A Venezuela le quedan 50 millones de siglos de vida, pero al petróleo ni siquiera mil siglos
Aunque la vida que le queda al petróleo no puede ser determinada con exactitud, porque todo depende de la cantidad diaria que se consume, la cantidad de nuevas reservas que son descubiertas y el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan extraer y usar económicamente a las reservas petroleras existentes y estimadas por descubrir, en el año 2007 el mundo estaba consumiendo 73 mil 700 millones de barriles por día de una máxima posible reserva mundial petrolera estimada de unos 2 billones de barriles, por lo que de mantenerse esas cifras, el petróleo se agotaría definitivamente en 743 siglos—al petróleo no le quedarían; en consecuencia, ni siquiera mil siglos de vida.
Si a usted eso le parece una gigantesca cantidad de tiempo, pues debería compararla con el estimado tiempo de vida que le queda a Venezuela: unos 50 millones de siglos—que es el estimado aproximado de la vida que le resta a nuestro Sol, antes de convertirse en una estrella supernova—cuando la Tierra será literalmente achicharrada por el gigantesco incremento de la temperatura que predominará en nuestro Sol, convertido en supernova.
Es decir, al petróleo le quedarían apenas 486 cien millonésimas partes de la vida que le quedaría a Venezuela.
Para ese entonces, posiblemente, ya la humanidad habrá desarrollado las ciencias y tecnologías que le permitirán mudarse a otro planeta y continuar allí su existencia—la que ni remotamente se acordará de la época en la que su vida giraba alrededor de la extracción y el consumo de petróleo, porque éste se habrá agotado unos 49 millones de años antes.
Es también muy importante notar que en 2008—según la OPEP [http://www.opec.org/aboutus/Member%20Countries/Venezuela.htm], Venezuela posee un total de 870 mil 400 millones de barriles de petróleo (reservas probadas), y las está consumiendo a una tasa de 3 millones 107 mil barriles diarios; es decir, que de mantener se esas cifras en el tiempo, al petróleo venezolano le quedarían algo menos de 77 años de vida.
Sin embargo, el día viernes 25 de abril de 2008 el precio internacional del barril de petróleo venezolano alcanzó los 105,08 dólares, por lo que el gobierno nacional estaría teniendo ingresos petroleros de más de 326 millones de dólares diarios—más de 700 millones de bolívares fuertes diarios.
Esa catajarra de dinero, es más que suficiente para que el gobierno ¡por fin! se decida a escuchar a Arturo Uslar Pietri y a Pablo Pérez Alfonso, quienes mientras vivieron, no se cansaron de decir: Hay que sembrar el petróleo.
Es decir, utilizar ese aguacero de petrodólares para dotar de capital de trabajo a todo tipo de empresas—desde la producción agropecuaria con tecnologías del siglo 21, hasta el turismo; así como dotar a Venezuela de una extensa red de súper autopistas, ferrocarriles, puertos y aeropuertos, para que cuando ya no haya más petróleo, existan millares de otras actividades económicas que le permitan a los venezolanos tener una calidad de vida del primer mundo, al que todavía no ha podido ingresar, por la sola y única culpa de los caudillos populistas y politiqueros de todo signo.
Si Venezuela continúa neciamente intentando convertirse en un estado socialista, no sólo arrastrará consigo hacia el colapso económico, político y social, a sus actuales socios (particularmente a la Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Cuba), sino que ella misma se convertirá en algo más menesteroso de lo que es hoy la Cuba de Raúl Castro, porque no es sólo el precio del barril de petróleo lo que está aumentando cada día, sino el precio de los alimentos y de la energía—precios que los venezolanos no podrán pagar, si se continúa intentando hacer desaparecer a la empresa privada, para reemplazarla por cooperativas y empresas socialistas.
Es cuestión de vida o muerte, recordarle diariamente a los políticos del gobierno y de la oposición, venezolanos, esta realidad que no podremos evitar.