Economía

Desgaste y Contradicciones de los Controles de Precios

Recientes anuncios realizados por el Ejecutivo Nacional constituyen el mayor reconocimiento de lo distorsionante de los controles de precios y lo inútil que resultan para controlar la inflación. El ministro de Alimentación, Carlos Osorio habría declarado que el Gobierno tiene la intención de flexibilizar los porcentajes de alimentos regulados, a los que están obligadas las empresas a producir.

Ha tenido que sufrir el venezolano episodios de desabastecimiento y escasez para que se ajusten los precios regulados, aliviándose así los pinzamientos de márgenes de una economía inflacionaria, o alternativamente, como se anuncia en esta oportunidad, reducir los porcentajes obligatorios de productos regulados. Según reporta el propio Banco Central de Venezuela, la escasez aumenta hasta el nivel más alto desde mayo de 2008. El ente emisor ha admitido “que en diciembre aumentó la escasez y de cada 100 productos que los consumidores solicitaron en abastos, supermercados y toda la red de establecimientos que cubre al país, 15,2 no estaban disponibles” (El Universal, 06-01-2012).

Pero es que ex ante, como denunciáramos al momento de la publicación de las normas referidas a los porcentajes de obligatorio cumplimiento, las presentaciones únicas reguladas no tienen por qué constituir una política pública regulatoria eficiente. Primero, esta política tiende a degradar productos destinados a nichos de mercados particulares y no necesariamente de masas. Segundo, imposibilita realizar descremes de mercado -price skimming- y subsidios cruzados a favor de nichos de consumo masivo destinados a segmentos socio-económicos bajos. Tercero, imposibilita satisfacer la restricción de participación de las empresas. Cuarto, esta política regulatoria podría imposibilitar una estrategia de diferenciación de productos atendiendo nichos, gustos y preferencias específicos, reduciendo costos transaccionales y la eventual desutilidad que implicaría la imperfecta sustituibilidad por productos únicos regulados. Quinto, una política de control de precios y alto porcentaje de producto regulado, al punto de implicar prácticamente un producto único, podría imposibilitar una estrategia de diferenciación de productos, subsidios cruzados y expansión total de la demanda; lo que finalmente implicaría resguardo de la eficiencia económica y expansión del bienestar social.

La instrumentación de porcentajes de producción de productos regulados ha constituido una imposición de una especie de “obligación de servicio universal”, cuya legalidad y armonía con los principios, derechos y libertades económicas, constitucionalmente consagradas, podrían estar en entredicho.

Destaca notablemente que el reconocimiento del fracaso del control de precios e imposición de porcentajes, contradeciría rotundamente las declaraciones de la nueva Sundecop, desde la cual se ha anunciado precios únicos por presentación de producto. La descoordinación y desinstitucionalización económica del país, explica las distorsiones, la inocuidad de las políticas públicas y regulatorias, así como el deterioro de la eficiencia económica y los principios económicos consagrados constitucionalmente.

Economista. Master in Industrial Organization and Markets. Master en Competencia y Regulación de Mercados. Profesor universitario de Regulación Económica y Regulación de Competencia.

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