Economía

2016: El año del oráculo, por Blanca Vera Azaf

Oráculo: La respuesta que una deidad daba a una consultaa través de un intermediario y en un lugar sagrado. Pronóstico o predicción.

Diccionario de la Real Academia Española.

No, 2016 no será un mejor año. Serán doce meses en los que la incertidumbre protagonizará cada uno de los eventos por venir. Los cambios llegarán poco a poco y se requerirá de una inmensa madurez política por parte del gobierno, la oposición y los independientes para que estos puedan desarrollarse en el marco de una renovación en el poder Legislativo. ¿Por qué? Porque la crisis económica es tan profunda que promete convertirse en la más grande que haya vivido venezolano alguno a lo largo de la historia contemporánea de la República.

Si no se dan respuestas contundentes ante el desespero de una población cansada de hacer colas para conseguir los productos básicos, angustiada por la caída del poder adquisitivo, y presa del terror por el creciente incremento de la inseguridad, la paciencia puede agotarse y los escasos liderazgos que aún permanecen pueden desplomarse.

La agenda de un cambio que se ha prometido no puede centrarse solamente en sustituir la figura del Presidente Nicolás Maduro, sino en acciones que conduzcan a la cohabitación de todas las tendencias  políticas en aras de hallar soluciones por consenso. Esto no obedece a un pensamiento unitario o al empeño de imponerse sobre el otro; más bien es una realidad práctica de   sobrevivencia porque el precio del petróleo no se va a recuperar y amenaza –incluso-  con situarse en torno a los 20 dólares el barril en promedio.

Es así como ante una economía cuyo ingreso petrolero ha sido saqueada por las importaciones ficticias, las sobrefacturaciones, los contratos abultados, los regalos en el exterior, el gasto sin planificar, y la ausencia de gerencia para la crisis el único escenario posible es aferrarse a la fe.

Sí, este es un escenario que produce angustia. Depende de quienes tengan en sus manos la responsabilidad de tomar decisiones económicas y que garanticen reflotar la economía a través de decisiones coherentes. ¿Lo harán? Dependerá de la agenda de cada uno de los factores políticos. De allí que la presión social es clave en este asunto.

¿Dónde estaremos?

Todos los indicadores macroeconómicos calculados por firmas nacionales e internacionales prometen un destino poco alentador para el próximo año. En el mejor de los casos, lo pintan muy parecido al 2015. Eso sí, todos coinciden en que la inflación será mucho menor.

Sin embargo, no hay que hacerse ilusiones porque esta situación no responderá a la toma de decisiones que harán que el salario alcance más, sino  porque prevén una caída en el consumo tan grande que muchos venezolanos se abstendrán de adquirir productos, y así se vendrán abajo las ventas.

Hasta el cierre de octubre de2015 la inflación acumulada en los primeros diez meses del año se situó en 170,8%. Sólo en octubre llegó a 12,1%, registrando un comportamiento de 198% de aumento en promedio de los precios en el último año, según fuentes extraoficiales ligadas al Banco Central de Venezuela.

¿En cuánto puede cerrar el año? Según cálculos de Bank of America Merrill Lynch la cifra puede estar por el orden de los 202,5%. Esta misma firma estadounidense pronostica que para 2016 la caída del consumo llevará a que el índice de precios se sitúe en 68%.

Algo muy parecido sostiene JP Morgan, cuyas proyecciones destacan una caída de 4% en el consumo. Sin embargo, son menos conservadores en cuanto al cálculo de la inflación para el próximo año y prevén un alza de precios en promedio en torno al 175%

Por su parte, Barclays Capital calcula que el consumo puede descender 4,3% el año que viene y la inflación llegará a 128,7%. La firma nacional Ecoanalítica ha preferido calcular la inflación según los escenarios políticos que se produzcan a raíz de las elecciones parlamentarias y destacan que el peor puede presentarse si permanece el llamado status quo. De ser así no habría cambios profundos sino una mayor radicalización que conduciría a que los precios lleguen hasta 296,5% en promedio.

En caso de que se produjera una transición con el chavismo al frente los precios aumentarían hasta 830%. Pero si el chavismo decidiera dar un viraje económico (algo que la propia firma pone en duda) la inflación estaría en 360,2%.

El mejor escenario planteado por Ecoanalitica es a través de una transición con la oposición a la cabeza y aun así los precios aumentarían hasta 152% en promedio.

Otras opiniones como la de la publicación LatinFocus Consensus considera que la disminución del consumo en 2016 puede estar por el orden de 2,5% y la inflación en 122,9%.

Cuando se trata de crecimiento en términos generales la caída de la economía puede promediar 4,2% según Barclays Capital. No obstante, Bank Of America prevé un decrecimiento menor y lo ubica en 2,9%. JP Morgan, por su parte, es de la opinión que la recesión puede rondar el 2%.

De últimos

Para tener una idea mucho más clara de lo que significan estas cifras macroeconómicas con respecto a los demás países de la región, LatinFocus Consensus nos da señales claras de lo que puede ser el 2016 para Venezuela.

En países con similitudes políticas parecidas a las nuestras como Ecuador, la inversión experimentará un crecimiento de 2,6%. En Argentina, donde se impone actualmente un nuevo modelo político con la llegada de Mauricio Macri a la presidencia esa inversión se disparará 3,7%; mientras que para Venezuela el panorama luce aciago con un desplome del capital foráneo e interno de 6,8%.

En cuanto a producción industrial Latin Focus Consensus señala Venezuela presentará cifras negativas en 2,9%, mientras Paraguay se impulsará en 3,7%, Bolivia en 4,4% y Colombia en 3,5%.

Con estos indicadores no es de extrañar que el riesgo país para Venezuela sea el más negativo de toda la región con un índice EMBI de CCC, una calificación muy lejana al resto de los países hermanos, cuya confianza en su deuda permanece sólida y pueden acceder fácilmente al financiamiento intencional.

De esta manera, el 2016 será un año complicado. El país se verá golpeado por la crisis con el agravante de que -luego de surfear un año difícil- el cansancio acumulado y la intolerancia estarán a flor de piel.

El hecho de que exista la posibilidad de que se legisle dentro de un ambiente de entendimiento ya es un punto positivo pero debe existir la claridad de que los cambios e logran con reformas de leyes como la del Banco Central de Venezuela, la de precios Justos, la Ley antimonopolio o la LOT y aun así esto no es suficiente para estabilizar la economía.

Aunque la oposición pueda obtener una mayoría simple en la Asamblea Nacional, la incertidumbre no desaparecerá en un ambiente azotado por la escasez de productos.  Sólo el pasar de los primeros días de enero revelará –como el oráculo de los dioses- si hay una nueva voluntad para la definición de políticas públicas necesarias para resucitar a la economía.

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