La Economía del Oportunismo
Todos los últimos gobiernos, incluido el actual, han presentado, sus informes anuales, haciendo alarde de numerosos logros que los ciudadanos no perciben. En el caso del discurso presidencial del 15-1-02, varios venezolanos se vieron sorprendidos, además, con un Presidente que hizo un esfuerzo para ser angelical. La percepción sobre éste se ve afectada, por el interés válido que tienen algunos, en cuanto a que rectifique. De nuestra parte, vemos muy pocas posibilidades de que ello suceda, aun con la especie de giro de 60º que aquel tuvo en su estilo y que está, indudablemente, asociado a la disminución de su popularidad. En general, son muy pocos los individuos que llegan a tener cambios transcendentales en su desempeño, y, aun así, se sucede en procesos personales y sociales complejos, que son bien digeridos por mentes bien enfocadas o formadas, según los casos. En esta oportunidad, el cambio y nueva posición -e independientemente de su permanencia- es realmente la del oportunismo, en cuanto a adaptación de la postura a las circunstancias. De tal intervención pueden desprenderse, así, tres perspectivas de interés.
La primera perspectiva, es la personal. Se trata de un Presidente que hasta un día antes, ha estado agrediendo y atacando a distintos sectores de la sociedad, riéndose de esa especie de bodrio -más que de parodia- preparado por sus equipos sobre el ataque a El Nacional y que el día del discurso busca hacer bromas y decir cosas simpáticas. La posibilidad de que alguien rectifique de esta manera puede calmar los temores y preocupaciones valederas de algunos, pero ello no aparta el descaro de esta posición. Se trata de similitud con politiqueros de distinta inclinación politica, que hablan de amistad, después que se dan zancadillas y puñales.
La segunda perspectiva es la política. Se trata de un Presidente que se ha regodeado del uso de la palabra revolución y de sus compromisos ideológicos -claramente identificados en centenas de oportunidades- y, el día del discurso, vino a decirle a los venezolanos que lo de los reservistas no tiene nada que ver con formar milicianos. Cuando, realmente, en un país con mayor capacidad de respuesta de sus instituciones, ya muchas denuncias o pronunciamientos que se han realizado en tal sentido, habrían tenido una más rápida y menos parcializada respuesta.
La tercera perspectiva es la económica. En resumen, no hubo nada nuevo a excepción de volver a darle uso al impuesto al débito bancario,en un contexto de un gobierno que ha manejado dinero a sus anchas. Escuchando al Presidente, en su retrospectiva económica, es para que una persona de inocencia o ingenuidad, hubiese sentido que aquí todo está bien. Pero los procesos económicos y los ciudadanos no son, en la mayoría de los casos, ni inocentes ni ingenuos.
Se trata de una economía que en un contexto de altos ingresos petroleros ha desarrollado una abultada deuda interna y que se perfila, para este año, con una aguda crisis fiscal, adelantándole el ejecutivo a los ciudadanos un impuesto genérico, que le afectará su nivel de vida mientras el de los representantes gubernamentales crece considerablemente.
Se trata de una economía que presenta un agudo empobrecimiento de la población y de aumento de la miseria, mientras, su Presidente, se entretiene calculando cuantos miles de personas han dejado la pobreza según haya disminuido en puntos porcentuales la inflación. O, que sigue regocijándose, con lo que dicen en algunos organismos internacionales o en la evolución de un índice útil y válido como es el Índice de Desarrollo humano, pero que es de tenerle cuidado en su uso por parte de agentes demasiados interesados o ideologizados.
Se trata de una economía donde se ha planteado y ofrecido grandes proyectos e inversiones, como es el caso de el gran ferrocarril ofrecido en forma rimbombante tiempo atrás, mientras el tramo Puerto Cabello-Barquisimeto se encuentra en situación deplorable y de deterioro. Y donde, se han planteado mejoras en las infraestructuras de distinto tipo y a algunas escuelas se les caen las paredes y buena parte de hospitales y liceos públicos tienen una crisis de materiales, vigilancia y mantenimiento.
Se trata de una economía que tiene un profundo problema de desinversión y cierre de empresas y que ello se asocia a un aumento del riesgo y a una disminución de la confianza, donde se ha atacado desde el ejecutivo a los sectores empresariales ubicados como nacionales, mientras le ha dado innumerables facilidades y coqueteos a los inversionistas internacionales. Así, fenómenos económicos como el desempleo, no solo se han mantenido sino que se han profundizado, con el agravante de que la ampliación del sector de empleos informales se ha venido convirtiendo en un problema también estructural, que se presenta, entre otros factores por las relaciones entre desinversión y desempleo.
Se trata de una economía que mantiene problemas económicos que se vienen arrastrando desde el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez -que fanáticos de otro corte, siguen añorando como momento de lucidez de la política económica-. Es el caso del circulo vicioso que, en el contexto fiscal venezolano, se ha venido presentando entre la tasa de interés y el tipo de cambio y que el Presidente -junto a sus ministros- considera que está atendido de manera adecuada. Sólo una economía de comodidad petrolera, con todo lo que ello significa en cuanto a manejo de divisas, puede mantenerse tanto tiempo con problemas como el señalado -aunque se perfile un reventón a futuro-.
Se trata de una economía donde la política económica ha venido siendo mal escrita y elaborada, tanto en asuntos de forma como de contenido y que sigue careciendo de una estrategia de desarrollo, aunque haya producido esa especie de opúsculo que el Presidente hoy día llama Plan de Desarrollo.
Y se trata, entre otros asuntos, de una economía donde los ciudadanos, en base a malos gobiernos e iguales políticas, desplazaron sus expectativas económicas hacia el campo de la política, cocinando esperanzas que, hoy, ven altamente frustradas, mientras, desde el oportunismo, en el sentido que hemos anotado, se les dice que todo esta bien.