Empresa Nacional de Generación Eléctrica
La nueva joya con que nos sorprende la revolución es la creación de la Empresa Nacional de Generación Eléctrica. La conforman PDVSA y el Menpet, con un 40% de las acciones cada una, y Elelven y Enelbar, con un 10% cada una. “No se pretende desplazar a ninguna empresa” dice el viceministro, sólo que “la demanda ahora es más grande y se requieren más empresas para atenderla”. Cuando la periodista le pregunta sobre la participación de PDVSA y su dedicación a una nueva actividad dice “ahora tenemos una nueva PDVSA, no es la misma de antes. La tendencia es que PDVSA invierta en el país”.
No se pasea el Viceministro por el hecho de que el sector eléctrico está en la ruina y todas las inversiones que se están haciendo las está financiando PDVSA a través del FONDEN, ya que ninguna empresa de servicio eléctrico, ni siquiera Edelca, tienen un centavo disponible para invertir. De modo que no hace falta crear una nueva empresa para que PDVSA invierta en el país. Al contrario, el país sobrevive gracias a que PDVSA invierte, gasta, despilfarra y paga todas las ocurrencias de la revolución bonita.
Las inversiones de Enelven en Termozulia I y la próxima Termozulia II las está pagando PDVSA y todos los proyectos de generación que supuestamente están en marcha, ¡Absolutamente todos!, los está pagando PDVSA. A Cadafe, según declaraciones del propio viceministro que hasta hace poco era su presidente, PDVSA le dio US$ 1.000 millones el año pasado y US$ 1.150 millones este año, con los cuales está financiando sus inversiones que no se ven por ningún lado, o si no que le pregunten a los guayaneses donde carrizo las ven.
Si a alguien se le ocurre que hay que involucrar a PDVSA en todas las actividades que financia tendríamos que entregarle el país para que lo administre, algo que parece pensar la revolución cuando le asigna la Misión Ribas y tantas otras obras sociales, sin entender que su papel es manejar bien la actividad petrolera para así seguir pagando los costos de todas las empresas que la revolución emprende sin ningún criterio económico.
Aquí cabe decir que el sector eléctrico va a hundir a PDVSA al igual que la dependencia de PDVSA está hundiendo al sector eléctrico. Bastante trabajo debería tener PDVSA con encargarse de proveer combustible para que todas estas plantas funcionen, porque todas las plantas que se están construyendo funcionarán con gas natural, pero no hay gas y tendrán que quemar gasoil, a un alto costo para PDVSA y para la nación.
La otra cosa que llama la atención es que en la nueva empresa del estado se incluya a Enelven y a Enelbar mientras se deja afuera a Cadafe y a Edelca que son los principales generadores. En particular Edelca, que genera más del 70% de la electricidad que utiliza el país.
¿De dónde va a sacar la nueva empresa los profesionales que se encargarán de dirigir la enorme cantidad de proyectos que se necesitan? Nadie pueden dudar de la capacidad de Enelven, pero ya está gerenciando Termozulia I y II, a la vez que tendrá que ocuparse de los 1.000 MW que piensa instalar PDVSA en la costa oriental del lago, cuya licitación quedó desierta. Los profesionales de Enelven son excelentes, pero tampoco son superman. Mientras que para Enelbar el reto es algo completamente nuevo, ya que es básicamente una empresa de distribución.
Imagino que la revolución dirá “no importa, lo importante es el compromiso por encima de la capacitación”. Esta ha sido la pauta que nos ha marcado la revolución en estos 8 años y que ha conducido a la destrucción de las pocas cosas que funcionaban en el país como era el sector eléctrico con excepción de Cadafe. Por este camino no sólo nos vamos a quedar sin luz, sino también sin PDVSA.