¿Hacia dónde van los precios internos del gas natural?
Al salirle al paso a las noticias que afirmaban que Venezuela subsidiaría el gas natural para darle viabilidad al gasoducto al sur, nuestro Ministro de Energía y Petróleo (MEP) declaró que el costo de extracción costa afuera del gas venezolano promedia 1.6 dólares por millón de BTU. Al menos ya es algo, es un numerito que nos sirve de referencia. Por supuesto que el gas que se vende en el país es en su mayor parte gas asociado, con un costo menor, pero tiene una particularidad: no alcanza.
Venezuela está viviendo un déficit de gas natural que se sitúa, según voceros públicos, entre 1.000 y 2.000 millones de pies cúbicos diarios. Particularmente grave resulta este déficit en el occidente del país, pero inclusive se extiende al centro y a Guayana. Si no se ha revelado la magnitud del problema en toda su extensión es porque muchos usuarios de gas suplen la deficiencia con combustibles líquidos, especialmente gasoil, a precios fuertemente subsidiados. Pero esto conlleva un alto costo para la nación que deja de exportar dichos combustibles con la consiguiente pérdida de divisas.
Desde hace años las autoridades están conscientes del déficit y también de que necesitan gas libre para solventarlo, por ello se otorgaron concesiones al sector privado, en junio de 2001, para explotar gas libre en tierra firme y posteriormente se han otorgado en la Plataforma Deltana y en los yacimientos costa afuera al este de Paraguaná, llamados Rafael Urdaneta. El problema es que ninguno de estos nuevos proyectos es rentable con los precios internos de gas. Por eso, mientras se hable de mercados internacionales, como es el caso de Plataforma Deltana, hay algún atractivo, pero cuando se piensa en el mercado interno se tranca el serrucho.
Entretanto los precios del gas en el país han transitado un lento camino de corrección, con una escalera de aumentos leves desde el año 2001, que tenía como meta alcanzar en 2007 el precio de 0.9 dólares el millón de BTU en Anaco, que se considera el centro de producción de gas en el país y en consecuencia tiene el precio más bajo. El resto de las regiones tendría un incremento diferencial que contempla el costo de transporte hasta cada área. Los aumentos se han venido dando con altibajos, ya que durante todo el 2003 el precio se congeló. Pero ahora el MEP nos sorprende con otro cambio que supera todo lo imaginable.
En efecto, a partir del 1 de enero de 2006 el precio del gas en Anaco para uso industrial se reduce a 0.34 dólares por millón de BTU, mientras se mantiene la meta anterior de 0.9, pero se cambia la fecha para alcanzarla. El precio que debía alcanzarse en 2007 ahora se logrará en 2015, de modo que la escalera se alarga y se le ponen más peldaños pero más cortos. Esto es algo tan ilógico como que mañana se reduzca el precio de la gasolina, la más barata del mundo, a 50 bolos por litro, o inclusive peor, ya que no hay suficiente gas.
Lo único que queda es volver a formular preguntas: ¿Cómo se piensa estimular la producción de gas libre fijando precios que no cubren los costos? Uno entiende que las autoridades no crean en el mercado, pero ¿Por qué establecer precios por debajo de los costos? ¿Por qué se da una señal tan falsa en momentos en que nadie en el país está quejándose por los precios del gas? O será que sí hay quien se queja. ¿Se estará complaciendo a alguna empresa eléctrica que solicita aumento de tarifas rebajándoles los costos vía gas? ¿O tal vez a la industria petroquímica?
Las razones son difíciles de entender. Por todos lados la medida luce como electorera, cortoplacista y en el sentido contrario a las correcciones que hay que hacer.