«La clase media es víctima de un modelo que la quiere erradicar»
Llegar al final de la quincena es el gran reto de los venezolanos. Como consecuencia de la crisis económica, se dice que quienes pertenecen a la clase media son los más afectados. Al punto que algunos expertos se atreven a vaticinar que en Venezuela la clase media está en vías de extinción.
Boris Ackerman, profesor de finanzas en el postgrado de la Universidad Simón Bolívar, y quien se ha dedicado a estudiar las finanzas personales, tiene una visión más sociológica que numérica de la clase media.
A pesar que esperaríamos de él más estadísticas, cifras y gráficas, el profesor Ackerman dibuja en palabras una realidad difícil y un futuro muy negativo para la llamada clase media.
—¿Desaparecerá la clase media?
No podemos hablar de un fin de la clase media. Eso sería absurdo. Siempre habrá una clase profesional que tendrá un poquito más de acceso a las cosas.
Pero si se puede hablar que hay amplios sectores de esa clase media que han visto terriblemente mermado su capacidad de acceso a aquellos íconos que definen la clase media: vivienda, vehículo en algunas sociedades (puedes vivir en los sectores de la más alta clase de Paris o Nueva York, y no tener carro) tener acceso a sistemas de salud privilegiados, acceso a entretenimiento de cierto nivel, instituciones educativas privadas que complementan a los públicos.
Ahora esa clase media, a raíz de la situación económica, está siendo severamente afectada. No diría que a toda la clase media, pero si la mayor parte de ella.
—¿Por qué?
En primer lugar, por la reducción de salarios a nivel de los profesionales. Sobretodo los recién formados, o aquellos en etapas avanzadas o en la vida media de sus carreras. Eso es un hecho que no se puede discutir.
Otro elemento más, que estamos viendo dentro de sectores de la clase media venezolana, es una caída brutal de sus aspiraciones, no solamente de su poder adquisitivo, sino del acceso que puedan tener en el futuro a bienes o mecanismos de escape que le den cierta calidad de vida.
El elemento principal es la vivienda. Si evaluamos el salario de un profesional, la posibilidad de tener vivienda es casi nulo. Igual pasa con los vehículos.
En la sociedad venezolana es evidente que la calidad del transporte colectivo es muy pobre. El número de horas que tiene que pasar una persona en ese transporte es muy limitado. Definitivamente el acceso a un vehículo es un factor que puede definir la condición de clase media de la gente. Todo eso está cada vez más lejos del poder adquisitivo de grandes masas de la población. Ese es el fenómeno que estamos viviendo. Tanto así que el acceso a la canasta básica en estos momentos, según las cifras de Cendas, es superior a los 30 mil bolívares. El ingreso de los asalariados está muy por debajo de esa suma.
Si detallamos la canasta básica, no garantiza ni vivienda ni muchas cosas. Estamos viviendo una depauperización de grandes sectores de la población. La gran mayoría de los que se consideran de la clase media, son parte de ese empobrecimiento.
—¿Qué va a pasar ahora?
El siguiente punto dentro de esta clase media empobrecida, es que en los últimos quince años, una parte importante de ella emigró o está en un proceso migratorio. Muchos, más por el tema económico que por el político, para poderse levantar financieramente.
Una cosa muy importante de analizar es entender esto por rangos de edades y por sectores. Pienso que el impacto depende mucho de la edad. Por ejemplo, donde más afecta es en los jóvenes profesionales. Las perspectivas de un joven profesional entre 25 y 35 años, para la realidad venezolana, son absolutamente nulas. Lo puedes ver en los patrones de consumo de esa juventud profesional. Esa gente está condenada a seguir viviendo con sus progenitores.
—¿A qué destinan estos jóvenes profesionales su dinero?
En parte a seguir estudiando, y en parte también se lo rumbean. Lo dilapidan en el día a día como mecanismo de evasión o como mecanismo de destinar a algo sus gastos. No es para nada constructivo.
Cuando hablas con estos muchachos te dicen “y qué voy a hacer si no gano nada” como diciendo “por lo menos voy a tomarme una cerveza y por lo menos evado esa realidad”.
Esa es la realidad entre los 25 y 35 años, y los muchachos te lo plantean.
—¿Y los que ya no son tan muchachos?
Hay un segundo estrato, en cuanto a rango de edades, entre 35 y 45 años, esa gente que pudo acceder a una vivienda modesta y tiene hijos pequeños, vive una vida muy apretada, tienen unos niveles de endeudamiento brutales. Si se produce una caída en las capacidad de los bancos de seguir otorgando crédito, esas personas se la verían muy mal.
Ex alumnos míos, en ese rango de edad, lo que plantean es que “si profe, ahorita estoy pagando los pañales, colegio y mi sueldo, sumado al de mi pareja, no me alcanza para pagar todo. Tengo el endeudamiento como una constante”.
Esto lo ves. Viven en una zona clase media, media baja, porque tal vez hace más de 5 años accedieron a vivienda propia que están pagando. Pero su condición de clase media va a depender de que el banco le siga prestando, vía financiamiento de las tarjetas de crédito.
Cuando esa condición bancaria se acabe, vamos a ver un bajón significativo en la condición de vida de la clase media.
—¿Y los mayores?
Ese es un tercer sector, con una vida un poquito más consolidada pero muy deprimida. Personas de más de 45 años, que más o menos ataron un ingreso, formaron una masa de ahorros, que tienen su casa, que viven bajo ese esquema de seguridad, pero que en estos momentos con lo que tienen o lo que les ingresa no podrían reponer la mayoría de los activos que poseen.
—¿Disminuye la clase media?
A la larga, es una clase media en decadencia que vamos a seguir observando. El fenómeno social, de finanzas personales es muy variable. No puedes generalizar, pero si hay como un patrón según el rango de edades, y de cómo era tu patrimonio de origen, de qué origen partiste.
Si vienes de un hogar de clase media alta, a lo mejor no vas a vivir como viven tus padres, pero te ayudaron.
Si partiste de un patrón donde tu tuviste que hacerlo todo, tu vivirías en este momento muy precario. Eso impulsa la migración.
Por ello no diría que se está acabando la clase media, pero si diría que frente al total de la población es un sector en merma, cada vez más castigado, cada vez más limitado en su poder adquisitivo, en su poder político, en su poder de hacer sobre las cosas.
—¿Cuál es el futuro?
Es muy negativo lo que le depara el futuro a la clase media. Muy limitado, en función que no se está observando que el salario pueda subir porque el mecanismo del socialismo no busca eso. Más bien busca recompensar a la gente, no en función de su capacidad productiva, sino en función de criterios clientelares. Prefieren dar un cargo o un bien, no por ser un buen profesional, sino por formar parte de un gremio. Tal es el caso de los carros que se le dan a los militares, o de las viviendas a los de la base política. Eso no le da ningún futuro a las personas que se preparan para crecer profesionalmente. Eso es lo que vamos a ver.
—¿Qué va a pasar con esa clase media?
Le quedan dos alternativas. O se pliegan al modelo, para ser una clase obrera, trabajadora, por un poquito más de privilegios, o simplemente van a tener que emigrar. Ahí si pudiéramos hablar del fin de la clase media, tal como la conocemos; y pudiéramos hablar de la realización de un sueño marxista de acabar, tal vez no de la gran burguesía, pero si con la pequeña burguesía y terminar proletarizando y convirtiéndolos en mendigos.
En conclusión, modelos como la “clase media en positivo” vendría siendo un fraude, un mecanismo absolutamente contradictorio. Se podría pensar, que más que ser afectada por una crisis económica, esa clase media está siendo víctima de un modelo orquestado, preparado y organizado, simplemente para erradicar una clase social que le es incómoda al modelo político que se quiere desarrollar.