Escuelas sortean dificultades por el encarecimiento de libros

A los altos costos de la lista de útiles escolares y los uniformes se suman los altos precios de los libros de texto que requieren los alumnos que cursan la educación básica en el país, situación que impacta a estudiantes de escuelas públicas que no reciben ningún subsidio por parte del Estado.

“Estamos haciendo una estrategia en cuanto a los libros, ya que como están muy costosos, hemos llegado a un acuerdo con los representantes de aquellos alumnos que tienen libros de grados anteriores para que se lo vendan a otros niños de manera mucho más económica , y aquellos que tienen libros en su casa que no están usando también aprovecharlos”, explica Violeta Silva, directora de la Escuela Básica María Mazzarello 2, ubicada en el sector de la parroquia Coche.

A mediados de abril pasado, representantes de la Cámara de Editores se reunieron con miembros de la directiva de la Cámara Venezolana de la Educación Privada (Cavep), para discutir la problemática por la impresión de libros. La escasez de divisas y de papel también afecta al sector editorial.

“Las editoriales no han sacado ediciones nuevas y actualizadas. Ya van para dos o tres años que no editan nuevas enciclopedias y siguen siendo las mismas. Incluso, todos los años traían enciclopedias de obsequio pero últimamente no nos ha llegado absolutamente nada porque en las editoriales alegan problemas de papel, porque no tienen materia prima”, explica Dóris Oropeza, directora de la Escuela Básica María Mazarrello 1, que atiende a niños de primer grado y segundo grado en la parroquia Coche.

Un libro de texto de geografía actualmente tiene un costo que oscila entre los 10 mil y 15 mil bolívares, dependiendo de la casa editorial. Son textos de uso común para alumnos que cursan entre tercer y sexto grado de educación primaria. Lo mismo sucede con las enciclopedias de uso en los primeros grados de la educación básica que, por la escasez que afecta al sector editorial, están rezagadas.

“En primer grado nunca exigimos enciclopedias porque aun los niños no leen con la regularidad de años más avanzados, por eso la maestra en ese caso trabaja sin enciclopedia; ya para segundo grado sí exigimos enciclopedia, pero lo que hemos hecho es básicamente lo mismo que en el Mazarrello 2: los libros de años anteriores y de otros niños que tengan hermanos, o incluso que no tengan otros familiares en la escuela pero que puedan venderlos más baratos o donarlos a la escuela, los recibimos sin problemas”, añade Oropeza.

A pesar de que el Estado puso en marcha la producción y edición de libros de texto a inicios de 2015, como parte de un plan que abarcó los niveles de la educación básica y media diversificada, ya estos, según Silva y Oropeza, no constituyen una opción; mucho menos para escuelas básicas que no reciben subsidio alguno por parte del Estado.

“Muchos representantes se quejan porque no les alcanza. Comprar un libro representa un costo elevado para los padres, por eso adaptamos una lista de útiles que realmente puedan usar y puedan adquirir, como cuadernos, laminas, papel y materiales que de verdad usarán durante el año escolar”, explica Silva.

Actualmente, las listas de útiles escolares no son ni la mitad de lo que eran en años anteriores. Los altos costos y la escasez que queja al sector productor de materiales hacen cuesta arriba equiparar las listas de útiles escolares, según Silva.

“A pesar de que algunos representantes nos han dicho que comprarán libros nuevos, respetamos esa decisión, pero como está la situación nosotros hacemos un esfuerzo por ayudar para que las lista sean lo más económica y que tenga el menor impacto posible en el bolsillo de los padres, y para que puedan trabajar con el material que tengan en sus casas”.