La economía China en perspectiva
El extraordinario crecimiento experimentado por la economía China en la última década constituye sin duda el despertar de un gigante y ha puesto a pensar al mundo en la posibilidad de que surja un nuevo imperio que reemplace el poderío de los Estados Unidos. Se puede imaginar a 1.300 millones de chinos, el 20% de la población mundial siendo una nación desarrollada que inunda al mundo con sus productos y con su tecnología poniendo a temblar a los países industrializados de hoy. Se puede fantasear pensando en que la bolsa de Shangai rivalizará con Wall Street, captando inversionistas de todo el mundo para ayudar a mitigar el déficit fiscal chino ocasionado por sus inversiones bélicas en su carácter de gendarme del planeta.
Yo no tengo dudas sobre la caída del poder imperial estadounidense. Más poderoso fue el imperio romano y al final cayó. En tiempos de la independencia norteamericana algunos analistas en Inglaterra vaticinaban que en menos de un siglo EEUU sería más poderoso que la vieja Albión y no se equivocaron, al final USA destronó al imperio ingles. De modo que es razonable pensar que el nuevo imperio también caerá.
Pero de allí a dar por hecho que China reemplazará a EEUU en poco tiempo hay un gran trecho. La economía norteamericana es 5 veces la economía china y como su población es 1/4 de la china quiere decir que el PIB per cápita norteamericano es 20 veces el chino. De igual forma, si la economía China crece al 10% y la estadounidense al 3%, quiere decir que en valores absolutos, medidos por la producción de bienes y servicios, el crecimiento de los EEUU resulta cincuenta por ciento mayor que el chino. De modo que hay que guardar proporciones y reconocer las distancias. Hay que decir que la población norteamericana crece en términos porcentuales más que la china, ya que recibe cerca de 200.000 inmigrantes cada año, y la economía tiene el dinamismo de absorberlos a todos. En paralelo, los EEUU mantienen un crónico déficit en cuenta corriente, el cual es compensado con la inyección de capitales públicos y privados, entre ellos los chinos, que siguen confiando en la solidez económica del gigante del norte.
Hacia 1970 el empuje económico venía de Japón y muchos pensaron que pronto lideraría al mundo, pero la economía norteamericana recupero su dinamismo. De modo que, aunque la historia es inexorable y algún día perderá su liderazgo, vale la pena reflexionar sobre la decadencia de la economía de USA. Tal vez haya que reconocer que en vez de decaer todavía está en ascenso y no ha alcanzado su cenit. Al menos parece claro que hoy por hoy la economía del norte no está en declinando.
Por otra parte, a pesar de la espectacularidad del crecimiento chino, hay otros países que están haciendo bien la tarea y también pueden aspirar legítimamente a alcanzar el liderazgo. Hay que considerar a la propia Unión Europea, sólida y estable, fortalecida por la anexión de los países del este que crecen con empuje; o a India, que está demostrando la fortaleza de su sistema educativo al incursionar en sectores de tecnología avanzada; o Rusia, si estabiliza sus instituciones y aprovecha la tradicional fortaleza del pueblo soviético; o quizás Australia o Brasil o quien sabe si Sudáfrica o una confederación de países sur africanos.
Algún día el imperio económico norteamericano cederá su puesto y será reemplazado por otro poderoso país con una sólida economía. Un país que valore la productividad y la creatividad. Pero por los momentos no parece que ese evento esté a la vuelta de la esquina.