Derecho a la propiedad (I)
ONU, Declaración Universal de los Derechos Humanos. Asamblea General 217 A (III) del 10 de Diciembre de 1948. Derechos Humanos para todos. “La Asamblea General proclama la presente Declaración Universal de Derechos Humanos como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción”.
“Artículo 1: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
“Artículo 17: 1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente. 2. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad”.
Hace apenas 61 años de su promulgación. Están vigentes. Son actuales. La Republica de Venezuela esta comprometida con ellos. Son de obligatoria vigencia. El gobierno esta obligado a respetarlos y acatarlos, a menos que se salga de la ONU. Se quede como un paria.
Hoy la propiedad está ampliamente distribuida, el prestigio de la gente se basa tanto en sus logros como en su riqueza, la mujer ya no está sujeta por ideas pasadas de moda y el derecho de voto está al alcance de casi todo el mundo conocido – menos en Venezuela, por ahora – sin que se les imponga el requisito de ser únicamente propietario y/o terrateniente.
El derecho a poseer bienes y disfrutarlos ha sido siempre una aspiración, una meta a conseguir, de los ciudadanos, del pueblo, de los pueblos. Ahí la historia. Los venezolanos no somos la excepción. Nos gusta la propiedad privada.
John Rutledge delegado a la convención de Filadelfia por Carolina del Sur, en donde se redacto la Constitución de los EU, les recordó a los representantes que «la propiedad es en verdad el objeto principal de la sociedad». Todos esos constituyentes creían que el respeto a los derechos de propiedad individual es la esencia misma de la convivencia y del supuesto contrato social.
Además, ellos, los norteamericanos, incorporaron a la Constitución garantías institucionales para proteger esos derechos; la nación, poco después, añadió disposiciones importantes como la Carta de Derechos, para reforzar esa protección.
Más aún, la intención de los Fundadores de ese país, no era que esa protección amparara sólo las tierras o los bienes tangibles, sino también los derechos inherentes a la propiedad: reales o personales, tangibles o intangibles. Ellos creían que la propiedad es «la guardiana de todos los demás derechos», porque sin el derecho de poseer, usar y disfrutar nuestros bienes y el producto de nuestro intelecto sin sufrir la intromisión del gobierno, no podría haber libertad de ninguna índole. El Acta de nuestra independencia también acoge y respeta el derecho de propiedad.
Los derechos de propiedad siguen siendo importantes hoy para el ciudadano común, para el pueblo. El derecho de poseer lo que uno ha creado, construido, comprado, ahorrado, o incluso recibido como obsequio y teniendo la seguridad de que el gobierno no se lo puede quitar, salvo bajo estrictos procedimientos jurídicos y su respectivo pago, proporciona la seguridad material que va de la mano con otras libertades menos tangibles, como la de expresión y la privacidad.
Todas las personas de este país llamado Venezuela cuyos derechos económicos se ven amenazados están a la merced de un gobierno despótico, fuera de la CN, lo mismo que la gente a quien se quita la libertad de expresión o el derecho de voto. Tal como ha sucedido con la televisión y la radio y comunicadores y con el voto de los habitantes de la zona metropolitana de Caracas para su alcalde mayor y con las elecciones pautadas en la propia CN y leyes.
Cuando se trata de derechos, los juristas expertos hablan a menudo de un «paquete de derechos», con lo cual denotan que éstos están estrechamente relacionados entre sí. Aun cuando ya no creemos que los derechos de propiedad sean la base de todas las demás libertades, pensamos que la libertad es un paño sin uniones y cada uno de los derechos que lo componen es importante para la preservación de los demás. Esto es cierto sin duda en el caso de la libertad de expresión, y no lo es menos en el de los derechos de propiedad. Sigue.
Notas: 01. OEA – Cuba: perdón y premio. Le perdonan y le premian por matar y esclavizar a un pueblo durante 47 años y salir a hacer lo mismo en otros del planeta. Tiene razón el libro El Idiota. Con esa representación y esas instituciones América Latina no necesita mas sepultureros…hasta los elegimos. ¡Bendito sea Dios! ¡Apiádate de nosotros! 02. La vigilancia del ciudadano, del pueblo, sobre el gobierno y el uso de los dineros debe ser mayor…ya este gobierno, en 10 años, dijo hasta donde llega: al desastre para todos.