Así vislumbran la economía venezolana para el 2021
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la economía venezolana cayó un 30 % en 2020, casi el doble de lo que preveía antes de la pandemia, y proyecta que este año el descenso del PIB será del 7%.
Eso convertiría al país en el único de Latinoamérica que no logre recuperarse -al menos, parcialmente- del golpe económico que trajo consigo la pandemia por el coronavirus.
El descenso del 30 % ubica al país muy lejos del promedio suramericano, donde la Cepal considera que mermó en un 7,3 % de promedio, y más lejos todavía en 2021, cuando la entidad pronostica una recuperación del 3,7 % en la región.
Esos presagios se suman a los siete años transcurridos entre 2013 y 2019, en los que el PIB venezolano se contrajo un 62,2 %, según la Cepal, un descalabro que parece no tener fin.
Tocar fondo
Sin embargo, pese a esos malos presagios, hay voces optimistas, como el analista y director de la firma Econométrica, Henkel García, quien explicó a EFE que Venezuela llegó a «una especie de roca dura» que marca el final de la caída.
«Creo que estamos cerca de esa roca dura. El panorama político se pudiese complicar algo más y ahí tienes (posibilidad) para poder seguir escarbando, pero sí, uno pudiese decir que (Venezuela vive) un aterrizaje, un ‘soft landing’, que es lo máximo que puede lograr el chavismo sin un cambio profundo en lo político», añade y además expresó estar en desacuerdo con los pronósticos de la Cepal.
Para García hay «un panorama muy incierto» y cree que el desempeño de la economía «va a depender de varias circunstancias», algunas derivadas del coronavirus y otras, de la situación interna, pero «Venezuela puede terminar 2021 creciendo», puntualizó.
A su juicio, existe un ambiente de «flexibilización económica totalmente forzado donde pareciera que el Gobierno va a continuar con esa línea por sobrevivencia política», dijo.
El comercio en Unidad de Cuidados Intensivos
Durante el año 2020, el comercio estuvo en la unidad de cuidados intensivos, pues la cuarentena que comenzó el lunes 16 de marzo fue levantada totalmente en diciembre, aunque desde junio se implementó un plan que permitía la apertura por siete días, seguidos de otros siete de cierre, llamado “7×7”.
El presidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), Felipe Capozzolo, detalló que el 90% de los comercios tuvo que mantenerse cerrado durante la pandemia y, de ellos, «entre un 20 y un 30% te habla de afectación catastrófica, irreversible»
Recordó que «Venezuela está siguiendo un proceso de dolarización transaccional» que «responde a un rompimiento de cadenas que vino espontáneamente de la gente» y llevó a que el 70% de las ventas se hagan en divisa.
Capozzolo considera que en 2021 se podría «salir del ciclo hiperinflacionario» que comenzó noviembre de 2017 y cree que la caída del PIB estaría «cerca del cero».
«Si se dan las libertades necesarias para que el venezolano, el comerciante, el industrial, puedan determinar su destino en base al trabajo y esfuerzo propio, creemos que incluso, a nivel de emprendimiento micro, se pudieran estar dando algunos resultados positivos», subrayó.
Sin embargo, hace hincapié en que «en algún momento, la pandemia va a pasar y lo que va a quedar es un país extremadamente pobre», puntualizó.
Empresarios optimistas
Por su parte, Ricardo Cussano, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), se mostró optimista.
«Eso se puede traducir en que pareciera que la sociedad venezolana (…) está llamada o entiende mucho más la necesidad de construir acuerdos parciales que vayan generando soluciones a situaciones específicas, que luego vayan construyendo espacios para acuerdos integrales que, transversalmente, toquen a toda la nación», explicó sobre las necesidades de este 2021.
Según su criterio, el país está «tan mal» que, «a menos que la situación de la pandemia se profundice, cualquier cosa es positiva», por lo que se notará un «repunte de indicadores, repunte de la cantidad de personas que pueden verse beneficiadas de una acción económica, (…) o sencillamente que las que estén (en el país) puedan tener movilidad».
Concluyó que los empresarios están «con ese optimismo, con voluntad de poner a disposición de la nación» lo que considera que saben hacer: «asumir riesgos, invertir y generar empleo».
Para retomar ese impulso, señala que es necesario construir «acuerdos parciales entre los actores» de Venezuela, si no se puede conseguir un «acuerdo marco como sociedad».