Economía

La Ley de Costos y Precios Justos y la confesión de la Vicepresidencia

El vicepresidente de la República admitió “el error de no adecuar a tiempo el precio de los bienes, observándose elementos de desabastecimiento”. A pesar de la sorprendente e insólita confesión, continuó afirmando que “el Gobierno bolivariano nunca va a acceder a la liberación de precios”. (El Mundo 16-01-2012)-

Así las cosas, el actual Gobierno perfecciona, de hecho, una política inflacionaria y de racionamiento –escasez y desabastecimiento-. Por un lado, aplica políticas inocuas a la inflación como los controles de precios, mientras genera como distorsión el desabastecimiento y la escasez que administra por medio de una política de racionamiento a través de la red pública de comercialización de alimentos.

Más allá, reconocer que los controles de precios tienden a pinzar los márgenes de los oferentes, creando desabastecimiento y lesionándose el bienestar social, especialmente el acceso a los bienes y servicios de los consumidores, el ejercicio de su soberanía y el excedente del consumidor por indisponibilidad del bien resulta cínico, especialmente ocho años después de la política de controles de precios. Sin embargo, asegurar que jamás permitirán que los oferentes y demandantes ejerzan su libertad y soberanía, resulta ciertamente insólito.

La confesión del fracaso del control de la inflación por medio de los controles de precios, teniendo que admitir aumentos y ajustes para reducir el desabastecimiento, sin resultados anti-inflacionarios, constituye la mejor evidencia de desconocimiento en materia económica por parte de la actual gestión de Gobierno.

Los reguladores resultan tremendamente imperfectos, se enfrentan a enormes problemas de asimetría de información, de selección adversa y de riesgo moral, que atentan en contra de la eficiencia económica y por tanto del bienestar social. La advertencia sobre lo errado de los controles generalizados sin fundamento técnico sino político, basados en el anacrónico enfoque de costos, no faltó de parte de los expertos en la materia regulatoria. El fracaso manifiesto en una inflación de los productos regulados superior a la inflación general, no puede sino llamar la atención de la incapacidad de entender, aprender, reconocer y rectificar por parte de la actual gestión de Gobierno.

No puede sino sorprender que el vicepresidente admitiendo el fracaso y las tremendas distorsiones generadas por sus políticas de control de precios, asegure que por ello es que se justifica la Ley de Costos y Precios Justos.

Lo primero que debería hacerse es reconocer y justificar únicamente los controles de precios donde existan monopolios naturales y/o subaditividad en las estructuras de costos. Segundo, en los casos comprobados de monopolio natural, deberá instrumentarse mecanismos de alto poder de incentivos como los price-caps (RPI-X), resguardándose el cumplimiento de la restricción de participación de los oferentes, la oferta de los productos regulados y los incentivos para alcanzar la eficiencia económica. Los mecanismos de trade-off entre eficiencia económica y renta son los utilizados en la actualidad a nivel mundial, por constituir políticas basadas en incentivos.

A confesión de parte, relevo de pruebas. Las políticas públicas y económicas requieren un cambio y para ello, en palabras del propio vicepresidente, será posible con un cambio de Gobierno, ya que el actual no está dispuesto a rectificar ni a aprender.

Economista. Master in Industrial Organization and Markets. Master en Competencia y Regulación de Mercados. Profesor universitario de Regulación Económica y Regulación de Competencia

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