Advierten que ha aumentado el riesgo de un embargo comercial contra Venezuela
Durante buena parte del año 2017 la palabra default se puso de moda en Venezuela. La constante notificación de impagos por parte del Estado venezolano a acreedores internacionales puso en evidencia la falta de liquidez del gobierno y avivó las especulaciones sobre un posible embargo comercial, que rememoró épocas superadas.
El riesgo, aunque latente, había sido desestimado con el pasar del tiempo. Sin embargo el tema volvió a la palestra la mañana de este jueves, 12 de abril, durante el foro Perspectivas “El embargo viene ¿Cómo sobrevivir?”, organizado por la consultora Ecoanalitica.
“La probabilidad de que en Venezuela se produzca un embargo comercial se ha incrementado mucho. Uno de los grandes problemas es que Venezuela ha dejado de pagar sus deudas desde noviembre del año pasado”, aseveró Alejandro Grisanti, director de Ecoanalitica.
Grisanti explicó que desde noviembre se ha consolidado un movimiento de acreedores internacionales, que pretenden unir esfuerzos para interponer una demanda contra la República y la estatal Petróleos de Venezuela, S.A. (Pdvsa) y garantizar el pago de la deuda millonaria.
“Grupos de bonistas se están organizando para buscar demandar a la República y Pdvsa por impago de deuda. Lo que esperamos en Ecoanalitica es que en los próximos días comencemos a ver denuncias contra el Gobierno venezolano. Se buscará embargar activos de la República y Pdvsa”, alegó.
El experto fue enfático al señalar que la economía del país no está lo suficientemente sólida como para enfrentar una acción internacional de este tipo, aspecto que los potenciales demandantes conocen, por eso agilizarían la diligencia legal.
“La producción petrolera de Venezuela se desplomó. Es una variable que viene pasando de manera muy subterránea. Lo primero es que desde el 2014 a febrero de 2018 es que hemos perdido 1.300.000 barriles de producción. En el último año hemos perdido al menos 600.000 barriles diarios de producción. Hoy producimos lo mismo que producimos en 1950, cuando eran más de 7.000.000 de venezolanos y no más de 30.000.000, como hoy”, puntualizó.
El también ingeniero advirtió sobre el daño que representaría para el precario estado de las finanzas nacionales un embargo: “Nosotros hoy somos más dependientes que nunca de las exportaciones petroleras a Estados Unidos. Por eso hoy es cuando un embargo pudiera causar el mayor daño a Venezuela”.
Contracción y remesas
Asdrubal Oliveros, socio director de Ecoanalitica, desglosó en su intervención en el concurrido foro, que la falta de productividad es otro de los aspectos que ha generado una fuerte contracción de la economía interna y han llevado al entramado financiero nacional a una situación de vulnerabilidad frente a los acreedores internacionales, por el excesivo uso del servicio de la deuda externa.
“El sector privado está operando a menos del 30% de su capacidad. Esto trae como consecuencia una contracción del consumo privado. Hay contracciones que van desde el 75% en las ventas de electrodomésticos hasta 40% en los embutidos”, resaltó.
Oliveros contextualizó que la falta de liquidez para realizar los pagos de la deuda, también ha incentivado la consolidación del mercado paralelo de divisas, en el que cada vez hay mayor participación de particulares, especialmente venezolanos que han emigrado y envían remesas.
“Las operaciones al menudeo cubren una gran parte del volumen de transacciones en el mercado paralelo de divisas. En 2017 los venezolanos enviaron por concepto de remesas un monto de 1.138.000.000 de dólares. En el mercado paralelo cuanto más compren dólares más caro se vuelve, porque es escaso”, asentó.
Por esto las previsiones para el venidero mes de mayo no son positivas, más cuando están programadas las elecciones presidenciales ordenadas por la Asamblea Nacional Constituyente y que han sido rechazadas por la mayoría de los gobiernos occidentales.
“La lentitud que hasta ahora ha mostrado el tipo de cambio en los precios de los productos, indica que las empresas se han retrasado en la producción. ¿Qué esperamos para después de mayo? Importaciones privadas al paralelo, crisis en los servicios públicos, afectación del mercado interno de combustible y aumento de la escasez de bienes y servicios”, sostuvo.