Bellaco, reaccionario y estafador
Los pueblos propenden a identificarse y asumir la conducta del líder. La picardía y los malos procederes del gobernante no convocan voluntades para la superación personal o colectiva. Concitan a la postración, la ruindad, la ruina económica, dando paso al derrumbe de valores éticos y al consiguiente quiebre social, potencializados por la prédica sistemática del odio.
Cuando en un líder conjugan condición innata de autócrata y confesión ideológica de inviabilidad harto comprobada, es un reaccionario de uña en el rabo; tan imposible como la fórmula socio-económica que propugna. Tal el caso del Comandante Bellaco en Jefe que nos desgobierna.
Volver al socialismo real
Pretende, el conspicuo representante de la ignorancia encumbrada, cambiar modelo y conducta capitalista por el social-comunista. Propone un masacote “integrador” de los antagónicos. El capitalista, de libre empresa y mercado e integrador, con el comunista fundamentado en la propiedad estatal excluyente, tras las mascaras de empresas de producción social y cooperativas, de sonado fracaso. Todo sin lesionar intereses. Pero comienza rechazando la firma de contratos colectivos entre los trabajadores y las empresas del Estado. ¡Qué molleja! como dicen los marabinos.
La socialdemocracia propugna un modelo de producción que, respetando las libertades económicas, ejerce moderada intervención del Estado, estimulando el estado de bienestar y la inclusión política-social, ejerciendo la defensa del actor más débil. De allí la fórmula: Capital=aporte financiero + capacidad gerencial + mercado real o potencial + fuerza laboral.
La tontera de nacionalizaciones y el oro
Producto del fanatismo social-comunista es la “nacionalización del oro”. Ocurre como con la nacionalización de otras propiedades de la Nación (el edificio La Francia). A Minerven, creada en 1974, le fue encomendada la explotación aurífera. Sólo el 10% se hace mediante concesiones, como la otorgada por el gobierno bolivariano a la empresa Rusoro. De manera que, en todo caso, se estarán confiscando las concesiones.
Las reservas internacionales
En esa línea se inscribe la repatriación de las reservas estratégicas y la diversificación de la custodia de las operativas. De no ser una decisión errada, se torna peligrosísima por la tontera de “hacer peso para hundir el capitalismo”. De allí la orden de guardarlas en distintos países. Lo malo es la escogencia. Algunos con marcadas debilidades en la administración financiero-monetaria. Otros podrían apropiárselas para garantizar deudas no honradas. Así ocurrió con el oro que los republicanos españoles creyeron poner a salvo en la URSS, ignorando que el camarada Stalin se las robaría, como en efecto lo hizo. Todo eso sin considerar los costos de transportación del oro, las trabas a superar en las operaciones comerciales y la fuga de billetes verdes por el fondo perforado de las busacas utilizadas por los transportistas.
La gran estafa
Insatisfecho con las estafa a la esperanza de millones de venezolanos humildes, atrapados en las ofertas implícitas en las numerosas misiones, desde Barrio Adentro hasta la Gran Misión Vivienda, todas de estruendoso fracaso, ataca por el flanco de los valores espirituales.
Aferrado a la idea de controlar el poder por tiempo indefinido, más allá de la muerte si fuere dable, monta despreciables espectáculos de fementida religiosidad. La llamada Oración por la salud del Presidente, es parte de esa gran estafa. Es teatro alimentado inspirado en el egoísmo y el narcisismo. Doblemente oportunista al poner por delante su salud, que tiene en vilo su pasantía terrena. Quien ha irrespetado hasta la saciedad la cristiandad, permitido y prohijado sacrílegas agresiones contra símbolos del catolicismo, canta a la deshonestidad con semejante acto. Además tiene la aviesa intención de manipular los sentimientos religiosos del pueblo con fines electorales. Busca inspirar lástima colectiva con el objetivo de ganar su próxima reelección que, a la fecha, la tiene muy comprometida.
Pero la siembra de odio, miedo con derroche de dinero y cinismo, junto con su conocida oferta engañosa, se hundirán con su vana ilusión de perpetuidad. Los 40 años continuos de democracia liberal con acento social lo aplastarán.