Economía

La economía mundial

En la última década la economía mundial ha experimentado un crecimiento económico vigoroso, liderado por los Estados Unidos, China e India. Esa expansión de la economía ha ocurrido en el contexto de baja inflación, lo que refleja el cuadro general de estabilidad de signa el comportamiento de la economía. Ello ha permitido que la pobreza, en términos promedio, haya disminuido lo que se ha traducido en un mayor bienestar global. Queda como deuda pendiente la situación de estancamiento y depauperación de algunas regiones de África y de América Latina, donde el progreso todavía o no ha llegado o no se percibe. Entrando a los tres meses finales de 2006, un balance de los principales indicadores económicos sugiere que la economía mundial seguirá boyante, que el desempleo permanece en valores bajos y que la tasa de inflación se ha disminuido.

En su reporte sobre Perspectivas Económicas del Mundo, presentado recientemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI), correspondiente a septiembre de 2006, se expone los hechos resaltantes del desempeño de la economía. Durante 2006, aunque es notorio el crecimiento, se comienza a observar una cierta desaceleración del crecimiento de la economía sino que ello ponga en peligro la expansión de la actividad económica. Similarmente, debido al vertiginoso incremento del precio de las materias primas, principalmente del petróleo y de los metales, la tasa de inflación ha tendido a subir ligeramente. Estas presiones inflacionarias en cierne han sido contenidas por la acción decidida de los bancos centrales los cuales no vacilaron en aumentar la tasa de interés cuando ello fu necesario para preservar la salud de la economía. De esta manera, la Reserva Federal y el Banco Central Europeo propiciaron alzas seguidas de la tasa de interés hasta que evaluaron que las tensiones inflacionarias habían cedido.

Alerta el FMI acerca de los desequilibrios de algunas economías, especialmente sobre el déficit de la cuenta corriente de los Estados Unidos el cual estima que alcanzaría 7,0% del PIB, no obstante el empuje exportador de ese país. Ello sugiere que el costo de la factura petrolera y de otras materias primas está impactando en su comercio exterior. A pesar de que ese auge de los precios de las materias primas favorece a los países más pobres, si ello se traduce en una restricción para el crecimiento de la economía a la larga en vez de beneficiarlo puede desfavorecerlos, como se hizo evidente en el caso de las naciones exportadoras de petróleo en el pasado. Ha sido la creciente demanda de insumos y productos primarios por parte de China e India la causa fundamental del aumento de los precios, en vista de una oferta con dificultades para satisfacer un consumo que pareciera no conocer la saciedad.

En el caso de los Estados Unidos, la fuerza motriz que explica la expansión sostenida de su economía es indudablemente el aumento de la productividad, guiada por la permanente innovación tecnológica que en ese país hace propicia las políticas públicas, en particular aquellas destinadas a incentivar a la investigación y el desarrollo científico. Sin esa condición no es posible explicar un ciclo de crecimiento económico tan prolongado.

En el caso de las economías de América Latina también es visible el crecimiento luego de la caída o el estancamiento que algunas de ellas experimentaron recientemente, como fueron los casos de Argentina y Venezuela. Sin embargo, salvo en los casos de Brasil y México, en esta región buena parte de la expansión de la economía está determinada por las condiciones favorables de los precios de los productos básicos de exportación antes que por un proceso de mejora de la productividad. Por ello, existe la posibilidad de que una vez que concluya esta etapa alcista los países latinoamericanos que no hayan diversificado su base productiva pueden atestiguar de nuevo una contracción en sus economías. Ello es especialmente preocupante para Venezuela en virtud de su adecentada dependencia del petróleo.

Las proyecciones para 2006 y 2007, elaboradas por el FMI apuntan hacia un menor crecimiento al tiempo que la inflación se aceleraría tenuemente, como se expone en el cuadro. Entre los factores que pueden poner en peligro el impulso de la economía mundial debe señalarse sin ambigüedades está la elevación de los precios de las materias primas, entre las cuales destaca el petróleo. A su favor juega el clima de estabilidad general que se logró cuando los bancos centrales optaron por ponerle freno al clima inflacionario que amenazaba con descarrilar a las economías. En estos tiempos, de alza inusitada de los precios de los insumos, la inflación no ha despuntado con fuerza, por el esfuerzo realizado años atrás, entre los que sobresale, la independencia y fortalecimiento de los bancos centrales.

Auge de la economía de puertos

El Gobierno Nacional autorizó por un plazo de tres meses las importaciones de carne, leche, formulas lácteas, vegetales y productos para la siembra y para tal propósito el Ministerio de Alimentación entregará permisos especiales. Para ello se requerirá del certificado de no producción o producción insuficiente. Si las importaciones son para ser comercializadas en el mercado nacional se tendrán que informar los principales establecimientos comerciales en los cuales se expenderán los productos. Esta política fue la que siguió durante muchos años el antiguo Ministerio de Fomento al aplicar el criterio de “mercado abastecido”, fórmula nefasta que impidió la expansión de la industria nacional. El Gobierno ha privilegiado las importaciones en detrimento de la producción nacional. El plan es muy claro: se controlan los precios, se crea, por tanto, una insuficiencia de producción al desaparecer la rentabilidad para luego propiciar importaciones ante un aparente desabastecimiento. Éste se origina justamente en una política que limita el crecimiento de la industria. De esta manera la economía entre en un círculo vicioso que se cierra con la pérdida de empleos en el sector manufacturero.

Cómica en Naciones Unidas

Después de sucesivas votaciones, Venezuela no alcanza los puntos para un puesto no permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Luego de tanto alarde que donde se decía que tenían los votos seguros para el escaño, la realidad ha sido diferente. Ello ha llevado al Gobierno de Venezuela a una posición terca que le impide reconocer su derrota para lo cual Chávez instruyó a quien antes llamó “frijolito II”, Arias Cárdenas, para que rodilla en tierra resistiera al imperio. Resultaron infructuosos los viajes alrededor del mundo, en los cuales chequera en mano, se pretendió comprar a los países sufragantes. Esos votos logrados por Venezuela han sido los más caros de la historia. No le ha quedado al Gobierno otra que inventar una pelea con Estados Unidos, con lo cual ofende a quienes votaron por Guatemala, pésima política que aleja eventuales aliados para el futuro. Al ante la derrota del Gobierno de Hugo Chávez, cuyo objetivo era alcanzar una silla en el Consejo de Seguridad y no lo va a lograr, no queda otra que aplicar el dicho que dijeron los argentinos después de la guerra de Las Malvinas: “no perdimos, quedamos subcampeones”.

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