Los impuestos y los altos precios del petróleo
Los impuestos al consumo de hidrocarburos guardan una relación directa con el grado de dependencia externa por adquisición de ese tipo de energía que muestre determinado país. La evidencia expresa que a mayor grado de dependencia por importación de hidrocarburos, mayores son los impuestos por su consumo.
Aunque estos impuestos al consumo de combustibles de hidrocarburos han existido desde hace décadas, su evolución ha guardado una estrecha relación con el grado de dependencia por importación de hidrocarburos, dado ciertos hechos de naturaleza politiza relacionados con la inestabilidad en los mercados petroleros abastecidos con petróleo generado en el Golfo Pérsico y áreas adyacentes, consideradas como zonas de alto riesgo político, induciendo a las economías de mayor consumo de petróleo a la implementacion de políticas conservacionista por abastecimiento y sustitución por fuentes de energía alternas.
Se ha buscado –por razones económicas – disminuir la demanda de hidrocarburos, por los riesgos mencionados, asi como los precios de los contratos de venta del petróleo que se exporta desde el Golfo Pérsico se establecen en los puertos de destino, y no en el punto de embarque. Allí la relación entre impuestos al consumo y esa realidad geopolítica, para la disminución de la dependencia de hidrocarburos provenientes de esas zonas (OPEP) que se caracteriza por inestabilidad política, guerras, bloqueos, etc., las cuales como es sabido siempre han perturbado suministros y precios de los hidrocarburos. Los impuestos, en ese sentido, “nivelan” las ventajas comparativas y competitivas por producción de energía, estimulado la inversión y consumo de energía sustitutiva de hidrocarburos, como energía nuclear, fuente alterna de energía de primera importancia en Europa, asi como también. la provisión de un dinerillo al fisco para calibrar la factura fiscal de un entorno que exige disciplina fiscal como estrategia macroecnomica global.
Otro factor que afecta los precios de los hidrocarburos en los últimos anos se genera por la “eficiente acción” del lobby ambientalista, por lo que se han incorporado nuevos impuestos, buscando al contraer la demanda mantener un ambiente limpio y menos contaminado, además de estimular la floreciente industria conectada a la descontaminacion del ambiente, De hecho la energía nuclear ha sido también víctima de estos lobbies ambientalistas. Como contraste a lo mencionado, es posible colocar evidencia que los impuestos al consumo de hidrocarburos son menores en aquellos países que poseen alguna importante reserva petrolera, como Inglaterra, Noruega, Estados Unidos, Canadá, Japón y países de la OPEP y Rusia, para solo nombrar algunos.
Esa evidencia apunta claramente al hecho visible, que si los impuestos descendieran sobre un hipotético supuesto de que ello reducirían los precios de los combustibles, la demanda por hidrocarburos se incrementaría considerablemente, -a menor precio mayor demanda -, hacia un punto de equilibrio inclusive mas allá del nivel actual de precios, lo que de alguna manera refleja la relación entre oferta y demanda en el mercado de hoy. En otras palabras, esa hipotética caída en los precios que seguiría a una reducción de impuestos en el corto plazo, seria compensada en el mediano plazo dado que los precios se incrementarían dado que los rezagos tecnológicos y de producción abren una brecha que solo puede ser cubierta por variaciones en los precios.
Estos, como sabe, definen que el ajuste vía precios sea más rápido que en el caso de un potencial incremento de volúmenes de petróleo, particularmente en las condiciones actuales de una demanda que crece de manera considerable por el importante crecimeinto que se observa en las economías más dinámicas. En los hechos esta inconsistencia también conspira contra la predicada eficiencia del mecanismo de bandas. El punto de equilibrio en el mercado por un incremento en la demanda provocado por una reducción de los impuestos, como se propone hoy abiertamente, se generara tal cual como ocurre en los actuales momentos; es decir, con un aumento en los precios por impacto de la demanda. Los nuevos volúmenes a producir para satisfacer esa demanda ampliada tomaran un tiempo para llegar al mercado. No solo no se habría disminuido la presión en los precios en los mercados de mayor consumo, sino que perversamente la reducción de los impuestos provocaría nuevas oleadas de precios.
La volatilidad de los precios en condiciones de menores precios seria mayor en el corto plazo, razón por la cual los precios subirían hasta alcanzar un nuevo punto de equilibrio con una mayor demanda. De hecho, los –elevados- impuestos también coadyuvan el proceso de acumulación de inventarios y su “conservación” en el largo plazo, bien como reserva contingente o como mecanismo de contención de los precios, solo susceptible de reducirse por el empuje de la demanda que emana de un mundo en rápido y vigoroso crecimiento.
Finalmente cabe un comentario respecto al argumento según el cual el precio del precio que paga el consumidor solo se distribuye una pequeña parte a los países productores, lo cual no es cierto, dado que el impuesto al consumo no le agrega valor alguno al producto consumible, por lo cual la “distribución” del producto no puede considerar los impuestos como componente del valor del producto. Una parte considerable –promediando el 75% del precio final- como impuesto pagado por el consumidor al fisco proviene de los propios ingresos del consumidor –demanda intermedia y final – y de ninguna manera de algún valor agregado mas allá de que se incorpora en el proceso de refinación, transporte y venta de los combustibles. En ese caso los números reflejarían otra realidad y con ello otras conclusiones políticas, dado que el excedente, como lo mencionábamos arriba, es contracción del consumo por pago de impuestos de los consumidores sin que en esa ecuación podamos hablar de agregación de valor; los impuestos per se no agregan valor. La OPEP tendrá que cambiar su estrategia conservacionista, porque como lo dice Yamani (dixit) “la edad del petróleo se puede acabar habiendo petróleo, asi como la edad de piedra se acabo habiendo piedras”