Deuda social: como se fabrica la pobreza
El Foro de la Deuda Social
Los políticos se reúnen para discutir sobre un fenómeno que ellos denominan Deuda Social, pero de acuerdo al temario del Foro, lo que subyace es una discusión sobre el tema de la pobreza, materia esta que una corriente ideológica emparentada con el marxismo contemporáneo (post – soviético) en los últimos tiempos viene siendo observada mas desde una óptica ideológica. Pudiera ser quizás una buena oportunidad para analizar sin prejuicios el fenómeno de la pobreza, de las estructuras de buscadores de renta de gobiernos y burocracias cuyo afán político es intermediar la redistribución del ingreso, generar él diagnostico y las politicas publicas a ejecutar para enrumbar las economias y las sociedades hacia estadios mas avanzados de bienestar individual.
Sin embargo, y del temario del Foro de la llamada Deuda Social se puede avizorar que, la discusión propuesta en ese encuentro deja de lado el estudio y el análisis de los aspectos institucionales y políticos, de la economía política del Estado, de la administración publica y en los derechos de propiedad como estructuras fundamentales en la comprension de la pobreza, el fenómeno más agudo que afecta importantes contingentes humanos en el mundo en desarrollo. Contrariamente, el Foro de la Deuda Social, siendo este, por cierto, un concepto cargado de abundante ambigüedad, pareciera estar orientado mas a la discusión de los aspectos esencialmente ideológicos que subyacen la agitación política anticapitalista de estos tiempos; en otras palabras, de las corrientes ideológicas del llamado neo-marxismo indigenista contemporáneo.
La revolución de y para los pobres
Gobernamos para el pobre!!. Esta revolución es de los pobres!, muletilla obligada en discurso político. Los «pobres» son hoy, como ayer, un insumo para la demagogia y el populismo, lo que impide ver que la pobreza se causa por politicas equivocadas y por una ineficiente administración publica en manos de una burocracia rentista incompetente y costosa. La expansión de la pobreza y la administración de politicas incorrectas se origina en su incomprensión; generando un diagnostico erróneo y falsos valores redistributivos que hacen que los gobiernos naveguen en circulo vicioso, dado que mecanismos redistributivos por si solos coadyuvan en todo caso la expansión de la pobreza. Ello se ha cultivado durante años y ahora tiende a ser perpetuado por la «revolución» en curso, al basar sus politicas en la redistribución de una renta cada vez más escasa.
Ruina de la educación publica y pobreza
Recreemos por ejemplo con el visible deterioro y ruina de la educación publica; la que imparte el Estado. Los gobiernos solo se preocupan de redistribuir la renta fiscal y no de crear incentivos, hábitos, cultura, educación e instituciones que preparen al hombre a que la asistencia del Estado es temporal y que lo único perdurable son manos e intelecto; es decir, de la gestión de politicas activas que envíen al mercado laboral capital humano útil a la dinámica de empleo de hoy. La acotación es pertinente, porque la educación publica básica es el engranaje redistributivo de ingreso más tradicional en estos tiempos, inclusive en mercados donde competir eficientemente es componente obligado de prosperidad.
Muchos políticos por voluntad populista, abogan demagógicamente sobre la gratuidad de la educación, ignorando que la gratuidad se construye sobre un mecanismo regresivo perverso, dado que quien tiene mas ingreso extrae mas renta del que tiene menos ingreso, es la paradoja socialista que nos acompaña por años, cuyo clímax se alcanza en el proyecto educativo «revolucionario» el cual contiene los mismos elementos regresivos y errores que han arruinado el capital humano con millones de venezolanos lanzados a un mercado laboral sin educación básica ni oficio útil; un recipe que reproduce pobreza. La educación, ahora en extremo de ser nacionalizada se convierte en un componente ideológico que enajena a la familia el derecho de educar a sus hijos, dejándole al Estado lo que nunca cumplirá eficientemente, corriendo el riesgo reproducir viciosamente la pobreza.
Redistribución de la pobreza
Una consecuencia negativa de la ideología redistributiva en Venezuela ha sido la reducción – per capita – de los fondos públicos dirigidos a financiar la educación básica respecto de los recursos dirigidos a la educación superior y que han degenerado en un cultivo a la pobreza, en virtud que la población que demanda educación básica – niños menores de 15 años- crece a una tasa mayor que la que se incorpora a la educación superior – mayores de 16 años. Este hecho se ha convertido en una causal de pobreza, y no solo en nuestro entorno, porque la carencia de recursos fiscales para atender la creciente demanda de educación para menores impide la conformación de una adecuada infraestructura, de mejores salarios para educadores, de una atención de necesidades alimentarias y recreativas de los niños, de dotación de útiles etc.
En ese sentido, no solo es necesario crecer sostenidamente en el largo plazo sino que es vital la reversión de la pirámide del gasto educativo, de manera que los escasos fondos fiscales puedan ser redistribuidos en la educación de los venezolanos menores de 15 años para recibir la educación básica, de manera que cuando la economia le provea a partir de allí adiestramiento y destrezas para un mercado laboral exigente, el joven se encuentre en condiciones de formarse como capital humano útil.