Economía

Ley de costos y precios justos

Aunque soy abogado no escribo a mis compatriotas, por inútil, sobre los aspectos jurídicos de la nueva ley. Les escribo sobre la “nomenklatura”. Es decir, sobre los que van a revisar sus costos para determinar el “precio justo” de lo que producen. Mientras ellos estén ocupados en esa revisión para que el pueblo no soporte un “precio injusto”, por supuesto no producirán ni bienes, ni servicios, salvo claro el servicio de ofrecer bienes a precios justos que primero escasean y luego desaparecen.

         Quizá usted cree que están haciendo un esfuerzo de buena fe para que le alcance el escuálido salario para comprar comida, ropa, artículos de aseo personal y algunas otras cositas, que “el pérfido imperio del capitalismo salvaje” frustra. No le falta razón.

         Ese esfuerzo también de buena fe lo hicieron Lenín y Stalin y planificaron lo que debía hacer y producir cada ruso, pero como la población rusa era (y es) muchísimo mayor que la venezolana, tuvieron que tener muchísima gente supervisando y provocaron hambrunas y muertes por millares que eran paliadas por enormes envíos de trigo desde el imperio para las hambrientas poblaciones. Claro con la doble intención de explotarlos.

         Luego vino Mao y con la misma buena fe controló todo lo que se producía y como había tanto chino, los chinos que controlaban sin producir, salvo el servicio de garantizar justo precio, eran millones; y por supuesto murieron millones, famélicos.

         Después Castro, a él le gusta que lo llamen Fidel, yo no lo llamo así sino Castro, porque ha castrado más de dos generaciones de cubanos. Ustedes saben lo que pasa allá y por eso no voy a redundar.

         Veamos ahora que pasa aquí. Estamos produciendo menos de todo, salvo en homicidios, atracos, secuestros y otros rubros que menciono a disgusto porque son cosas materiales, como cemento y cabilla, que sirven para hacer casas, pero no para derrotar al “pérfido imperio del capitalismo salvaje”.

         Caramba, debo terminar este artículo que se suponía era sobre la nomenklatura y casi hice como Chávez me desvié y hablé de todo menos de eso.

         Rectifico, la nomenklatura son los supervisores que viven bien, están gordos y nos protegen de los especuladores y cuyos jefes Stalin, Mao, Castro y su hijo adoptivo no carecen de nada y si se enferman no hacen cola para que los atiendan.

         Por eso hay cada vez menos personas produciendo y más en la nomenklatura por lo que el jefe ante tan escuálida producción pide un día de trabajo gratis por la revolución. Es el preludio a la esclavitud.

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