Loqueando con la electricidad
Con mayor, o menor, habilidad Miraflores está manejando la crisis eléctrica, cambia el discurso según las circunstancias y trata en todo momento de aparentar una actividad incansable, una búsqueda casi mundial por plantas generadoras, soluciones. Como la mayor parte de los venezolanos conocen poco sobre el sistema eléctrico muchos quizás se traguen los cuentos de camino y hasta quieran sinceramente que no fracasen los planes oficiales, hasta el momento que les toque pagar las consecuencias de la falta de electricidad.
Por la televisión, la prensa y la radio, han aparecido numerosos expertos, algunos de ellos bien improvisados, otros hablando con propiedad y sin sensacionalismo. Por ahora apenas el día que se decretó el racionamiento en Caracas no ha habido una reacción popular, sencillamente porque la mayoría en la capital, no en el interior del país, no ha sentido la falta de electricidad.
Haga lo que haga el gobierno poco a poco sufriremos en la economía la crisis eléctrica, en forma de desempleó, costo de la vida, e inseguridad. Aparentemente el gobierno ha preferido que la industria y las empresas privada sufran más la escasez de electricidad, consciente de que muchos venezolanos sencillamente no pagan el servicio, o reciben unas tarifas subsidiadas, por lo que no están dispuestos a ahorrar electricidad, lo mismo que siempre ha ocurrido con el agua a pesar de esas campañas sobre que el agua es vida, mientras no la cobren nadie la ahorrará. Igual pasa con la electricidad.
Ahora Miraflores envía un mensaje: los grandes consumidores, los ricos, los escuálidos, ahorrarán electricidad o pagarán el doble. Políticamente envía el mensaje adecuado: los que roban electricidad la seguirán robando, los que pagan tarifas mínimas sociales seguirán disfrutando de esa ventaja, apenas los malvados comerciantes e industriales tendrán que reducir su consumo de electricidad. Dicho de otra forma, los que crean riqueza se empobrecerán, Chávez insinuará que no afecta al pueblo y que castiga a los escuálidos.
Hace diez años Chávez viajó por América Latina promoviendo el famoso gasoducto que alimentaría a toda la región. Hoy quedó estancado el proyecto Cristóbal Colón en Oriente al que solo se le cambio el nombre, falta el gas para generar electricidad y en cambio, a unos kilómetros de las costas de Venezuela, Trinidad se ha convertido en uno de los principales productores de gas del mundo. No hace mucho Chávez anunció los planes para construir una segunda siderurgia, cuando ya parecía inevitable la crisis eléctrica. Hoy se propone que las plantas de aluminio funcionen con energía petrolera, algo totalmente absurdo porque la gran justificación de la CVG consistió en utilizar la potencia del río Caroní: la represa del Gurí representó un intento audaz de planificar el futuro del país. Hoy con el aumento de costos en la CVG si se usara petróleo para generar electricidad sería una locura.
Colombia ha gasificado 300 importantes poblaciones, en Venezuela el suministro de gas no llega siquiera a toda Caracas.
La represa del Guri reflejó una decisión de estado, no de un partido político. Cuando en la última etapa se presentó una crisis el gobierno organizó una comisión donde participaban técnicos adecos, copeyanos y de izquierda. Durante 25 años se construyó la represa con una admirable continuidad de gobierno a gobierno.
Chávez ha trazado un plan publicitario: acusar a los ricos, exigirle sacrificios a los escuálidos, sugerir a los pobres que no sufrirán nada. Por televisión nos presentan obras en plena ejecución, nos sugieren que la crisis no exigirá sacrificios de todos, incluyendo de los más pobres que se roban la electricidad, y nos ocultan que más allá de los inconvenientes de carecer de luz la economía del país sufrirá por la falta de electricidad. ¿Quién invierte en estas condiciones? ¿Quién genera empleo? Con discursos, críticas al capitalismo y al consumismo mientras se alienta el despilfarro apenas se logrará engañar ganar tiempo. En realidad el gobierno loquea, finge una actividad frenética pero no sabe qué hacer: los que provocaron la crisis no la resolverán.