En Vargas cambian costumbres por costos elevados del pescado
Marighzell Lucena
Vargas
Los altos costos en la cadena de producción en el sector pesquero, al igual que ocurre con otros rubros, harán que este año sea más cuesta arriba mantener la tradición culinaria en esta Semana Santa. Para los varguenses las opciones más accesibles al bolsillo resultan ser las especies de cataco y sardina, para lo cual se debe invertir no menos de 12.5 % del suelo mínimo actual.
Quienes laboran como comerciantes en el rubro, advierten un aumento de precios del 300% en el caso del pescado, pues en el caso de los frutos marinos (moluscos y mariscos) el incremento ha sido mayor, hasta en un 500%.
Luis Daniel Barboza, vendedor, afirma que ante la crisis, como a muchos otros, ha tenido que sacrificar ganancias mayores con tal de subsistir y mantener el local.
“El año pasado con 10 mil bolívares la gente podía llevar hasta dos especies de pescado, o pescado y frutos marinos, hoy si acaso un solo producto y tratando de que rinda según la cantidad de miembros en la familia (…) En nuestro caso la ganancia es la mínima, pero vendemos y me pagan mi sueldo, los impuestos y otros gastos que se generan en el establecimiento”.
Andrés Ramos, distribuidor de pescado añade que la situación se ha ido agravando y que las opciones más accesibles para la economía familiar siguen siendo la sardina y especies como el cataco.
“Con ello, la familia podrá mantener la tradición y además contribuye con una sana alimentación, las otras variedades quedan sólo para quienes tengan mayor acceso o hagan mayor esfuerzo, aunque tampoco existe la misma variedad de antes a consecuencia de la venta en el exterior”, dice.
Al respecto César Anzualdez, comercializador al mayor, ratifica que las ventas en comparación con el año pasado han bajado en un 100%, producto de los altos costos y que de un año para acá, aproximadamente, los dueños de embarcaciones han preferido ofertar en islas extranjeras como Trinidad, Bonaire y Curacao para obtener ganancias en dólares, mermando la presencia de algunas especies incluso de producción en aguas nacionales.
“Aunque la mano de obra nacional es pagada en bolívares, las ganancias finales son obtenidas en dólares y esa es una de las razones por las cuales el especies como el pargo, el mero y el atún aleta amarilla, éste último catalogado como uno de los mejores del mundo y de pesca nacional, no se distribuyen con la misma frecuencia de antes. Esas especies son vendidas entre los 10 y 15 dólares por kilo en islas extranjeras, situación que ha empeorado la realidad de la cadena de producción en el país”, dice.
Consumidores buscan alternativas
Entretanto consumidores como Ana Ramírez, prefieren tomar sus previsiones y adquirir lo que preparará en casa durante la Semana Mayor, asegurando que lo que antes se destinaba a viajes o paseos hoy lo invierte en el pescado, pues para la familia es importante mantener la tradición culinaria.
“No es tan fácil por la situación que vivimos, pero en casa quienes trabajamos pudimos contribuir y hacer un pote para llevar nuestro pescado a la mesa (…) Dios permita que en cada hogar se pueda mantener la tradición”, dice.
Igual sostiene Javier Pérez, quien luego de un recorrido por el muelle pesquero de Maiquetía finalmente pudo comprar el respectivo pescado que consumirá la familia durante la Semana Santa.
“En casa nos dividimos la misión, a mi me tocó comprar el pescado, lo vengo a buscar esta semana para garantizarlo (…) Las opciones no son muy accesibles, pues aunque 10 mil bolívares no son nada, conseguirlos cuesta mucho; pero en un intento por mantener la tradición los gastos en el hogar se dividen”, afirma.