Hiperinflación para el 2020 ¿Qué hacer?
Para nadie es un secreto que nuestro país atraviesa su 6to año consecutivo presentando una disminución en su actividad económica. Si se mide a través de su producción de bienes y servicios, la economía venezolana se ha contraído en sus dos terceras partes en el periodo 2013-2019. A esta terrible situación hay que agregarle, que el país atraviesa desde el pasado mes de noviembre el inicio de su tercer año en niveles hiperinflacionarios. En estas circunstancias, resulta imperativo para el venezolano poner en marcha una estrategia que le permita mitigar el impacto del exacerbado incremento de precios que sufren los productos a nivel nacional.
En este momento, el manejo de divisas es fundamental. Venezuela es un país donde la moneda local ha perdido confianza y en gran porcentaje su uso, gracias a la velocidad en que incrementan los precios día a día. Este fenómeno se ha observado con mayor intensidad en los últimos meses. Según Ecoanalítica, el 52,2% de las operaciones realizadas en las 7 ciudades más grandes del país y correspondientes a compra de alimentos, se efectúan en una moneda distinta al bolívar. Ya que el venezolano también hace uso del euro, y en menor medida, divisas de países vecinos.
Sin embargo, el dólar a su vez pierde poder de compra tras el rezago cambiario en el que los precios en bolívares suben a una tasa mayor a la que se incrementa el tipo de cambio. Esto se debe en gran parte a las políticas monetarias restrictivas aplicadas por el banco central vía encaje legal, donde los bancos se ven obligados a encajar cerca del 75% de las captaciones públicas, y por ende, se encuentran muy restringidos y en algunos casos imposibilitados de dar créditos y líneas de financiamiento, esto con la finalidad de desacelerar la velocidad a la que se incrementa el tipo de cambio en Venezuela.
Si bien hacer resguardo del capital en monedas más estables y de alta liquidez es una buena opción de cobertura, hay una opción al alcance de los venezolanos que en los últimos 4 años ha demostrado ser un instrumento eficaz en la protección del poder adquisitivo de los ciudadanos: la Bolsa de Valores de Caracas. El Mercado de Valores venezolano representa una gran oportunidad para hacer frente a los daños causados por el incremento de precios, ya que pese a que difícilmente vence en algunos periodos a la tasa inflacionaria intermensual, permite atesorar capital en acciones y títulos de empresas que cotizan en un mercado que por tres años consecutivos ha vencido al tipo de cambio, tanto así, que para 2018 el Índice Bursátil Caracas (IBC), tuvo un rendimiento de 80% por encima del dólar paralelo.
En lo que va de 2019, solo 10 de los 27 títulos que cotizan en la Bolsa de Valores de Caracas no vencen al incremento acumulado del tipo de cambio. El mercado se encuentra actualmente rezagado frente al dólar, cosa que lejos de ser una mala noticia, representa una oportunidad para los inversionistas de comprar títulos subvaluados, que podrían revalorizarse a mediados del primer y segundo trimestre de 2020. Usualmente en las últimas décadas, durante el cuarto trimestre del año, el IBC se rezaga frente al dólar, cosa que no pasó en 2018 gracias a unas variaciones positivas de la acción de Mercantil –aunadas a la noticia de dividendos en acciones que darían de su filial en Panamá- hacia finales de año, lo que empujo al indicador por encima del tipo de cambio.
Por su parte, y más alejado del mercado financiero local, dentro del grupo de opciones disponibles al alcance del empresario venezolano también destaca la acumulación de inventario, dependiendo de la actividad comercial que desempeñe un individuo o empresa en particular. Esta actividad es recomendable para guardar stock de alta rotación, ya que podría dar un margen de seguridad ante pérdidas por diferencial cambiario o inflacionario.
Ante subidas significativas en la tasa de cambio, es propicio comprar bienes e insumos, ya que los comercios suelen tener un retraso en la corrección de los precios, lo que le permite al consumidor adquirir el mismo bien con menor número de divisas. Por el contrario si la tasa de cambio retrocede y el consumidor compra luego de lo mencionado, podría sufrir el caso inverso y terminar comprando el mismo bien con un mayor número de divisas. La agilidad ante la volatilidad de la tasa de cambio es fundamental en estos tiempos.
Otra oportunidad para aquellas empresas que desean hacerse de liquidez para financiar capital de trabajo y proyectos a corto plazo, puede ser la adquisición de créditos indexados, debido a la nueva modalidad adoptada por la banca en obediencia a los lineamientos expresos por el Banco Central de Venezuela, donde indica que los créditos comerciales serán indexados a la tasa oficial publicada a través del portal web de dicha institución. Dicha modalidad, le permite a sector bancario ofrecer créditos, sin afectar su liquidez a futuro y con ello la posibilidad de incumplir con sus obligaciones de cubrir el encaje legal.
Aquellas empresas que generen un flujo de caja en dólares que les permita asumir el compromiso y posteriormente cumplir tanto con la reposición del monto financiado, más los intereses acumulados, deberán evaluar a detalle los costos asociados al crédito y la viabilidad de la adquisición de dicha deuda, de manera que la empresa pueda asumir dicho compromiso.
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