Economía

A B C Capitalismo (III)

A las nuevas generaciones. Argumentos vs efectos mediáticos. Liberalismo, Capitalismo. Todavía se pueden escudriñar variados puntos de vista sobre ambos términos. Abundante literatura. Autores diversos. Múltiples intérpretes. Interesantes reflexiones. Historia larga.

Debemos partir de algo y comenzaremos por decir que el liberalismo es un sistema filosófico, económico y de acción política, que promueve las libertades civiles y le pone un limite máximo al poder coactivo de los gobiernos sobre las personas; se opone a cualquier forma de despotismo y es la doctrina en la que se fundamentan el gobierno representativo y la democracia parlamentaria. Se le ha puesto apellido al liberalismo.

El liberalismo lucha por:

• El desarrollo de las libertades individuales y, a partir de ésta, el progreso de la sociedad.

• El establecimiento de un Estado de Derecho, en el que todas las personas, incluyendo aquellas que formen parte del gobierno, están sometidas al mismo marco mínimo de leyes.

El liberalismo se caracteriza por:
• El ciudadano, que considera a la persona individual como primordial, por encima de todo aspecto social o colectivo.

• La libertad como un derecho inviolable que se refiere a diversos aspectos: libertad de pensamiento, de expresión, de asociación, de prensa, etc., cuyo único límite consiste en la libertad de los demás, y que debe constituir una garantía frente a la intromisión del gobierno en la vida de los individuos.

• La igualdad entre las personas, entendida únicamente en lo que se refiere a diversos campos: jurídico y político. Es decir, para el liberalismo, todos los ciudadanos son iguales ante la ley y para el Estado.

• El respeto a la propiedad privada como fuente de desarrollo individual y como derecho inalterable que debe ser salvaguardado por la ley y protegido por el Estado, por supuesto, por el gobierno..

Liberalismo social. El liberalismo social defiende la no intromisión del Estado o de los colectivos en la conducta privada de los ciudadanos y en sus relaciones sociales no-mercantiles, admitiendo grandes cuotas de libertad de expresión y religiosa, los diferentes tipos de relaciones sociales consentidas, morales, etc.

Esta no intromisión permitiría la legalización del consumo y tráfico de mercancías, de las relaciones comerciales, la libertad de paso, la no regulación de ciertas relaciones personales por parte del Estado, la privatización de la enseñanza o su liberalización, etc. Por supuesto, en el liberalismo hay multitud de corrientes que defienden con mayor o menor entusiasmo diferentes propuestas.

Liberalismo económico. El liberalismo económico defiende la no intromisión del Estado, del gobierno, en las relaciones mercantiles entre los ciudadanos (reduciendo los impuestos a su mínima expresión y eliminando cualquier regulación sobre comercio, producción, etc.), sin dejar de lado la protección a los “débiles” (subsidios de desempleo, pensiones públicas, beneficencia pública) o “fuertes” (aranceles, subsidios a la producción, etc.). La impopularidad de reducir a veces la protección de los más desfavorecidos lleva a los liberales a alegar que resulta perjudicial también para ellos, porque entorpece el crecimiento y reduce las oportunidades de ascenso y el estímulo a los emprendedores.

Liberalismo Político. El liberalismo político inspiró la organización del Estado de Derecho durante el siglo XIX e inspira, hoy en día, todas las medidas que pretenden reducir el papel del Estado, del gobierno, en la vida social o económica de los individuos. Reducir el número de funcionarios o las trabas burocráticas se encuentran entre ellas.

Liberalismo según Bentham y Pareto: Dos maneras de entender y predicar el liberalismo. Es conveniente conocerlas. Es útil saber distinguir entre el liberalismo predicado por Jeremías Bentham y el defendido por Wilfredo Pareto. Esta diferenciación surge de las distintas concepciones que estos autores tenían con respecto al cálculo de un óptimo de satisfacción social. La mayor suma de felicidad para un pueblo.

En el cálculo económico se diferencian varias corrientes del liberalismo. En la clásica y neoclásica se recurre con frecuencia a la teoría del Homo Economicus, un ser perfectamente racional, con tendencia a maximizar su satisfacción. Para simular este ser ficticio, se ideó el gráfico Edgeworth-Pareto, que permitía conocer la decisión que tomaría un individuo con un sistema de preferencias dado y unas condiciones de mercado dadas. Es decir, en un equilibrio determinado.

Sin embargo, se presenta una gran discusión cuando el modelo de satisfacción ideado se ha de experimentar y trasladar a una determinada sociedad. Cuando se tiene que elaborar un gráfico de satisfacción social, el modelo benthamiano y el paretiano chocan frontalmente.

Según Wilfredo Pareto, la satisfacción que goza una persona es absolutamente incomparable con la de otra. Para él, la satisfacción es una magnitud ordinal y personal, lo que supone que no se puede cuantificar ni relacionar con la de otros. Por lo tanto, sólo se puede realizar una gráfica de satisfacción social con una distribución de la renta dada. No se podrían comparar de ninguna manera distribuciones diferentes. Seguimos en el próximo.

“Pensar es como vivir dos veces”. Marco Tulio Cicerón 106 AC-43 AC. Escritor, orador y político romano.

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