General Motors despidió por mensaje de texto a más de 2.000 trabajadores en el país
La filial de General Motors en Venezuela despidió por vía telefónica, mediante mensaje de texto, a casi 2.700 trabajadores en el país, de acuerdo con dos empleados de la empresa consultados por la agencia Reuters.
La empresa anunció el pasado miércoles 19 de abril que autoridades venezolanas habían «confiscado» ilegalmente su planta en la ciudad industrial de Valencia, una incautación que, según un comunicado de la compañía, les causó un daño «irreparable».
«GMV informa que se realizó a su cuenta la transferencia de sus prestaciones sociales por la finalización de la relación de trabajo», indica el mensaje de texto que le llegó a los trabajadores desde un número en Estados Unidos, según lo que contaron a Reuters dos ex empleados de la compañía automotriz.
De acuerdo con el reporte de Reuters, a lo largo de 2016 y 2017 General Motors no ensambló ningún vehículo en la planta que por 35 años operaba en el país, y sólo continuaba fabricando repuestos con menos de un tercio del personal puesto que más de 2.000 empleados permanecían de permiso por la falta de materia prima.
«A todos nos llegó un pago y un mensaje de texto el viernes», dijo bajo condición de anonimato a Reuters una persona que trabajó por casi dos décadas en la automotriz estadounidense, y cuyo correo electrónico corporativo fue desactivado el pasado fin de semana.
Según Reuters, otro empleado, que tenía cinco años trabajando en la empresa y que contó que recibió el mismo mensaje en su móvil personal y un pago a su cuenta, comentó por su parte: «Nuestros ex jefes nos dijeron que los directivos se fueron y todos fuimos despedidos. Ya no hay nadie en el país».
Dos líderes sindicales dijeron a Reuters no tener información oficial de la empresa sobre los despidos, pero admitieron que la mayoría de trabajadores recibió el mensaje junto con un depósito en sus cuentas bancarias. Uno de ellos agregó que la planta había comenzado a ser desmantelada desde hace unas semanas.
El ministro del Trabajo, Francisco Torrealba explicó el lunes que lo ocurrido en el caso de GM «es un problema entre particulares que ha intentado venderse ante el mundo como que el Gobierno está expropiando o confiscando GM, eso es totalmente falso».
Aseveró que el Estado venezolano «no ha expropiado ni tiene en sus planes expropiar la planta de GM, mucho menos confiscar».
La medida sobre la planta de vehículos fue producto de un fallo de un tribunal venezolano contra el fabricante por una demanda de unos de sus concesionarios en el país.
«Unos concesionarios de Maracaibo estado Zulia al parecer le pagaron a la ensambladora GM unos vehículos que esos concesionarios nunca recibieron, en razón de eso, esos concesionarios que son privados, no son del Gobierno, entablaron un juicio contra la casa matriz», explicó.
El ministro señaló además que es a GM Venezuela a quien le corresponde asumir su defensa «si es que no está de acuerdo con la sentencia que emitió el tribunal».
Aseguró que el Gobierno «esta apoyando y desea la reactivación a su máxima capacidad de producción de GM en manos de sus legítimos dueños», y que los representantes de GM le han comunicado que van a venir al país «a ejercer su defensa» ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
El pasado viernes trabajadores de GM de Venezuela aseguraron que se mantendrán en la lucha por la reivindicación de sus derechos laborales, y en una asamblea en el Club de la automotriz acordaron la toma de la planta localizada en la zona industrial Valencia, como parte de la primera acción de presión.