El tratado de Astana
Bielorrusia, Kazajstán y Rusia firmaron un tratado de libre comercio y unión aduanera el 5 de julio, mediante el cual las tres ex repúblicas soviéticas inician un proceso de eliminación de sus aranceles recíprocos y demás restricciones paraarancelarias con miras a la formación de un mercado común, el cual incluirá más adelante la libre circulación de capitales y personas. La zona de libre comercio y unión aduanera quedará perfeccionada en 2012.
El tratado suscrito en la capital de Kazajstán por sus respectivos jefes de Estado marca una nueva era en las relaciones entre los tres países y podría abrir el camino para la incorporación de nuevos Estados, como Tayikistán y Kirguistán. La nueva unión aduanera le da la estocada final a la suspicacia que se generó luego de la desintegración de la Unión Soviética, cuando se elevaron las barreras arancelarias y paraarancelarias entre las tres naciones.
Moscú apuesta así a la integración económica y marca distancia con su anterior política exterior, basada en el otorgamiento de ventajas unilaterales. El acuerdo de libre comercio afectará a los productores agrícolas rusos, quienes deberán competir con las importaciones libres de arancel de Bielorrusia y Kazajstán. Rusia se beneficiará al diversificar su economía y disminuir su independencia de las exportaciones de hidrocarburos.
La crisis financiera global puede convertirse en un aliciente para la integración regional y esta nueva demostración de regionalismo abierto es un ejemplo de que frente a los retos de la globalización, la estrategia de formación de espacios económicos comunes representa la ruta acertada para la generación de empleo y la elevación del nivel de vida de los pueblos.