¿Debemos seguir a Cuba como ejemplo en el sector eléctrico?
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Los sistemas eléctricos cubano y venezolano han evolucionado de forma muy diferente en los últimos 60 años. Sin embargo, en el año 1958, cuando Venezuela comenzaba su período democrático y Cuba estaba en vísperas de su revolución, ambos países y sus respectivos sistemas eléctricos eran muy similares.
Cuba y Venezuela tenían casi la misma población (6.5 y 6.7 millones respectivamente) y las capacidades de generación instaladas eran 430 y 650 MW, aunque si a Cuba se le suman los más de 60 sistemas aislados, la mayoría en centrales azucareros, posiblemente superaba a Venezuela. Ambos países comenzaban la interconexión del país y su mayor voltaje de transmisión era 115 KV. En población servida Cuba superaba a Venezuela con 56% contra 40%.
Resulta difícil encontrar dos países más parecidos. Pero las cosas cambiarían radicalmente en los años siguientes. Lo primero que llama la atención es la población, actualmente la cubana es de 11 MMh, es decir que no ha llegado a duplicarse, mientras la venezolana se ha multiplicado por 4. Pero comparemos los indicadores del sector eléctrico.
Cuba dispone de una capacidad instalada de unos 3.700 MW, mientras Venezuela supera los 20.000. La línea de mayor tamaño es de 220 KV, mientras Venezuela tiene más de 6.000 km de líneas de 400 y 800 KV que interconectan el país desde Guayana hasta la Guajira. La población electrificada supera el 95% en ambos países, pero el consumo venezolano es muy superior.
La historia del sector en Venezuela no es muy conocida fuera de los especialistas, pero resumamos diciendo que tiene el mayor consumo per cápita de Sur América. Pero resumir la historia cubana implica hablar de dos períodos: antes y después de la caída de la unión soviética. La crisis que desencadenó dicha caída en Cuba fue enorme. Para no hacer largo el cuento digamos sólo que en 1994 se produjo 20% menos electricidad que en 1989. Además, al verse obligada a generar con petróleo cubano que tiene un alto contenido de azufre, su parque generador se deterioró obligando a fuertes racionamientos.
Sólo en los últimos años Cuba ha logrado levantar cabeza y en ello la ayuda venezolana es fundamental. Pero entre las medidas más importantes que han adoptado está la instalación de pequeños grupos electrógenos a diesel (entre 10 y 15 MW), lo que se llama generación distribuida. Esta solución se vincula con el gran deterioro de los sistemas de transmisión que hace inútil instalar plantas en una escala mayor, ya que deben acompañarse con inversiones que amplíen y adecúen las redes de transmisión para llevar la energía a más ciudades. De esta forma resuelven el problema a corto plazo, instalando pequeñas plantas en cada ciudad para atender la demanda en la hora pico, sin realizar grandes inversiones y aunque la electricidad con diesel es muy costosa, posiblemente la más costosa del mundo, ¿Qué importa? Venezuela provee.
La pregunta es ¿La generación distribuida representa una solución para Venezuela? El tema viene a cuento porque hemos comenzado a instalar pequeñas centralitas aquí y allá con asesoría cubana. Pero las condiciones son muy distintas, Venezuela posee una solida red de transmisión que permite llegar a todo el país, aunque debe ser reforzada. Pero, en nuestro caso, debemos instalar plantas de escala adecuada. El año pasado la demanda creció 1.200 MW, de modo que para seguirle el paso se requerirían 80 grupos electrógenos por año, con el añadido de necesitar una flota de gandolas para suplir el combustible. Aunque la demanda en 2007 se ha frenado seguimos requiriendo grandes plantas térmicas (≥ 500 MW) que proporcionen energía de base y alivien al Caroní cuando bajen las lluvias. Otra gran tarea es definir la disponibilidad de energía primaria, tratando de que sea gas, pero si no hay debemos buscar soluciones con fuel oil o carbón que liberen el uso de gasoil.
De modo que la respuesta es evidente, miremos hacia otro lado ya que Cuba no es un buen ejemplo a seguir.