Economía

El Chiguao y Tayucay

Nuevamente se aplica violencia contra la minería ilegal. Esta vez le toca a El Chiguao, igual que antes le tocó a La Paragua y mañana le tocará a cualquier otra localidad: Aza, Sabanita de Antabarí, o quizás Aripichi. Lo cierto es que la actividad se sigue expandiendo, como lo atestigua el color amarillento del Caroní aguas debajo de la desembocadura del Icabarú. Los mineros alegan que no se les ha cumplido lo prometido en la “Reconversión minera” y no les llegan las compensaciones. Combatir a la minería ilegal a través de subsidios y compensaciones es irreal, la única forma de acabarla es con empleos estables que ofrezcan seguridad social.

Aquí es donde viene a cuento Tayucay. Se trata de un aprovechamiento hidroeléctrico en el Caroní Medio, a apenas 20 Km de la cola del embalse de Guri y a 40 Km del río Chiguao. Es el proyecto mejor estudiado de todos los que se sitúan aguas arriba del Bajo Caroní y representa, si se considera el precio internacional de los combustibles fósiles, la mejor alternativa de generación eléctrica de que dispone la nación, después de Tocoma, pues ofrece con distancia el KWh más económico y se acopla operativamente con los proyectos del Bajo Caroní.

Tayucay representa además la mejor alternativa a la minería ilegal por dos razones. La primera es porque garantiza la presencia de una actividad económica formal en la zona que permite vigilar y controlar las incursiones de los mineros y posibilita la aplicación de la ley. Basta recordar como se ha logrado controlar a los balseros en los embalses de Macagua y Caruachi. La segunda razón es que ofrece fuentes de empleo bien remuneradas durante su construcción, que permiten aliviar la presión social que empuja a los mineros hacia la zona.

Adicionalmente, el proyecto Tayucay permitiría la unión vial entre La Paragua y El Manteco, conformando un eje al sur del embalse de Guri que potenciaría el desarrollo de la región con la posibilidad de crear actividades económicas que también brindarían una alternativa a la minería ilegal. En especial se debería estimular el sector turismo, ya que el embalse de Tayucay tiene características ideales para su desarrollo. Hay que resaltar que se trata de un embalse pequeño, de apenas dos tercios del de Caruachi. Un embalse alargado que opera como un río ancho, sin ninguna influencia sobre la laguna de Canaima ni sobre el río Carrao.

En la actualidad Tayucay está engavetado, metido en el mismo saco con todos los proyectos del Alto Caroní. La escusa es el impacto ambiental, pero lo razonable es analizar cada caso individualmente. En realidad Tayucay no está en el Alto Caroní sino en el Caroní Medio, situado en una zona altamente intervenida, como lo demuestra la acción contra los mineros de El Chiguao. Al mismo tiempo se mantienen en cartera proyectos con mayor impacto ambiental y menor beneficio energético, como el desarrollo 2 del proyecto Uribante-Caparo en Los Andes.

Varias veces se ha hablado de proyectos de desarrollo en la zona de influencia de Tayucay. Se ha hablado de una ciudad agro-turística en La Paragua, de una ciudad de la madera en La Vergareña, junto con la ya casi olvidada Ciudad del Acero en torno a Ciudad Piar. En todas estas iniciativas Tayucay encaja a la perfección y potencia el desarrollo.

Con estos elementos, sirva este artículo como una misiva para solicitar la revisión del proyecto. Apropiado sería abrir un debate sobre la conveniencia de Tayucay, donde se expusieran los beneficios y perjuicios del proyecto de forma abierta, participativa y protagónica.

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