cierto – de estas empresas recoger pingues dividendos para “compensar” las perdidas después de la caída de los precios y valores que se produjo durante la ultima zafra petrolera en 1998. Al parecer el mercado estaría atenazado por dos carteles, uno en la producción del crudo OPE, y el otro en la refinación de combustibles.
5. Los precios en la OPEP y el efecto en los mercados
El mecanismo de formación de precios en el marco del cartel – oligopolio – rige sobre una especie de juego cooperativo y – en ocasiones no tan cooperativo que aproxima un tipo de equilibrio Cournot – con tendencia a la maximización de precios; y en otras veces colusivo – equilibrio a lo Nash- pero siempre sobre el mismo objetivo de maximizar el precio. Ese mecanismo ha tenido era mas impacto en la medida en que la oferta de petróleo OPEP no era de carácter residual ante la producción mundial de crudo; es decir, cuando constituía en cierto modo un volumen “no marginal” de la oferta de hidrocarburos. En ambos “equilibrios” el juego es armado por socios que desconfían entere si – dilema del prisionero – aunque bajo el mando de un – o varios – socio cuyo liderazgo esta en relación inversa a sus costos de producción y capacidad de producción –tasa de descuento.
Esa realidad, ha evolucionado en la medida en que han aparecido nuevos jugadores en el mercado; es decir, nuevos productores, nuevos yacimientos en un mercado más exigente y el cual también cuenta con el crecimiento de la oferta y de la capacidad productiva de sus miembros, donde el incremento de esa capacidad productiva de hidrocarburos ahora requiere de asociaciones estratégicas con empresas privadas internacionales, dado que los objetivos fiscales – maximización de la renta gravable – a los cuales los diferentes gobiernos del cartel han sometido a su industria petrolera las ha debilitado y por ello colocado en posición dependiente no solo de capital sino de desarrollo tecnológico. La expansión petrolera en la OPEP mas temprano que tarde – dada una demanda mundial – tendrá que seguir el camino que inicio la apertura petrolera venezolana durante los noventa, al menos que esos gobiernos decidan modificar la estructura de propiedad sobre sus empresas petrolera, lo cual en todo caso serian senales que los objetivos fiscales y tributarios que sobre ellas se han impuesto se desee cambiarlos. En todo caso, allí también estarían disponibles las alianzas estratégicas con empresas internacionales y otras independientes para explotar hidrocarburos aguas arriba y aguas abajo.
6. Los precios en el largo plazo
Entre unos y otros factores, un arreglo de largo plazo entre demanda y la oferta de petróleo, se ha impuesto por las razones mencionadas, lo cual ha provocado un entorno de mayor competitividad, el cual, como es lógico, ha debilitado el mecanismo oligopólico de formación de precios que prevalece desde el embargo petrolero de 1973, independientemente que en la coyuntura se puedan ejercer un impacto sobre los precios, lo cual como la historia lo demuestra no es sustentable en el mediano plazo. De hecho, el secular colapso de sistema de cuotas no es otra cosa que la imposibilidad de la OPEP de sostener los precios del petrolero en un juego ideal -hoy inexistente- donde cada país miembro del cartel obtiene mayores beneficios. Lo ocurrido en este ano, en términos de precios y la contracción de producción de los países de la OPEP, Noruega y México, no resta méritos esa realidad subyacente acotada, de lo cual se puede derivar que, pese a que la OPEP haya incrementado en casi dos millones de barriles durante el año para estabilizar los precios, estos se han mantenido subiendo, dando a entender que los “otros factores” que entran en la formación de precio tienen en la coyuntura marcada importancia.
En la práctica, y de allí el proceso recurrente de violación de cuotas, ello implica que en las condiciones actuales del mercado petrolero los miembros del cartel ya no pueden afectar la demanda – es decir los precios- a un precio dado. Adentro de la OPEP, los mayores beneficios hoy por el incremento en los precios, y después por los incrementos en los volúmenes, serán para los que muestran menores costos, lo cual hace que estos países – Arabia Saudita, Kuwait, Qatar, Libia UEA – sean los que monten la presión para incrementar la producción, lo cual ellos pueden hacer con bajos costos. En un futuro cercano al terminar las sanciones a Irak, este país se incorporara a los primeros, con los cuales de paso tiene mayor afinidad islámica que con el segundo grupo.
7. Lo común y lo específico
Esto por supuesto no es el caso de Venezuela, país que tiene que enfrentar elevados costos para reactivar su potencial de producción, lo cual apunta a que Venezuela deberá tener una política petrolera más flexible, libre de la rigidez que hemos visto en estos meses, de manera de estar presente y con bajos costos obtener el beneficio que produce un crecimiento de la demanda mundial, que permita vencer el síndrome que nos acompaña que en el largo plazo pese a haber enormes yacimientos petroleros y reservas probadas, en estas tierras la cuota de participación en el mercado –en la OPEP y mas allá- disminuye secularmente.
Estos países, y a los cuales debe sumarse Venezuela, deberán contar con una política dirigida hacia la maximización de la producción pese a las rigideces fiscales que le impiden, lo cual hace voltear la atención a la resolución de los problemas fiscales (Venezuela) mas allá del petróleo, porque de lo contrario se acercara el día en que la estructura de propiedad sobre el recurso tenga que compartirse porque las rigideces fiscales a que esta sometida la industria le impida el desarrollo requerido en lo operativo, administrativo, financiero y tecnológico. Hoy a ello, sabemos, se interponen restricciones fiscales, de un dueño, el estado venezolano cuya voracidad fiscal es ampliamente conocida, por lo que preferiría el mecanismo rentista de elevados precios, de manera de que la contribución fiscal se maximise.
8. El petróleo en la era global
El juego del mercado petrolero tiende a ser más competitivo, transformando el sistema de cuotas que tuvo vigencia en la medida en que la OPEP – cada país dentro de ella- como suplidor residual obtenía la mejor relación beneficio-costo, con baja tasa de descuento. Las tasas de descuento ahora seguramente son superiores. Se entiende que la reestructuración que ha vivido PDVSA es un proceso sinérgico dirigido a afectar la ecuación de costos y con ello ampliar las ventajas competitivas en un mercado muy elástico, capaz de ajustar rápidamente los costos de energía en un entorno transparente de menores precios. De hecho el esquema de bandas propuesto por Venezuela apunta a flexibilizar la relación de precios y producción, tarea que sin embargo no le será fácil ejecutar ya que un esquema de mayor eficiencia – mercado de futuros petroleros – lo hace con menores costos de transacción. Ahora, si la reestructuración de PDVSA obedeció solo a exigencias fiscales, entonces estaremos comiéndonos los huevos y la gallina.
9. ¿Qué después de los altos precios?
El juego ahora tiene mas jugadores, por lo que el proceso de maximización de beneficios tiende a ser similar a los incentivos conformados en mercados más competitivos y menos imperfectos, los eventos de colusión no producen los precios que pudiera desear el núcleo de países de la OPEP con Arabia Saudita como líder quien se beneficie del sistema de cuotas. Por el contrario, en la medida en que la tasa de descuento en ese país se incremente en esa medida la presión a la baja en los precios tiende a incrementar la producción, a menos que una organización supranacional de productores de petróleo decida normalizar los precios. Eso es precisamente lo que ocurre en las actuales circunstancia y a la presión de Arabia Saudita para incrementar la producción tan pronto como sea posible, pero como sabemos no cuenta con el apoyo de los miembros más radicales del cartel, a los cuales retorna Venezuela después de algunos anos de pertenecer a los mas moderados.
Quizás, los elevados precios, si pueden mantenerse mas allá del próximo invierno, coadyuve a la distensión con Irak, con lo cual la presión a la baja en los precios será mayor, dado que este ultimo país, posee un gran potencial de producción. Con la salida de Irak por razones conocidas, Arabia Saudita, el país con mayor capacidad de producción y eje del esquema de precios moderados por aquello del gran potencial ante una demanda creciente, al tomar parte importante de esos mercados, impidió que el precio del petróleo escalara precios superiores a los cuales Arabia Saudita establece su tasa de descuento, permitiendo mantener algún volumen de petróleo para estrategias de mayor alcance en el mercado de un recurso no renovable como el petróleo – en el largo plazo. Hay que tomar en cuenta que las afinidades islámicas entre Irak y Arabia Saudita son mayores que la que existen entre Irak y otras naciones islámicas, por ejemplo Irán.
En esas circunstancias, los países con capacidad de crecimiento, algunos dentro de la OPEP como Venezuela, pasarían de push-price a push-production país con un potencial de producción considerable, pero con costos superiores, lo cual incide al mismo tiempo en una ecuación que requiere mayor volumen de producción aunque probablemente a menor precio.
10. ¿Qué debe hacer Venezuela en esta coyuntura?
Este aspecto constituye una realidad inobjetable y por ello es necesario despolitizar el debate sobre la estrategia petrolera a seguir, de manera de clarificar los objetivos económicos de Venezuela como país productor. Ello comienza inevitablemente con una discusión acerca de sí el mecanismo de formación de precios en el marco del cartel petrolero satisface los intereses económicos de Venezuela y ello conlleva a responder la pregunta si realmente Venezuela obtiene mejor resultado económico reduciendo su producción a los niveles prefijados por la OPEP o si por el contrario PDVSA estaría obligada a ir a mayores volúmenes de producción pese a al potencial menor precio y para ello habría que considerar no solo la estructura de crudos que Venezuela produce sino el costo de oportunidad que habría que pagar por mantener la capacidad instalada de procesamiento por debajo de su nivel de equilibrio o inclusive satisfacer su propia demanda de crudos con petrolero producido o bien por un miembro del cartel o por un productor independiente.
PDVSA es actualmente el cuarto más grande procesador de petróleo en el mundo con una capacidad de procesamiento superior a los 2.5 millones de barriles diarios con un proyectado en crecimiento producto del proceso de apertura, independiente que esta este por ahora suspendida, ya que todo indica que la apertura retornara por un hecho de la vida de real politick en materia petrolera. Todo, por supuesto, sobre la gran paradoja de poseer enormes reservas de crudo debajo de un país agobiado de problemas económicos y financieros de urgente y necesaria resolución para maximizar su función de riqueza.
Como se puede observar, la discusión debe estar absolutamente desprejuiciada en lo político, dado que nuestra tasa de descuento, variable que podría determinar si el petróleo se queda bajo tierra o se extrae debe ajustarse por los costos asociados a los problemas socioeconómicos de Venezuela y de los cuales, los fiscales y financieros ejercen considerable presión al gasto publico y al desarrollo económico, deben solucionarse en lo inmediato. Venezuela conforma el grupo de países dentro de la OPEP con capacidad de incrementar no solo las exportaciones sino los volúmenes de producción.
11. Volatilidad de los precios
La demanda de petróleo OPEP estaría determinada por la demanda mundial por energía menos la oferta de los productores no OPEP. Esta relación es fundamental ya que la demanda mundial de hidrocarburo la determina la trayectoria de crecimiento económico y los precios del petróleo, siendo ambos efectos lo suficientemente elásticos como para concluir que la demanda caería rápidamente en la medida en que el ritmo de actividad económica disminuya, esta elasticidad según estimaciones conocidas estaría ubicada entre 0.70 y 0.80 dando a entender que una caída en un punto del crecimiento puede reducir la demanda por petróleo en mas de 0.75 partes, lo cual refleja la elevada elasticidad ante las variaciones en el ritmo de la actividad económica. Por su parte la elasticidad precio similar a la elasticidad actividad económica refleja que el consumo puede caer rápidamente o subir según el precio se incremente o caiga, ello por supuesto en mercados estables. La caída de los precios en 1998 y parte de 1999, como fue descrito al principio de esta nota, fue causada esencialmente por la caída de la actividad económica y la crisis financiera en Asia en 1997 y por la disminución de la actividad económica en las economías mas desarrolladas.
12. Colusión y cooperación
En ese mercado, y en principio, la oferta de petróleo OPEP esta determinada por la demanda mundial menos la oferta de los países no OPEP. Sin embargo, restricciones emanadas del interior de la OPEP y fundamentadas por la existencia de productores que cooperan y coluden en el cartel, emergen tres fuentes de conflicto y cooperación a la hora de determinar los volúmenes de producción por país. La primera fuente la constituyen el grupo llamado nuclear (Arabia Saudita, Kuwait, Qatar, Libia UEA) y a los cuales se le sumo Venezuela a propósito del proceso de apertura de los noventa, aunque en la coyuntura Venezuela ahora se incorpora al grupo radical, esto sin embargo no parece ser sustentable en el mediano plazo dado que Venezuela. La otra fuente la constituye el grupo que tiende a maximizar los precios (Argelia, Indonesia, Irán) y finalmente aquellos países que tienden a maximizar la producción (Indonesia, Gabón), y eventualmente incluyendo a Venezuela en este grupo.
Como se observa, la posición de Venezuela en la OPEP ha variado considerablemente en los últimos anos y desde que la participación cayo a partir de 1973 y ahora cuando su participación tiende a incrementarse. dado que en el periodo de militancia de nuestro país en la organización la política se caracterizaba – doctrina Pérez Alfonso- de ir a mayor precio restringiendo la producción y lo cual hoy lo cual no dejaba de ser consistente en la medida que nuestra participación en la producción OPEP comienza su descenso y por estabilización de las reservas probadas.
13. Maximización de la producción
Lo mencionado arriba devela claramente que dentro de la OPEP existen países que se comportan de manera similar a productores no OPEP, es decir, maximizando la producción y solo lo podrán hacer quienes tienen capacidad y reservas para ello y nuestro país es un ejemplo. De allí la necesidad para Venezuela de que el sistema de cuotas se cambie por un régimen alternativo donde la participación de los países no OPEP conformaría no un cartel, sino una organización mundial similar a la que rige el mercado internacional del café y otros commodities, lo cual de paso, es un reconocimiento tácito a la acción de la globalización también en el mercado de petróleo pese a su característica de recurso natural no renovable.
Lo que ha ocurrido en la OPEP es un desbalance del actual régimen de formación de precios dado que la balanza entre los maximizadores de precios y de producción se altera en el largo plazo en favor de estos últimos. Ello por supuesto no quiere decir que si existe una voluntad entre todos los países productores de petróleo OPEP y no OPEP se podría detener la volatilidad en precios pero ello probablemente ocurriría a precios menores de los que se conocieron en 1996-1998 por lo menos durante el periodo que tome el ajuste de la demanda en los países desarrollados.
En esa situación los productores de menores costos de producción y mayor volumen de reservas -Arabia Saudita, Kuwait, Qatar UEA e Irak- actúan como un oferente residual satisfaciendo la demanda OPEP restante a los precios dados en el mercado y preestablecidos, bajo la figura de productor dominante – swing producer.
Los países que han presionado por maximizar el precio constriñendo la oferta al ritmo de las necesidades nacionales no podrían mantener los precios altos por lo que no les quedaría otra solución de ser técnicamente posible, de incrementar los volúmenes de producción pese a que el precio no podría mantenerse y con ello se estaría creando un mercado inestable por que en esas condiciones el precio de equilibrio a nivel del cartel se situaría por debajo del precio de equilibrio formado ante la presión de los que maximizan el precio como componente de posición política en el cartel.
(*)Consultor Económico y Financiero
PhD Economía (Universidad de Londres)
Profesor Universitario