Kioto expiró
El Protocolo de Kioto sobre Cambio Climático expiró el 31 de diciembre, sin un nuevo tratado multilateral legalmente vinculante. Los acuerdos chucutos de las cumbres de Copenhague (2009) y Durban (2011) fueron un saludo a la bandera.
El acuerdo de Doha (diciembre 2012) prorrogó algunos aspectos del primero; pero tampoco llena los requisitos de juridicidad multilateral del de Kioto, ratificado por 187 países miembros de la ONU. Varios países avanzados, como Canadá y Nueva Zelanda, se retiraron antes del 31 de diciembre, para evitar las penalidades previstas por incumplimiento.
El Protocolo de Kioto (1997) fijó como meta que los países signatarios redujeran en al menos un 5% las emisiones totales de gases tóxicos para el año 2012, en comparación con 1990. La meta no fue alcanzada. Con la excepción de la Unión Europea, el resto de los países industrializados de Norteamérica y Asia excedieron sus emisiones tóxicas en porcentajes que variaron entre 7% y 50%; Australia las aumentó en 47,5%. La Unión Europea se benefició de la clausura de industrias obsoletas y del sistema de intercambios de “créditos de carbón”; pero aún así, no deja de ser un logro razonable.
Pese a que Estados Unidos –entonces el mayor emisor-, no suscribió el Protocolo de Kioto, su incremento fue bastante inferior (10,3% para 2010) al de muchos países desarrollados; un buen avance ya que su PIB subió 100% desde 1990. Regulaciones de Estado e iniciativas voluntarias de conservación ambiental aplicadas por los sectores público y privado y por la sociedad civil han determinado una notable mejoría en la eficiencia energética de ese país. No obstante, el mundo sigue sin contar con un tratado multilateral jurídicamente válido.