Tan bueno en la pista como polémico en los micrófonos, a Lewis Hamilton le suele perder la lengua suelta. Cuando habla en caliente, mezcla todo su ardor con mensajes muy contundentes. Su compañero en Mercedes, Nico Rosberg, ha dejado de ser su amigo después de las últimas refriegas con Hamilton. Algo parecido a lo que sucedió en 2007 con Alonso. La última del inglés tiene que ver con Schumacher.
Hamilton vino a decir en unas declaraciones a la prensa alemana que Schumacher no fue muy limpio en alguno de los títulos que ganó. Y que, por el contrario, él sí había vencido por sus buenas manos al volante.
La frase que levantó la polémica fue ésta de Hamilton en el diario alemán Kolner Express: «Nunca he hecho las cosas que Michael hizo para ganar los títulos. Gané los míos sólo con habilidades naturales».
La polémica siempre ha rodeado a Schumacher, quien tuvo fricciones con Damon Hill, Jacques Villeneuve y su propio compañero Rubens Barrichello en alguno de los campeonatos que consiguió. No hay noticias nuevas sobre Michael Schumacher, que sigue convaleciente del fatal accidente de esquí.
El presidente del club de fans de Michael Schumacher, Reiner Ferling, ha contestado al inglés: «Hamilton debería probablemente encender su cerebro antes de hablar. Debería de aprender lo que Michael logró. Sólo digo que el orgullo llega antes de una caída».