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Econométrica estima que 2017 cerrará con una inflación interanual de 1.157%

La firma Econométrica señala en su más reciente informe que, como un escenario base, la inflación seguirá ganando espacios en los próximos meses y la variación de precios interanual en Venezuela en 2017 cerrará en 1.157%, como consecuencia de los profundos desequilibrios fiscales y la ausencia de medidas económicas para frenar la inflación.

De acuerdo con la consultora, el análisis de las cifras del sector público indica que la caída en la recaudación fiscal real aumentó las necesidad de financiamiento monetario por parte del Gobierno en el segundo semestre de 2017, lo que generó, desde el primer trimestre del año, nuevamente presiones al alza en los precios de los bienes y servicios, sobre todo en los últimos dos meses.

“En agosto la inflación superó de nuevo el máximo histórico registrado a inicios del año al alcanzar 31,9%. Esta notable alza ocurre en un mes cuando la inflación suele ser relativamente baja. La variación interanual ascendió hasta 780%. En septiembre la inflación volvió a batir récord al ubicarse en 33,7%, lo que implica una variación interanual de 929%. Los últimos dos meses estuvieron marcados por una importante intensificación del proceso inflacionario”, precisó Econométrica.

Déficit fiscal

Según la firma, los desequilibrios fiscales están detrás de la espiral inflacionaria, pues el déficit en el sector público como porcentaje del PIB se acentuó en 2014 con la caída de la actividad económica.

“En ese año el déficit alcanzó 15%. Con la profundización de la recesión, en 2015 el déficit fiscal cerró en 17,5%. En el último año alcanzó 15,1%. Esta brecha habría sido parcialmente cubierta en los últimos años con emisión de deuda y liquidación de activos. Sin embargo, las posibilidades de seguir haciendo esto en la actualidad son limitadas. Es probable que el tamaño de la brecha fiscal actual sea cubierto mediante el financiamiento monetario por parte del Banco Central de Venezuela (BCV). Este tipo de financiamiento tiene implicaciones muy claras sobre la inflación y el desempeño económico”, advierte Econométrica.

Adicionalmente, el ingreso que recibe el gobierno como resultado de emitir dinero –denominado como señoreaje- con un costo de emisión que es prácticamente nulo, es un mecanismo que está asociado a una mayor inflación.

“Con una contracción de los ingresos en términos reales, la imposibilidad de elevar la carga fiscal debido al retroceso de la actividad económica y la inviabilidad de disminuir el gasto público, el señoreaje se asoma como la única alternativa disponible para financiar el déficit fiscal. Esta vía de financiamiento coloca la economía en una peligrosa espiral inflacionaria”, advierte Econométrica.

Desde 2011, el uso del señoreaje ha ascendido notablemente. En 2013 alcanzó, en promedio, 5,9%, en 2014 aumentó considerablemente hasta alcanzar 9% del PIB, mientras que en junio de 2015 aumentó a 10,1%, precisó Econométrica.

“En junio cerró en 5,1% del PIB, el resultado más bajo registrado en dicho año. No obstante, en la segunda mitad de 2016 se observó una intensificación en el uso de este mecanismo, sobre todo al finalizar el año, al cerrar en 9,4%. Esta tendencia se profundizó durante 2017, particularmente en los últimos tres meses. En septiembre alcanzó un nuevo máximo, cuando el señoreaje fue 16,8% del PIB. Esta tendencia nos hace pensar que la única vía de financiamiento que tiene el gobierno es a través del BCV. El abuso del financiamiento monetario está inexorablemente vinculado con la aceleración inflacionaria”.

Liquidez

De acuerdo con Ecoinométrica, la expansión de la base monetaria en el año en curso no tiene precedentes.

“En julio, por cada bolívar que el gobierno recaudó por impuestos, el BCV emitió tres bolívares. En septiembre esta cifra se habría mantenido alrededor de la registrada en julio. El punto crucial de todo esto es que en los procesos hiperinflacionarios, la expansión de la base monetaria se endogeniza y termina por responder a necesidades de financiamiento cada vez mayores, lo cual agrava el proceso inflacionario y deteriora aún más la recaudación fiscal real”.

Monetización y tipo de cambio paralelo

Econométrica precisa en su reporte que la monetización del déficit, además de tener consecuencias directas en la inflación, impulsa el tipo de cambio paralelo, con efectos sobre los precios de los bienes y servicios.

“En febrero del año en curso, una depreciación de 100% en el paralelo generaba un aumento de alrededor de 21% en el nivel de precios durante el primer mes. Si bien el traspaso ha perdido cierta intensidad en los últimos meses, hasta alcanzar 18% en junio, no esperamos que esta tendencia se haya mantenido durante agosto y septiembre. La razón es que, durante estos dos meses, la inflación ha estado gobernada por bienes durables, en los cuales la depreciación del tipo de cambio paralelo ha tenido una importante incidencia en sus precios”, recalca Econométrica, que prevé que la dificultad de acceder a las divisas a una tasa distinta a la del mercado paralelo incremente la permeabilidad de este tipo de cambio sobre los precios internos en los próximos meses.

Recaudación fiscal

Según Econométrica, la economía se ve inmersa en una espiral inflacionaria cuando la inflación deteriora la recaudación fiscal real profundizando el déficit. En septiembre de 2017 la recaudación fiscal se contrajo 66,9% respecto a diciembre de 2014.

“En septiembre la recaudación daba para cubrir 6,6 millones de salarios. Pese a que esta relación mejoró levemente respecto al mismo mes del año anterior (5 millones), al compararla con el resultado de hace dos años (11,5 millones de salarios) se evidencia un profundo deterioro en la recaudación fiscal. Sin embargo, lejos de realizar recortes de gasto público, el gobierno ha decretado aumentos de salarios con una mayor frecuencia durante el año en curso. Más aún, el tamaño de la nómina pública actual es mayor que la de hace algunos años. Los ajustes de salarios necesariamente son financiados mediante la emisión de dinero por parte del BCV, con sus correspondientes consecuencias en la inflación”.

Econométrica estima que al cierre de 2016 el déficit fiscal alcanzó 15,1% del PIB, por lo que considera probable que el tamaño de la brecha fiscal actual sea cubierto mediante el financiamiento monetario por parte del BCV, con un claro impacto en la inflación.

La economía está inmersa en una espiral inflacionaria y los desequilibrios fiscales que la desencadenan continúan profundizándose, por lo cual el escenario hiperinflacionario debe estar dentro de cualquier proyección, advierte Econométrica.

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