La fuga
Comenzaremos por aclarar a que tipo de fuga nos queremos referir. De comienzo, queremos escribir sobre tres tipos de fuga que están sucediendo en Venezuela.
Como es nuestra costumbre, cuando vamos a referirnos a un tema que identificamos con una palabra, comenzamos por buscar el significado de dicha palabra en el Diccionario de la Real Academia Española que también rige lo que escribimos y hablamos en estas latitudes del continente americano.
Dice la edición vigente del DRAE:
fuga.
(Del lat. fuga).
1. f. Huida apresurada.
2. f. Abandono inesperado del domicilio familiar o del ambiente habitual.
3. f. Momento de mayor fuerza o intensidad de una acción, de un ejercicio, etc.
4. f. Salida de gas o líquido por un orificio o por una abertura producidos accidentalmente.
5. f. Mús. Composición que gira sobre un tema y su contrapunto, repetidos con cierto artificio por diferentes tonos.
~ de cerebros.
1. f. Emigración al extranjero de numerosas personas destacadas en asuntos científicos, culturales o técnicos, para ejercer allí su profesión, en detrimento de los intereses de su país.
~ de consonantes.
1. f. Especie de acertijo escrito en que las consonantes se han sustituido por puntos.
~ de vocales.
- f. Escrito en el que se sustituyen por puntos las vocales
Refirámonos a las fugas que se producen en los sistemas de electricidad y de los acueductos que suplen las ciudades y pueblos de Venezuela.
Aunque las fugas de electricidad o lo que nuestro pueblo llama conexiones piratas o robo de luz, constituyen hoy algo así como el 25% de la capacidad de generación que tienen las distintas plantas eléctricas del país, poco se hace para combatirlas. Recordamos cuando comenzaba este problema en la década de los setenta. La Electricidad de Caracas, una empresa que entonces estaba muy bien administrada y contribuía de forma veraz al desarrollo de Venezuela, decidió dar un paso para controlar esas violaciones y además, darle sentido pedagógico a la acción que tomó. Decidió la Junta Directiva y lo informó en Asamblea, que le suministraría fluido eléctrico a las viviendas marginales de las poblaciones servidas por el precio de cinco bolívares mensuales de la época, por cada bombillo que tuviera la vivienda servida que se sometiera a dicho servicio. Como contrapartida, actuaría contra las tomas ilegales, eliminándolas. El programa fue todo un éxito.
Hoy, dichas tomas ilegales toman la cuarta parte de la energía que se produce y distribuye en el país.
Otra fuga a la que queremos referirnos es la del agua. Amén de que no existe control sobre las tomas ilegales de agua, somos testigos de la cantidad de botes incontrolados del fluído desde la red que sirve a la población. En este caso, pensamos que la falta de mantenimiento de las redes es responsable de la fuga del preciado líquido y a este tema se le presta poco cuidado.
No escapa a nuestra atención, sobre todo después de leer el DRAE, que Venezuela también sufre de la más espantosa de las fugas, la fuga de cerebros. Muchos países han recibido con los brazos abiertos a todos los venezolanos que desde hace varios años, han tenido o decidido ausentarse de nuestra nación y radicarse en suelos extraños. Ya se cuentan por decenas, quizás cientos de miles los profesionales de diversas disciplinas que han encontrado acogida y trabajo fuera. Esta es la fuga más costosa y terrible que estamos sufriendo.
Entretanto y siguiendo con la lectura del DRAE nos quedamos con la fuga que nos gusta. La Tocata y Fuga en Re de Juan Sebastián Bach. Ocupémonos de las otras.
