La siembra del Zulia
El auspicioso empuje del gentilicio zuliano se siente al comenzar a cruzar el Puente, como reza la gaita clásica. La limpieza de Maracaibo y su perfecta señalización son sólo comparables con el esfuerzo realizado por preservar y rescatar sus tradiciones familiares, artísticas y culturales. Las gaitas del conjunto Barrio Obrero de Cabimas, vigente en su tercera generación, conviven armoniosamente con la modernidad del Museo de Arte Contemporáneo; su culto a la Chinita con el Centro de Artes Lya Bermúdez. En el restaurado Teatro Baralt pervive la Historia de Venezuela de su ilustre escritor epónimo.
Cuando el Zulia y Venezuela se acercan a cumplir el centenario del pozo Zumaque en el 2014, un millar de empresas, 25.000 visitantes y numerosas delegaciones internacionales se dieron cita la semana pasada en la XVIII Exposición Latinoamericana del Petróleo, la principal feria internacional del país.
La madurez de la explotación petrolera en el Zulia no es óbice para propiciar un renacimiento de su industria de los hidrocarburos. La masiva inversión realizada por empresas nacionales e internacionales para rehabilitar y reacondicionar con avanzadas tecnologías los yacimientos maduros de la región permitió incrementar significativamente las reservas y la producción durante los últimos tres lustros, conforme a los lineamientos del Estado venezolano. Hoy, las nuevas empresas mixtas tienen el reto de continuar y profundizar el esfuerzo realizado dentro del Plan Siembra Petrolera.
El Plan Siembra Petrolera de PDVSA contempla elevar la producción petrolera de la región de 950 mil a 1,6 millones de barriles diarios entre 2006 y 2012. Los pozos del Zulia, por su madurez, arrojan un promedio de producción de 46 barriles por pozo (1996-2004). Se deberán perforar 3.320 pozos de desarrollo, acondicionar 6.250 pozos y utilizar 42 taladros al año. El Plan también prevé perforar 36 pozos exploratorios y probar 3.340 millones de barriles de nuevas reservas (nivel de reservas mayor al de Colombia y Ecuador). Tremendo desafío que puede ser realizable mediante el diálogo, la cooperación y la consecución de asociaciones sustentables entre PDVSA y el sector privado nacional e internacional en el marco de la vigente Ley de Hidrocarburos de 2001.
El Proyecto Rafael Urdaneta plantea cuantificar 35 billones de pies cúbicos de gas natural (un tercio más que las reservas de Trinidad y Tobago), y 8.500 millones de barriles de petróleo en el Golfo de Venezuela. La vigente Ley de Hidrocarburos Gaseosos de 1999 brinda un régimen legal adecuado. Las inmensas riquezas de gas de la región zuliana propiciarán el empleo y el desarrollo económico y social mediante el fomento de una pujante industria del gas en sus usos energéticos y petroquímicos. Todo ello puede lograrse con estabilidad jurídica, capital humano y responsabilidad social.