La Comisión de Comercio Exterior de la Cámara de Industriales de Carabobo, sector que ostentó en el pasado 80 por ciento de las exportaciones no tradicionales en su parte industrial, evaluó las posibilidades de recuperación de la producción para exportar bienes con factura venezolana. La fórmula se centra en una combinación de políticas.
Ana María D’Andrea Pizzolante, presidenta de la comisión, explicó que las exportaciones cayeron desde 2008 cuando fue el último período de negociación internacional de productos elaborados, transformados y procesados en el Parque Industrial de Carabobo. La falta de divisas, por efecto de caída del precio del barril petrolero, limitó a su vez generar fuentes de dólares para el país.
La importación de materias primas y bienes para procesos del sector primario y secundario de las actividades económicas está paralizada. El efecto impacta en la posibilidad de exportar productos como autopartes, materiales de construcción, químicos, fertilizantes y rubros agrícolas con excedente en cosechas.
Aseguró que “hay algunas materias primas que no son suficiente, o no tienen la calidad o no existen en Venezuela y hay que importarlas. Y para importarlas se requiere de la divisa”. Traer al país los insumos y bienes primarios permitirá una fuente de entrada de dólares vía manufactura y exportación de la producción.
Garantizar el procesamiento encierra además saldar las cuentas por pagar a proveedores. “No se les ha pagado lo que se les debía de anteriores envíos. Hay que pagarles para volver a empezar”, precisó y alertó que cambiar la relación comercial supondría exponerse a reconstruir la confianza, conocer calidad de servicios y recepción oportuna.
Con la reactivación de la Zona Industrial de Valencia salta una “oportunidad necesaria de poder generar divisas no tradicionales y destrabar la economía del país”. El puerto de Puerto Cabello que concentra 70 por ciento de la mayor actividad portuaria nacional retornaría a procesos de carga.
