FMI proyecta mayor desplome de la economía de Venezuela con caída de 35% del PIB
El Fondo Monetario Internacional (FMI) aplicó este martes un fuerte recorte a las estimaciones de crecimiento económico de América Latina, entre las que destaca el efecto devastador de la crisis en Venezuela, cuya economía se contraería alrededor de 35% este año.
«La profunda crisis humanitaria y la implosión económica en Venezuela continúan teniendo un impacto devastador y se espera que la economía se contraiga en torno al 35% en 2019», dice el organismo en su informe Perspectivas de la Economía Mundial divulgado este 23 de julio.
La cifra representa una caída de 10 puntos porcentuales con respecto a la proyección de abril, cuando el FMI estimó a que la economía venezolana caería 25% en 2019, un desplome con el que encadenaría seis años continuos de recesión.
En aquel momento, el Fondo hizo un drástico ajuste con respecto a su estimación de octubre de 2018, cuando calculaba que el Producto Interno Bruto (PIB) bajaría 5%.
Sin embargo, la crisis económica se ha agudizado en los últimos meses como consecuencia de las sanciones financieras impuestas al gobierno de Nicolás Maduro, las fallas en servicios públicos, así como por las medidas implementadas desde el Gobierno central que, si bien han frenado la hiperinflación, lo han hecho bajo el costo de una contracción económica sin precedentes por una fuerte caída del poder adquisitivo y del consumo de los venezolanos.
El gobernador de Venezuela ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ricardo Hausmann, alertó recientemente que el PIB del país caerá hasta 62% para finales de este año.
Hausmann comparó la situación económica de su país con la de los países vecinos y dijo que la crisis económica venezolana es «diez veces peor que la peor recesión que vivió Ecuador en su historia, dos veces más grande que la Gran Depresión norteamericana y tres veces más grande que la mayor recesión económica de un país latinoamericano».
Según cifras reveladas por el Banco Central de Venezuela (BCV) a finales del mes de mayo, desde 2013 hasta 2018, la economía venezolana se ha desplomado en 55%.
Perspectivas para Latinoamérica
En su informe reciente, el FMI señala que ahora prevé que la región en su conjunto se expanda a un ritmo de 0,6% este año, lo que representa un recorte de 0,8 puntos porcentuales en relación a su último cálculo de abril. Para el 2020, la previsión también fue ajustada ligeramente a la baja, a 2,3%.
La previsión viene dada ante una desaceleración más acentuada prevista en Brasil y México, exacerbada por disputas comerciales globales y un deterioro en la confianza de inversores y analistas.
“En América Latina, la actividad se desaceleró notablemente al comienzo del año en varias economías, debido principalmente a factores idiosincráticos”, indicó el organismo, que hizo un llamado a los gobiernos a regular el gasto fiscal y el endeudamiento.
En Brasil, donde la moral se está evaporando tras rebajas en la calificación de crédito y dudas sobre la viabilidad de la reforma previsional, la economía se expandiría 0,8% este año, una disminución de 1,3 puntos porcentuales frente a la última estimación de abril. Para 2020, la actividad mejoraría a 2,4%.
En tanto, el organismo también apuntó a un enfriamiento del PIB en México, que actualmente espera concretar un nuevo tratado comercial con Estados Unidos y Canadá. La segunda mayor economía regional crecería 0,9% este año y repuntaría a 1,9% el próximo, con una reducción de 0,7 puntos porcentuales en la estimación de 2019.
Latinoamérica ha experimentado una ralentización económica en los últimos años y en 2018 creció apenas 1%, según el FMI, lastrada por factores geopolíticos, un descenso de la inversión, datos más moderados en China, y últimamente, por un intrincado panorama comercial.
En su reporte del martes, el Fondo redujo en 0,1 puntos porcentuales sus proyecciones de crecimiento mundial para este año y el próximo, a 3,2% y 3,5%, respectivamente, con riesgos en los pronósticos inclinados mayormente a la baja.
Entre las amenazas, se incluyen “la escalada en las tensiones comerciales y tecnológicas” que podrían generar un período prolongado de aversión al riesgo, lo dejaría aún más expuestas las vulnerabilidades de las economías emergentes.
El FMI destacó además que la economía argentina se contrajo en el primer trimestre, pero a un ritmo más lento que en 2018, por lo que disminuyó ligeramente su previsión para este año en el país suramericano.