Del mercado de las criptomonedas y otras artes
Escuchar palabras como “criptomonedas”, “criptoactivos” o “criptodivisas” se ha vuelto más común de lo que muchos piensan. Sin embargo, y aunque todo lo relacionado con las criptofinanzas llama cada día más la atención de las personas, todavía hay muchas dudas sobre este tema tan controversial. A decir verdad, este universo financiero tiene sus normas y puntos de riesgo, y si no se conocen los pros y los contras, involucrarse en este mercado podría dejar de ser una inversión para convertirse en un juego de azar.
Lo primero que hay que saber para entrar en este “juego” es, precisamente, qué es una criptomoneda. Julián Vargas, creador de la cuenta de Instagram sobre monedas digitales @nacionhumana, explica que este término se refiere a un activo digital descentralizado por medio del que las personas pueden gestionar sus propias finanzas e, incluso, producirlas sin necesidad de un intermediario, sea el banco o el Gobierno.
Este especialista, quien estará el próximo 5 de mayo en Miami, durante el primer congreso en español sobre criptofinanzas, organizado por Educación en Crypto Finanzas Inc, agrega que lo maravilloso de las criptomonedas es que “las condiciones de negociación las pone quien las posee, basadas en un sistema transaccional propio de cada moneda conocido como cadena de bloques, y que se comporta como libro contable”.
Un poco de historia
El sistema digital se propuso en 1998 —ante el desequilibrio financiero asiático conocido como la crisis del Fondo Monetario Internacional— como una moneda que no pudiera ser rastreada, conocida como B-Money. El proyecto se retomó diez años después por Satoshi Nakamoto —como se autodenomina el anónimo creador del Bitcoin—, en medio de la crisis financiera mundial de 2008. La criptomoneda nació a un precio de 9 centavos de dólar y ha evolucionado a tal punto que en diciembre de 2017 llegó a un pico cercano a los 20 mil dólares.
Según explica Vargas, la función que cumple una criptomoneda es la de agilizar y mantener de forma anónima los movimientos o envíos de dinero desde su tecnología de cadena de bloques, “completamente infalsificable y en tiempo real, garantizando la seguridad e integridad de quienes realizan una negociación o envío de dinero bajo los principios de la criptografía y seguridad cibernética”.
El simple hecho de entender que, por primera vez en la historia, el ser humano tiene la capacidad de producir y administrar su propio dinero, sin necesidad de un intermediario, ha volcado el interés de inversión en millones de personas en todo el mundo.
Incluso, las naciones pueden tener a las criptomonedas como sus aliadas, tomando en cuenta que “su digitalización se puede usar para eliminar el lavado de activos del dinero físico y la evasión de impuestos”.
Sin embargo, Vargas enfatiza que, como todo, este sistema tiene riesgos, los cuales obedecen a la oscilación salvaje de precios, motivado a la constante especulación que se realiza en los mercados de intercambio y la constante creación de nuevas criptomonedas, “sumado a la excesiva manipulación de ballenas inversionistas, debido a su falta de regulaciones”.
Si de elegir la “criptomoneda ideal” se trata, el profesional es claro en afirmar que lo primero en hacer es estudiar su proyecto, futuro impacto al sistema transaccional o cadena de bloques y la usabilidad. “De lo contrario, decir cuáles son las mejores monedas sería jugar al casino, y olvidarnos que la educación es la base de una capitalización”.
En definitiva, cada día surgen más indicios de que las criptomonedas llegaron para quedarse y reformar la manera en que se manejan las finanzas personales y globales. “Con el fin de evitar que este sistema se convierta en una estafa para las personas, resulta meritorio informarse para tomar las mejores decisiones”, comenta Luis A. Fernández, director de Educación en Crypto Finanzas Inc y coordinador del primer congreso en español de criptofinanzas.