Economía

Los pobres de la revolución o la revolución de los pobres

1. Revolución y desempleo

Todos aquellos que han perdido sus empleos o, no han encontrado empleo en estos tiempos de revolución, además de aquellos que han tenido que subemplearse y disfrazar sus habilidades y experticias en empleos distintos para lo que fueron educados o entrenados; todos los que al perder el empleo, pierden también sus prestaciones laborales, sus vacaciones, sus pólizas de salud, en general, sus beneficios laborales, para dedicarse a matar “tigres” y a vivir del cuento y no precisamente de la «hoz y el martillo».

Después de tres largos años de revolución bolivariana, la cruda realidad económica y social que viven los venezolanos debe servir al gobierno para que reconozca que el camino escogido para la “redención y salvación” de los pobres ha producido todo lo contrario, mas pobreza; condensada ahora por la perdida masiva de mas de 650 mil puestos de empleo formal en virtud del cierre de empresas y contracción de la inversión privada.

<b<2. El efecto neto en el tejido social

El impacto neto de esas políticas, ha contribuido en directo al crecimiento del desempleo estructural – muy notorio en el volumen de profesionales desempleados y que constituyen un 16% del total de desempleados, un verdadero desempleo de lujo- causando la explosión del subempleo y empleo disfrazado en la economía informal.

Es conocido empíricamente que el crecimiento del empleo informal constituye un perverso mecanismo que reduce el ingreso real de la familia, – no solo por que disminuye el numero de empleados de la familia promedio venezolana- por ser el trabajo informal menos remunerado; en fin de cuentas, se deprecia y empobrece el capital humano venezolano, cada vez menos competente para la búsqueda de empleos que requieren mayor calificación.

3. Una crónica anunciada

Advertíamos hace mas de tres años que el discurso redistributivo y socializante del “proceso revolucionario” y la introducción de instrumentos legales –además de una constitución intensamente reguladora de lo económico- dirigidos a debilitar derechos de propiedad como la ley de tierras y muchas otras del paquete Habilitante, adosado todo ello a la convocatoria de luchas de clases –de pobres contra ricos, que ha terminado en la práctica en una lucha de pobres contra pobres- actuarían como elementos restrictivos y disuasivos a la inversión privada -que paga el 85% de la fuerza laboral empleada- acentuándose por ello el empobrecimiento del capital humano que ya se arrastraba desde hace unos años.

El shock político e institucional causado por el cambio en las reglas de juego en lo económico y en lo social, además del deterioro del marco jurídico que debería reforzar el respeto de los derechos de propiedad, traía en sus entrañas un duro proceso de descapitalización, no solo del capital productivo por obsolescencia tecnológica de la capacidad productiva y pérdida de competitividad, sino del capital social por desmantelamiento de instituciones y destrucción de acuerdos sociales y del capital humano por empobrecimiento de la fuerza laboral y consecuente caída de la productividad laboral.

4. La paradoja frente al boom petrolero

Aunque Ud. no crea, amigo lector, todo ello ha ocurrido mientras el Estado y la política disfrutaban de un considerable boom de ingresos fiscales durante este largo boom petrolero, cuyo fin, por cierto ya se avizora, sin que el gobierno haya, por lo menos, reestructurado el balance negativo del costo de la deuda pública, ni disminuido la carga fiscal por el pago de intereses de esa deuda. Todo indica que el boom petrolero terminará y dejará un Estado doblemente endeudado y con un peso fiscal en pago de intereses por ese endeudamiento que pone en peligro la solvencia financiera de la República en servir sus obligaciones financieras en el corto plazo.

La paradoja es visible, por cuanto en ese mismo periodo, de boom petrolero, el sector real de la economía, el que produce bienes y servicios, ha seguido un continuo proceso de cierre de empresas, con reducción del empleo manufacturero e industrial, por aumento constante de la capacidad instalada ociosa, por caída continua de la productividad laboral, obsolescencia tecnológica por escasez de inversión, y por pérdida de competitividad en mercados internacionales. Una paradoja en tiempos de vacas gordas!!

5. Las salidas: informalidad y descapitalización

Todo ello, ha contribuido a un explosivo crecimiento de la economía informal –incubadora de la creciente pobreza- la cual se expande rápidamente no solo por escape de los excesivos impuestos sino por la presencia de elevados costos de transacción impuestos por un régimen intervensionista y de endémica inestabilidad política que en conjunto ha elevado los riesgos a la inversión en virtud del debilitamiento del marco jurídico que soportan los derechos de propiedad y contratos de inversión además de la vulnerabilidad jurídica que amenaza las reglas de juego.

La representación financiera de ese proceso de descapitalización tanto del capital humano como de la producción se puede leer en la balanza de pagos en la salida de mas de 20 mil millones de dólares del ahorro nacional que ha sido exportado en estos anos de grandes riesgos.

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