«El problema es que las entidades bancarias designan una taquilla o un encargado de negocios fijo para la entrega de las divisas y los delincuentes están atentos a quiénes son atendidos en esas áreas específicas para someterlos a la salida», explicó un funcionario de la policía científica que pidió no ser identificado, para evitar sanciones administrativas.
El abogado criminólogo Fermín Mármol García advirtió que la moto le brinda al delincuente la posibilidad de huir con rapidez, mientras que el mercado negro de divisas lo ofrece elevadas ganancias a los ladrones.
Zonas como Candelaria, San Bernardino, La Florida, Los Chaguaramos y todos los alrededores de las entidades bancarias ubicadas en el centro de Caracas, son los lugares donde el delito del «motobanqueo» es más recurrente, y para los delincuentes los días viernes y los que coinciden con la fecha de cobro los de más acción.
Diversificación del delito
El funcionario policial explicó que para las bandas intentar robar un banco era una actividad de mucho riesgo y que los avances tecnológicos han minimizado al máximo la ocurrencia de este delito.
«Entre enero y mayo solo han logrado robar 12 entidades bancarias en toda Caracas. El mes de mayor incidencia fue febrero, con 7 hechos. Al final, no les resulta rentable, porque en el mejor de los casos solo tienen acceso al dinero que tiene cada cajero en la taquilla», dijo el funcionario de la policía.
Mármol indicó que el llamado es a las empresas bancarias, para que tomen medidas de control interno, que limiten la acción del delincuente y les impida identificar y marcar a las víctimas dentro de los bancos.
«El personal de seguridad debe afinar sus técnicas para identificar a quienes estén dentro del banco sin hacer ningún tipo de operación. Esas son las personas que dan información a los motorizados que esperan fuera de la entidad», dijo.
Otro aspecto importante que destacaron Mármol y el funcionario policial, es que devaluación de la moneda, que obliga a las personas a hacer retiros en efectivo de altas sumas de dinero, para hacer transacciones comerciales.
No hay quién vigile
El jurista indicó que el déficit de funcionarios policiales uniformados en la ciudad también es un factor que juega contra la seguridad de quienes acuden a las entidades bancarias.
«La custodia externa de la red bancaria también pertenece a la policía uniformada que debería tener planes de patrullaje, pero la realidad es que custodian los colegios o se dedican a cuidar los centros comerciales o los bancos, pero no hay policías para todas las cosas al mismo tiempo», dijo.
