¿Cómo impactan las sanciones al sector industrial de la Bolsa de Valores de Caracas?
A principios de año, el gobierno norteamericano impuso una serie de sanciones con la finalidad de bloquear el libre comercio de Venezuela con el resto del mundo, para de esta forma, obligar a que ocurriera una transición política en el corto plazo. Sin embargo, la industria venezolana, tanto petrolera como la no petrolera, se ha visto afectada por dichas medidas y ha visto la necesidad de adecuar sus sistemas de importaciones y exportaciones a fin de evitar el quiebre total de la industria venezolana.
Cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso sanciones a la industria petrolera en Venezuela, directamente a Pdvsa, las exportaciones de crudo se desplomaron en picada. Sin embargo, ha quedado claro que la industria petrolera es el principal objetivo de las sanciones por ser la principal fuente de ingresos del país, por lo que la aún sobrevivencia de la industria, no es más que un apoyo por parte de los rusos y chinos para evitar la salida forzada del mandatario venezolano. Es por ello, que a Pdvsa se le imposibilitó cobrar y recibir dinero por parte de otros países, a excepción de sus grandes socios comerciales.
Dejando a un lado la situación de los ingresos petroleros, el gobierno norteamericano llevó a cabo una serie de sanciones sectoriales, las cuales fueron ampliadas para el sector minero y para la agricultura. No obstante, expertos aseguran que en niveles macroeconómicos, las restricciones son poco simbólicas, debido a la producción limitada de estas industrias, ya sea o por la caída del consumo, o por reducción de oferta como consecuencia de la galopante hiperinflación que sufren día a día los venezolanos.
Es importante destacar, que las sanciones han acelerado el agravamiento de la crisis que vive Venezuela, en el que la reducción de las importaciones de petróleo deja al gobierno con menos fondos para invertir en servicios básicos. Eso, en tanto, reduce la capacidad de las industrias privadas para lograr adquirir financiamiento, y así poder aumentar su productividad en el país.
Por otra parte, para agravar la situación, cualquier propiedad en bancos de Estados Unidos está sujeta a las sanciones. Las regulaciones de la Oficina de Control de Activos extranjeros por lo general prohíben cualquier transacción con entidades e individuos sancionados. Para suerte de las empresas privadas del sector, no forman parte de dicha restricción.
Nos hemos dado cuenta, que las sanciones financieras son las encargadas de presionar a la industria, como consecuencia de lo difícil que se hace adquirir financiamiento público o privado, ya que el sistema crediticio forma parte de la principal fuente de financiamiento de cualquier economía, y como nos damos cuenta, en Venezuela, se encuentra totalmente ahogado.
Esto hace mantener en alerta constante a la industria privada venezolana, obligando al sector a mantener una estrategia agresiva en el control de sus costos, optimizando los procesos internos para mantener el ritmo de importaciones y exportaciones que venían llevando a cabo, adecuando el modelo de negocio en función del tamaño de su mercado y manteniendo un extremo cuidado en sus transacciones realizadas con divisas.
Si la industria logra realizar dichas recomendaciones al pie de la letra, el sector se vería afectado con una caída del PIB real no petrolero de 39,5% para 2019 y 7,4% para 2020, esto considerando que no exista una transición política, y posteriormente económica en Venezuela. Según cifras suministradas por Analítica.com.
Es importante dejar claro que China está financiando a Venezuela, y hasta que esta situación no cambie, las sanciones solo pueden tener resultados limitados. Y por ende, las empresas de la industria privada, como tales son algunas de las que cotizan en la Bolsa de Valores de Caracas, no se ven mayormente afectadas directamente, sino más bien se ven en la cuerda floja para mantener su flujo de caja por falta de disponibilidad de créditos directos por parte de la banca.